El viernes terminó en calma, pero el clima en el fin de semana cambió para los mercados por la interna política del Gobierno. La diferencia entre esta semana y la que pasó serán los fondos que necesitará el Banco Central para intervenir en el mercado de dólares alternativos e impedir que suban más de lo deseado.
El último día de semana fue uno de los días más tranquilos para el Central. Solo intervino en el mercado con bonos AL30C con USD 3,6 millones nominales. Al principio de la semana, había llegado a colocar USD 24 millones para calmar a los dólares alternativos.
Tanto en las pantallas como en las mesas de dinero, donde se negocian los dólares entre operadores sin intervención del Central, no hubo casi cambios en los precios. El contado con liquidación, llamado dólar fuga, siguió en $158,50 con un monto de negocios habitual de USD 63,4 millones. El dólar MEP tampoco tuvo variaciones, pero el monto operado fue de USD 41,2 millones, 30% más que el jueves.
El dólar libre subió apenas $ 1 a $ 151 y en la plaza mayorista siguió el lento ritmo devaluatorio y el dólar subió 5 centavos a $ 93,85. A este paso, el dólar que rige el comercio exterior y el pago de la deuda, aumentará apenas 1,7% este mes, contra una inflación esperada de 4%. La oferta de USD 217 millones de los exportadores le permitió al Banco Central comprar USD 90 millones que sumados a la suba del oro y de las otras monedas que integran las reservas, permitió que aumenten USD 150 millones a 40.454 millones y se acerquen al volumen que tenían el miércoles antes del pago de los USD 300 millones al FMI.
El problema más grave que tiene el mercado es el embate que padece el ministro de Economía, Martín Guzmán, para que deje su lugar a alguien del kirchnerismo puro. Los nombres ya están en danza y son todos cercanos a Axel Kicillof, el Gobernador de la provincia de Buenos Aires que pidió la 16° prórroga de vencimientos de la deuda provincial para no caer en default. Por supuesto, el Gobernador no habla por sí mismo, sino que es la voz del Instituto Patria que dirige Cristina Fernández de Kirchner.
La pérdida de poder del Presidente Alberto Fernández y su Ministro de Economía, es evidente y preocupa a los empresarios y a las grandes manos del mercado que ven como avanza la intervención del Estado. Por caso, ahora las exportaciones de carnes estarán controladas. El enfrentamiento con los empresarios se profundizó porque los culpan de la inflación y les quieren poner un control de precios más intenso. Todas estas herramientas que pertenecen a la economía, se transformaron en electorales.
El resultado será otra fuerte emisión de dinero para cubrir los baches que deja la restricción del aumento de las tarifas que obligará a pagar más subsidios a las empresas de servicios públicos y los aumentos de las ayudas a los sectores más afectados por las restricciones laborales que impuso el Gobierno por la pandemia. El costo de estos subsidios supera los $ 400 mil millones. La paradoja, es que la inflación que provocará esa inyección de dinero le quitará buena parte de la ayuda a los que lo reciban y bajará el poder adquisitivo de toda la sociedad.
Por eso, muchos ahorristas medianos y pequeños se incorporaron al mercado de criptomonedas buscando algún milagro ante la calma del dólar y la falta de decisión del Banco Central de mejorar las tasas de interés.
En la noche del domingo, había buenas noticas para estos inversores porque el Bitcoin estaba subiendo 0,50% y se acercaba a los USD 59 mil, mientras Ethereum avanzaba casi 2% a USD 3.904. Doge Coin recortaba a la mitad las pérdidas que produjeron las transgresoras apreciaciones de Elon Musk, en su nuevo rol de anfitrión del programa de TV “Saturday Night Live”. Su opinión las derribó 35% y el domingo a la noche estaban 14% abajo. Esta moneda llegó a acumular en abril ganancias por 15.500%. Ahora estaba cotizando a 0,57 centavos de dólar y a la misma altura del año pasado valía 0,009 centavos.
Si algo le faltaba a la volatilidad de estas monedas es que el empresario más rico del mundo, se transforme en conductor de TV y opine con humor sobre inversiones provocando euforia y depresión en la gente. No olvidemos, que en esta plaza son muchos los que entran apalancados, es decir que toman dinero de terceros para apostar a la moneda o se juegan en futuros cortos. Las declaraciones del sábado de Musk dejaron un tendal de heridos entre los principiantes y no tan principiantes.
La previa de la semana
Para fortuna de los inversores tradicionales, los consultores más importantes predijeron un rebote de las acciones que dejan atrás el refrán de “sell in may and go away” (vende en mayo y desaparece). En la noche del domingo los tres principales índices de las Bolsas de Nueva York estaban en terreno positivo en las operaciones overnite. El Nasdaq era el menos favorecido con un aumento de 0,17% contra 0,34% del Dow Jones y 0,25% del S&P 500.
España disfrutaba del levantamiento de restricciones por el Covid-19 y el IBEX 35 de Madrid estaba 1,35% arriba, mientras el DAX de Frankfurt avanzaba 0,33%. El resto de las Bolsas europeas estaban con avances de hasta 0,70%.
El petróleo era el gran protagonista porque tanto el Brent, que es de referencia en la Argentina, como el WTI, cotizaban por encima de 1%. La soja subió 0,20% y estaba a punto de superar los USD 600 por tonelada, mientras el trigo cedía más de 1% y el maíz, 0,50%.
El movimiento de los mercados del exterior puede contagiar a las acciones argentinas que se mueven por expectativas lejanas. Los que hoy están en el mercado bursátil compran papeles de empresas que cotizan en dólares 10% de lo que cotizaban en 2017.
También han empezado a ingresar al mercado los compradores de bonos de la deuda argentina. Son los que apuestan a una derrota del oficialismo en las elecciones legislativas y quieren hacerse de títulos que les garantizan un rendimiento, si los compran a estos valores, de 20% anual en dólares hasta el día de su vencimiento. Este rendimiento contrasta con la tasa de retorno de los Bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años que está en 1,58% anual.
El lunes los mercados seguirán cubriéndose en dólares y en bonos y depósitos indexados que en los dos primeros días de mayor crecieron $ 2.000 millones y este mes están derrotando al dólar. Los más conservadores van a las divisas porque creen que si bien la inflación se acrecentará, cuando se aproximen las PASO, le será más difícil al Banco Central controlar a los dólares alternativos.
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