El gasto empezó a levantar vuelo, luego de un primer trimestre en el que el déficit primario se redujo sustancialmente, a solo 0,2% del PBI. Pero el aumento del gasto de abril y lo que se viene por delante no llegaría a generar un gran agujero en las cuentas públicas. Esto se debe a que el Gobierno también gozará de ingresos extraordinarios, que permitirían que el rojo de este año se mantenga relativamente bajo control. En este escenario, la emisión monetaria podría ser finalmente menor a la esperada.
“No van a desbarrancar”, resume Andrés Borenstein, economista y director de la consultora Econviews. De esta manera, resume la trayectoria fiscal que espera para este año este año y realiza una proyección sorprendente: “El déficit primario debería estar en torno al 3%”, es decir bien por debajo del 4,5% del PBI que figura en el Presupuesto 2021.
El 2021 viene con más gasto por delante, pero también habrá ingresos extraordinarios por lo que el deterioro de las cuentas públicas no sería tan significativo. Lo más polémico es que los más de USD 4.000 millones que girará el FMI serán computados como ingresos fiscales y ayudarán a bajar el déficit fiscal primario
¿Cuáles son los motivos que permitirían una reducción del rojo fiscal, aún en medio del fuerte aumento vinculado en la ayuda por las nuevas restricciones y la suba de subsidios por mínimo ajuste tarifario? Las tres fuentes de ingresos extraordinarios que le darán un importante margen de maniobra al Gobierno son las siguientes:
-Recaudación extra por vía retenciones por soja a USD 600: el precio está un 90% por encima del año pasado y esto permitirá que el Gobierno capture una recaudación adicional en forma extraordinaria, teniendo en cuenta que la alícuota es del 35%. En abril, por ejemplo, los derechos de exportación mostraron un salto de 183% en relación al año pasado. Así resultó más que evidente el espectacular impacto en las arcas públicas vinculada con la suba del principal producto que exporta argentina.
-Aporte “solidario” por la pandemia o “impuesto a la riqueza”: más allá de la polémica sobre la conveniencia de su aplicación, la recaudación sumó $ 225.000 millones. Esto también representa un ingreso extraordinario, no previsto en el Presupuesto 2021. Aunque la cifra no llega a 0,5% del PBI, es una suma relevante que permite a su vez incrementar el gasto sin dañar el resultado fiscal.
“Ya se utilizó la totalidad de los $ 55.000 millones de los fondos provenientes de los adelantos transitorios, el ingreso de $ 103.000 por el aporte extraordinario que entró en abril y el financiamiento neto de dicho mes, por $ 58.000 millones. Viene fuerte el gasto” (Gabriel Camaño)
-Envío de USD 4.300 millones del FMI por capitalización de la entidad: estos fondos llegarán en el tercer trimestre, una vez que el directorio del organismo internacional lo apruebe. Es parte de un proceso que tendrá impacto en todos los países, pero que para la Argentina tiene un importante valor, ya que sucederá poco antes de las elecciones legislativas permitiendo aumentar las reservas. Pero además lleva consigo una jugada a “dos bandas”, ya que se trata de un ingreso fiscal que será anotado por “encima de la línea”, es decir que impactará favorablemente en el déficit primario.
El economista Gabriel Caamaño resaltó en redes sociales cómo está aumentando el gasto en las últimas semanas: “De acuerdo a datos del Banco Central al 6 de mayo, ya se habían utilizado la totalidad de los $ 55.000 millones de los fondos provenientes de los adelantos transitorios, el ingreso de $ 103.000 por el aporte extraordinario que entró en abril y el financiamiento neto de dicho mes, por $ 58.000 millones. Viene fuerte el gasto”. El cálculo surge de la fuerte caída de los depósitos del Gobierno, que pasaron de $ 191.000 millones a sólo $ 28.000 millones.
La gran incógnita en relación a estos números es a qué ritmo seguirán aumentando los subsidios económicos por el congelamiento de tarifas. Según un trabajo elaborado por IDESA, si el incremento se mantiene al ritmo de los últimos meses, se podría llegar a 5% del PBI en concepto de subsidios a fin de año, un nivel similar al que se llegó en 2015 cuando finalizó el mandato de Cristina Kirchner. Sin embargo, otras consultoras creen que en realidad el impacto será bastante menor, entre 3% y 3,5% del PBI.
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