Después de las turbulencias cambiarias que alcanzaron su apogeo en octubre del año pasado, cuando el dólar libre tozó los $195 por unidad, la intervención del Gobierno en las cotizaciones financieras de la divisa, algunas señales de ortodoxia momentánea y la mejora de expectativas por la salida de la cuarentena estricta trajeron un veranito para las distintas cotizaciones del billete. En esa línea, con el Banco Central sumando reservas y el campo liquidando exportaciones, todas las variables se relajaron. Una de ellas fue el mercado de futuros de dólar, cuyas tasas implícitas bajaron de la mano de la calma cambiaria. En abril, sin embargo, los futuros cambiaron su tendencia y ahora dan una señal de alerta.
El mercado de futuros de pesos contra dólar es un terreno casi exclusivamente reservado para expertos. Pero, aunque sean pocos los minoristas que operan en él, sus movimientos pueden dar información útil respecto de lo que puede pasar con el dólar a nivel de calle. El mes pasado, como resultado del repunte en los casos de Covid-19, las nuevas medidas de restricción, la sorpresa negativa del dato de inflación del 4,8% de marzo y las dificultades del Tesoro para financiarse en pesos, se combinaron para que una actitud de cautela se apoderara de las operaciones en el Matba-Rofex, el principal mercado de futuros y acciones local.
Un “futuro” es un contrato entre dos partes que se comprometen a - en una fecha futura establecida y a un precio determinado- intercambiar un activo, llamado activo subyacente, que puede ser físico, financiero, inmobiliario o de materia prima. En el caso en cuestión, el activo subyacente es el dólar. En el mercado local, la operación con futuros de dólar se hace totalmente en pesos. Las partes acuerdan un precio para el dólar “A 3500″ (una encuesta diaria del Banco Central) y las diferencias al momento del vencimiento del contrato se saldan en pesos. El resultado, es que desde el momento desde la fecha en que se pacta el contrato y el precio del vencimiento, el resultado es una tasa en pesos. La tasa implícita de los contratos.
Esas tasas implícitas empezaron a despegar en abril. Por ejemplo, el contrato agosto se pactaba a una tasa implícita del 30% anual. Un mes más tarde, ese mismo contrato se cerraba al 38% anual. Lo mismo pasó en todos los plazos que se operan.
“Las tasas implícitas empezaron a subir en abril. Un motivo fue el 4,8% de inflación de marzo, también la segunda ola, las restricciones a la movilidad y los problemas que tuvo el Tesoro en esos días en las licitaciones de deuda en pesos”, comentó Tomás Ruiz Palacios, estratega de Cohen.
En un informe que lleva su firma, el especialista comparó las tasas de los futuros con el movimiento de los bonos dollar linked -atados al dólar- que emitió el Gobierno. En base a los precios de esos papeles, se puede saber cuáles son las expectativas para el dólar oficial en los próximos meses. Y, a medir la diferencia entre esas expectativas y las tasas de futuros, saber qué tan asustado está el mercado.
“Si a la Argentina le va mal, el dólar se puede disparar mucho. Si a Argentina le va bien, el peso no puede apreciarse al infinito. Entonces, ante ese riesgo asimétrico, los contratos de futuro tienden a tener una prima de cobertura, un costo mayor para que apuesta contra el peso que para el que apuesta contra el dólar”, simplifica Ruiz Palacios.
“Interpretando este mayor riesgo que lee el mercado, es un momento para ser especialmente conservador como ahorrista o inversor” (Ruiz Palacios)
Esa diferencia entre las expectativas de devaluación que surgen de los bonos dollar linked y el precio por tomar cobertura en futuros se ensanchó en las últimas semanas.
“La prima de cobertura se amplía en el mes de abril desde 5,4% al 12,2%; sin embargo, la devaluación esperada a través de bonos para ese periodo subió solo del 30,5% al 33,2%. Concluyendo, el mercado ve que el escenario no cambió mucho, aunque sí se ampliaron los riesgos”, explica el informe de Cohen.
Dicho de otra manera: el mercado todavía piensa que la calma cambiaria se va a extender, no cambia su escenario base. Lo que cambia es el riesgo que percibe, la posibilidad de que el ese escenario base no se concrete y termine siendo peor de lo esperado.
“Interpretando este mayor riesgo que lee el mercado, es un momento para ser especialmente conservador como ahorrista o inversor. Si bien el escenario base se mantiene, el riesgo es mayor, tratar de ser cautelosos”, dijo Ruiz Palacios.
“Es innegable que aumentó la incertidumbre, qua hay más apetito por cobertura”, dijo Javier Marcus de Shouthern Trust. “A medida que se acerquen las elecciones, esa incertidumbre va a aumentar. Y una parte de esa suba de tasas de futuros es incertidumbre. Otra parte, agregaría yo, es el mercado en su funcionamiento normal. Si un importador espera que a futuro le vendan los dólares, va a tomar cobertura en futuros. Si no cree que se lo van a vender, no toma cobertura, directamente corre a comprar billetes”, agregó el especialista.
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