Los pisos interiores forman parte del ecosistema principal del hogar y además de ser funcionales en el uso, deben resistir el andamiaje de los habitantes y soportar el peso de muebles y electrodomésticos. A la vez, deben combinar con paredes y otras áreas para brindar una vista amena. Desde la llegada de la pandemia, mucha gente realizó refacciones que incluyeron el recambio de pisos al verlos desgastados, rotos o viejos; al igual que quienes construyeron desde cero prestaron mucha atención en este material.
Bárbara Berson, titular de Berson Arquitectura, dijo a Infobae que los primeros pasos que deben realizarse son remover el piso antiguo y ser cuidadosos para no hacer mucho polvillo ni dañar nada de la vivienda: “Para llegar hasta la carpeta, y allí nivelarla para acomodar bien las piezas a posterior, como también debe contemplarse una correcta barrera hidrófuga (uso de mortero asfáltico o polietileno de 200 micrones), sobre todo en áreas húmedas como baños y cocinas. Lo importante es que esté bien a nivel para que las piezas no queden desparejas”.
Los expertos aconsejan que una vez que se quite el piso existente, deben observarse que no hayas grietas, en todo caso, sellarlas y una vez que el material utilizado seque bien, recién allí iniciar la colocación para que las piezas queden bien asentadas.
Julio Pereyra, jefe de capacitaciones de Weber Megaflex (Saint-Gobain), explicó que “al momento de colocar un piso en el hogar es indispensable conocer el tipo de superficie, si es una carpeta cementicia o un piso existente, para luego definir qué tipo de revestimiento se utilizará. Hay que considerar el tamaño y peso de la pieza, sean cerámicos o porcelanatos, y el tránsito que habrá en dicho lugar si es un lugar en interior o en el exterior, expuesto a temperaturas como losa radiante, por ejemplo. Luego de analizar todas las variables, se podrá definir qué tipo de pegamento usar dado que la absorción de la superficie determinará si debe ser con resinas o no”.
Para colocar un cerámico o porcelanato sobre cualquier tipo de suelo, es importante que la superficie esté plana y limpia, para que la pieza apoye en su totalidad, que esté seca, firme y consistente. La temperatura reinante al momento de la colocación es un factor a tener en cuenta y debe ser entre 10°C y 30°C.
También se debe considerar el estilo de la casa. “Es clave seguir con ese estilo. Por ejemplo, al estilo industrial o country las tablas de porcelanato símil madera le van muy bien; al minimalista o clásico, en cambio, unos pulidos de tamaño grande”, explicó María del Mar Danuzzo, responsable de arquitectura comercial en Familia Bercomat.
Danuzzo indicó que “hay que tener en cuenta que el dormitorio es un espacio de tránsito medio, lo que permite colocar también cerámica, no sólo porcelanato. En el caso de la cocina o el living, que son ambientes de mayor circulación, sugerimos poner porcelanato, las tablas símil madera son muy funcionales. Para garajes, galerías o exteriores recomendamos colocar baldosones cementicios, y es ideal que sean antideslizantes. En los baños se pueden colocar cerámica o porcelanatos indistintamente, dependiendo de la estética o el gusto de quien lo elija. Para este ambiente, los revestimientos con placas de pared, también funcionan”.
Los profesionales tratan los pisos como una superficie táctil y visual de gran importancia. “En general trabajamos con materiales nobles como la piedra y la madera. Para que las uniones no se vean tanto, utilizamos materiales de junta rectificada para que la culminación sea prolija”, dijo Berson. Por lo general con placas de mayor tamaño y peso trabajan 2 personas en la instalación. En placas más pequeñas una persona puede realizar la labor. Es importante tener en cuenta si son ambientes chicos, ya que no hay espacio para circular es más cómodo el trabajo individual.
De manera doméstica, mucha gente apela a colocar cerámica sobre cerámica. Para evitar errores, los expertos advirtieron a Infobae que sin preparación previa, pegar el piso nuevo sobre el viejo tarde o temprano provocará un desprendimiento. Por eso es necesario picar el piso para poner cerámica, si lo existente es vinílico o suelo laminado, hay que retirarlo siempre. Si la base es de mosaicos o baldosas, cemento u otra cerámica, no debe picarse.
Liliana Silva, gerente de marketing de Cerámica Alberdi, destacó que “otro aspecto esencial es la cualidad estética que tiene que ver con la tipología (existe gran variedad de productos que emulan piedras, mármoles, maderas, cementos y de fantasía, entre otros). Vienen en diversas texturas que imitan perfectamente los materiales. De allí la posibilidad de tener el suelo deseado, sobre una base cerámica”. Debe tenerse en cuenta el tamaño de las piezas. No resulta práctico colocar cerámicas de grandes formatos en baños muy pequeños. “En cambio para ambientes amplios la decisión más acertada es optar por pisos de mayor dimensión”, añadió.
Qué pasa con las juntas
Quien se disponga a renovar o colocar pisos en su nueva vivienda, también debe prestar atención a las juntas, que cumplen un papel clave porque permiten el movimiento mínimo de la placa. Sufren desplazamientos, ante el calor se expanden y ante el frío se contraen. Sino cuentan con una junta se pueden quebrar, incluso lastimar a alguien que pase o directamente saltan desde el suelo. En la cerámica el anclaje es mecánico, requiere que el pegamento perfore los poros para fijarse al piso. Esto sucede porque la cerámica tiene absorción de agua.
Pereyra argumentó que “las juntas son pequeños espacios entre cerámicos que permiten que las piezas se desplacen libremente por la acción de contracción y dilatación, producto de tensiones estructurales producidas por movimiento, acción de vientos, o de diferencias térmicas. Estas permiten que las piezas se muevan libremente y no se produzca el salto, lo que provoca que se despeguen. Es por este motivo que las cerámica y porcelanatos, por más que sean piezas rectificadas, nunca se colocan pegadas”.
Las pastinas y los adhesivos deben estar diseñados para acompañar estos aspectos que se desarrollan en todas las obras. En interiores de viviendas se recomiendan 2 mm de junta como mínimo, mientras que para exteriores la recomendación es de 4 mm por acción climática.
Colores, tipos y precios
Por lo general, para los dormitorios se eligen pisos cálidos y armónicos como maderas, alfombras o piezas cerámicas que imiten estos diseños. Para pequeños ambientes su tamaño suele ser de 60 x 60 centímetros y para los más grandes y luminosos, de 80 x 80 centímetros.
“En ambientes de mayor condicionamiento de higiene como la cocina, el lavadero o baño, se utilizan piezas de menor tamaño, esmaltadas, de fácil limpieza y de colocación simple por la cantidad de cortes que se realizan”, precisó Pereyra. Entre las tendencias de tonos de los pisos, lo más usual son los naturales, tierra o neutros. Entre los más buscados se encuentran los porcelanatos símil madera, así como los porcelanatos beige pleno y pulidos.
“Los blancos son un clásico para baños y cocinas en diversos formatos: buscan calacatta, cerámica blanca, porcelanato pulido y natural. Con los decorados podemos aportar color y un toque lúdico. También los negros, son colores preferidos. Los blancos suelen usarse en revestimientos de paredes”, amplió Danuzzo.
Sobre los precios, la caja de porcelanato de 8 piezas símil madera de 20 x 60 cm, oscila en los $2.500; por cada unidad de pisos símil madera que incluye a las rústicas, por unidad de 122 x 18 cm se piden entre $500 y $1.200. Una caja de porcelanato de 8 piezas de 30 x 60 cm, oscila los $2.300; las cerámicas, según las marcas, por lo general son de 35 x 35 cm, valen en 880 pesos promedio. Las pastinas para las juntas, una bolsa de un kilo oscila entre $250 y $300; los morteros autonivelantes para pisos, según la bolsa (lo usual son 25 kilos), arrancan en los 2500 pesos en promedio.
Entre las innovaciones, “y para aminorar riesgos al transitar por la vivienda, se consiguen modelos bajo la denominación Low Slip (deslizamiento bajo) fabricados tanto en cerámica como en porcelanato esmaltado, disminuyendo el peligro de resbalamiento tanto en superficies húmedas como secas. Son pisos para uso residencial y de circulación con calzado normal”, concluyó Silva.
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