El mundo de blockchain y las criptomonedas todavía está en una etapa germinal, en donde conviven activos con precios inflados, desarrollos prometedores, innovaciones que surgen a diario y, también, estafas. Las hay de todas las naturalezas, los mismos engaños que funcionan en el sistema financiero tradicional, y otras más específicas. Pero una de las formas más comunes de perder tenencias en Bitcoin y otros criptoactivos es dejarlas en portales -exchanges- en los que no se tiene un verdadero control de las monedas que se adquirieron.
En las últimas semanas se conocieron dos casos resonantes en Turquía en los que grandes exchanges de criptomonedas dejaron de existir de un día para el otro y sus usuarios perdieron el control de sus activos. Además, esta semana Infobae relató el caso de un argentino que todavía disputa con un exchange latinoamericano el acceso a criptomonedas en las que empezó a invertir en 2016 y que involucran un valor cercano a los USD 180.000.
Se trata de uno de los riesgos principales al operar con criptomonedas: el riesgo de contraparte. La vía de acceso más común para principiantes en el mundo blockchain es adquirir activos a través de exchanges, portales que funcionan como intermediarios, similares a bancos o sociedades de bolsa online. No hay nada de malo en ello, es un punto de partida como cualquier otro y muchas veces una manera sencilla y conveniente de invertir en Bitcoin, Ether, Binance Coin y otros activos.
“A diferencia de una cuenta en un exchange, la billetera online es una cuenta tuya que controlás con tus claves” (Calderón)
El problema se puede dar porque, en muchos casos, los usuarios no pueden tener una idea cierta de la estabilidad y confiabilidad de la plataforma que utilizan. En este punto, según los especialistas, seguir los comentarios de usuarios, calificaciones en sitios web y la reputación de cada exchange antes de operar en él es una excelente medida. De hecho, incluso, mantener tenencias en esos exchanges tampoco es algo totalmente desaconsejado, sobre todo si se trata de montos pequeños o si se recurre a estrategias de trading que implica realizar muchas transacciones, ya que los costos suelen ser más bajos si se usa un exchange.
Ahora, cuando los montos invertidos empiezan a ser importantes y la intención es atesorar criptoactivos por períodos prolongados de tiempo, dejar las tenencias inmovilizadas en manos de un exchange no es la mejor estrategia en términos de seguridad. Si se trabaja con una contraparte establecida y de buena reputación, los riesgos disminuyen, pero no desaparecen.
Pero más aún, al dejar criptoactivos en manos de terceros se renuncia a una de las peculiaridades principales de la infraestructura financiera global que, más allá de los resonantes saltos en las cotizaciones de ciertos tokens, fundamenta las perspectivas de futuro que despierta esta nueva tecnología: la posibilidad de prescindir de terceros, una red descentralizada.
Por eso, para usuarios avanzados de Bitcoin y otras criptomonedas, llega un momento en el que es necesario pensar en tomar el control de las propias tenencias. Para eso, es necesario contar con una billetera cripto, una forma de tener prácticamente en las manos a los etéreos activos del mundo blockchain.
A grandes rasgos, existen dos tipos de billeteras para criptoactivos. Las billeteras online y las billeteras offline -o “billeteras frías”. Las primeras, como su nombre lo indica, están basadas en la web y permiten manejar en forma independiente de cualquier exchange los activos que se tenga en cartera. Las segundas permiten lo mismo, pero a diferencia de sus contrapartes online, tienen existencia física: se asemejan a un pendrive en el que se almacenan detrás de una clave los códigos que acreditan la propiedad de cierta candidad de bitcoin, Ether u otro activo.
“Hay billeteras online, a las que accedés cuando querés conectarte con un blockchain pero que a diferencia de una cuenta de usuario en un exchange es una cuenta tuya que controlás con tus claves. Metamask, por ejemplo, es la típica para Ethereum. No todas sirven para toda criptomoneda, hay que tener en cuenta la compatiblidad en cada caso”, dijo Manuel Calderón, profesor de Criptomonedas en la Universidad Torcuato Di Tella.
“Las billeteras frías ofrecen un mayor nivel de seguridad. Las más populares son Trezor y Ledger, las más sencillas rondan los USD 50 a USD 100 de costo” (Scaliter)
Las principales billeteras online son gratuitas. En cuanto a sus beneficios, permiten un manejo muy ágil y sencillo de las tenencias. Por el lado del los costos, es que cada transacción va a salir más que dentro de un exchange: se paga el “gas” de la red de cada momento, un corto que puede ser importante. También, aunque tienen medidas de seguridad sólidas, no están libres de ataques de phishing -cuando un usuario es engañado para que revele sus claves- o hackeos, por ejemplo.
“Blockchain.com es una de las más antiguas. Trust y Argent también son alternativas buenas, junto con Metamask. Es importante tener en cuenta que conviene mantener montos reducidos en esas billeteras. El umbral es diferente según cada persona, pero en principio recomendaría almacenar no más de USD 10.000 en criptoactivos. Para montos mayores, ya conviene el respaldo de una billetera fría”, dijo Ariel Scaliter, director del programa ejecutivo de Criptomonedas, blockchain y contratos inteligentes de Ucema.
La otra alternativa para sacar criptomonedas de los exchange de terceros son las billeteras frías. Hay muchas, pero las dos más populares son Trezor y Ledger. Son, a simple vista, parecidas a una memoria flash o pen drive. Aunque los criptoactivos no tienen posibilidad de ser almacenados en forma física -el activo está sostenido en la red de bloques en innumerables servidores- las cold wallets permiten asegurar los datos de comunicación con el protocolo de blockchain de cada activo de manera tal de proteger la propiedad de los mismos.
“Lo que hacen es estar siempre desconectadas a Internet, sólo te conectás cuando querés hacer una transacción. Te da más seguridad de que no caer en phishing”, comentó Calderón.
“Las frías sólo se conectan cuando las enchufás a la computadora. Y además la confirmación de tu clave para ingresar está encriptada y cada confirmación de una transacción la hacés directamente desde la cold wallet, no desde la computadora o el celular, eso ayuda mucho a mejorar la seguridad”, agregó Scaliter.
“Los modelos más simples rondan entre los USD 50 y USD 100 y, aunque de nuevo es una preferencia personal, yo recomendaría tener una desde el momento en que el valor de las billeteras represente 5% o menos del valor total de los activos que se quiera resguardar”, agregó el especialista.
En las últimas semanas se conocieron dos casos resonantes en Turquía en los que grandes exchanges de criptomonedas dejaron de existir de un día para el otro y sus usuarios perdieron el control de sus activos
Con todo, la seguridad no es absoluta nunca. Así como las billeteras online tienen muchas medidas de seguridad para evitar hackeos no son imposibles de hackear. Y las billeteras frías corren riesgos más terrenales: como que alguien revele su clave o, peor aún, que se la olvide. Esta última situación es mucho más común de lo que se podría suponer.
Tanto las billeteras online como las frías suelen recomendar en sus instrucciones tomar nota de la clave privada en papel y guardarla en un lugar seguro. Más aún, tienden a proveer una serie de 12 a 24 palabras de seguridad que hay que proveer para entrar en caso de olvidarse la clave o de, por ejemplo, perder o romper la billetera fría o el celular en el que está basada una billetera online. De hecho, algunas sugieren tener anotados los datos en dos lugares físicos distintos: pero siempre en papel, nunca en una computadora o celular.
“La recomendación es seguir todas las normas de seguridad que sugiere cada proveedor. Clave, reconocimiento facial, segundo nivel de seguridad, todo. Y, en el caso de las billeteras frías, guardar las palabras que se utilizan para recuperar acceso a una cuenta. Pueden ser muy necesarias si la billetera física se rompe, se pierde o lo que sea. Sólo con esos datos, alcanza con comprar un nuevo aparato, ingresar las claves y recuperar el acceso a los activos”, concluyó Scaliter.
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