El Índice de Nivel de Vida de los Trabajadores (INVT) que elabora la Fundación Libertad y Progreso en base a fuentes oficiales de publicación mensual, y que permite vislumbrar si el salario de los trabajadores se aleja o acerca a la línea de la pobreza, empeoró un 9% en febrero en comparación con el mismo mes de un año atrás, previo al inicio de las restricciones por la pandemia de coronavirus. No obstante, de acuerdo al informe, en febrero 2021 se observó una mejora del 2,4% con respecto al mes anterior.
Este índice implica que, de la población asalariada que orbita la línea de la pobreza, algunos trabajadores pasen a ser pobres o salgan de esa situación conforme baje o suba el indicador.
El INVT mide la evolución de los salarios de los trabajadores argentinos, deflactado por la evolución de la canasta básica total, desde abril de 2016, dado que durante la gestión presidencial de Cristina Fernández de Kirchner se dejó de publicar la Canasta Básica Total (CBT).
En ese contexto, Natalia Motyl, economista de la Fundación Libertad y Progreso recordó que “según los datos del Indec, el último año dejó a más de 4 de cada 10 argentinos en la pobreza”.
Y agregó: “Las malas decisiones en materia política económica llevadas adelante por el gobierno afectó enormemente a la calidad de vida de los argentinos. Y hasta ahora no hay respuesta alguna por parte de la política para mejorar el futuro de todos. Es más, como vemos en el índice, la situación socioeconómica se ha agravado en los primeros dos meses de este año en la comparación interanual”.
Para la economista, hasta que no haya un horizonte claro de un programa económico que mejore las oportunidades en el mercado laboral con una modernización de las regulaciones y las condiciones, muy difícilmente se vea una mejoría sustancial.
Según el informe, si se compara febrero con octubre del 2017, momento en que se registró la mayor recuperación de los salarios en relación a la canasta básica antes de la crisis de 2018, se puede dar cuenta de una corrosión de más de 23 puntos porcentuales. Y añadió que de “no realizarse reformas estructurales para revertir el rumbo que lleva la Argentina, lo más probable es que luego de las elecciones de este año la caída sea estrepitosa”.
En tanto, Aldo Abram, director Ejecutivo de la entidad explicó que “si bien ahora se ha registrado una coyuntural mejora en febrero con respecto al mes anterior, no parece que sea sustentable en el tiempo”.
“No sólo porque, debido a la política económica actual, las empresas no están invirtiendo, como para mejorar la eficiencia de sus trabajadores y que puedan cobrar más, sino también porque lo esperable es que a lo largo del año siga siendo alto el porcentaje de suba de la canasta básica total”, añadió.
La única forma de romper este círculo vicioso de empobrecimiento, que lleva décadas, es haciendo las reformas estructurales para que argentinos y extranjeros vuelvan a querer invertir en el país (Aldo Abram)
Para el economista, los excesos de emisión del Banco Central para financiar al Gobierno y “la merma de la demanda de pesos por la incertidumbre que esta gestión genera, llevan a que el valor de la moneda siga cayendo”.
En ese sentido, estimó que esta situación se reflejará en una inflación de más del 40% e, incluso, podría acercarse al 50%, lo que se hará notar en la Canasta Básica Total.
“Así que la tendencia general del año será al empeoramiento del bienestar de los trabajadores; ya que es poco creíble esperar que los salarios suban a esa velocidad”, remarcó.
Y concluyó: “Tal como señalan los datos, las consecuencias de la implementación de políticas públicas cortoplacistas en materia económica ha causado un profundo daño a todos los argentinos, provocando una gran pérdida en la calidad y bienestar de vida. La única forma de romper este círculo vicioso de empobrecimiento, que lleva décadas, es haciendo las reformas estructurales para que argentinos y extranjeros vuelvan a querer invertir en el país”.
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