Los números de inflación no acompañaron la proyección que tenía el Gobierno para marzo y tiene pocas expectativas para que en abril comience un descenso marcado, tal como anticipó en su momento el ministro de Economía, Martín Guzmán. Mientras tanto, espera el índice oficial del mes pasado que se publicará el próximo jueves 13 para ajustar su estrategia contra la suba de precios que mira hacia dos frentes: el esquema de controles a empresas que supervisa la Secretaría de Comercio y la posibilidad de hacer ajustes en la política monetaria a través de una suba de la tasa de interés, que en rigor es potestad del Banco Central.
El diagnóstico que hacen en el Poder Ejecutivo es que si bien esperaban un primer trimestre con cifras altas, los primeros datos con lo que cuenta el Gobierno y las estimaciones privadas hablan de una inflación en abril cercana al 4%. Ese nivel sería menor al pico de 4,8% de marzo pero se ubicaría aún lejos del ritmo mensual de precios que necesitan en los despachos oficiales para mantener la expectativa en torno de 29%, el número marcado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, en el Presupuesto 2021, su hoja de ruta.
Según pudo reconstruir Infobae, los datos de abril no son alentadores para mostrar un sendero de reducción marcada en el IPC, tal como lo reconocen fuentes oficiales involucradas directamente con la pelea contra la inflación. De todas formas, esperan que en las próximas semanas haya algunos aumentos que pesaron mucho en los últimos índices, como carnes y otros alimentos frescos, para tener un panorama más certero sobre la tendencia de suba de precios.
Un sector del Poder Ejecutivo cree que el cerco a empresas de consumo masivo no es suficiente y reclaman una dureza mayor. El Gobierno está inmiscuido en la discusión con las empresas de alimentos sobre cómo serán los pasos a seguir de uno de los programas de control en góndolas más estricto en lo que va de gestión: Precios Máximos. Este esquema tiene fecha de vencimiento el 15 de mayo, pero apuntan a cerrarlo en los próximos días.
La idea central es que Precios Máximos -que fue un programa que, a diferencia de Precios Cuidados no fue consensuado con las empresas y que congeló valores de alimentos y de artículos de limpieza a comienzos de la pandemia- vaya dejando lugar a una canasta de alimentos superior a los 100 productos congelados. De todas formas, podría no implicar la finalización propiamente dicha del plan.
Cerca de Martín Guzmán aseguran que el ministro considera que en el llamado a coordinar expectativas de paritarias y de aumentos de precios en torno a su meta de 29%, el sector privado “no cumplió su palabra” y aplica reajustes por encima de esa meta, mientras algunas negociaciones salariales clave cerraron algunos puntos por encima de esa pauta oficial.
La tirantez reciente con los empresarios se deja ver en otra particularidad. Desde finales de febrero, el Gobierno propició mesas de acuerdo de precios y salarios con sectores que consideraba decisivos para la formación de precios, como alimentos, construcción y productos electrónicos.
El momentum de esa ronda de diálogo con empresarios y gremios duró poco y fue interrumpido en los primeros días de marzo. Solo volvió a la luz durante la negociación del salario mínimo, pero a la postre es una variable que impacta más en las cuentas públicas por los ajustes de algunos programas sociales de acuerdo a ese piso de remuneraciones, que al sector privado, ya que los convenios colectivos de trabajo ya están en la mayoría por encima del salario mínimo.
Las consultoras comenzaron a difundir en las últimas horas sus estimaciones de precios de abril. Orlando Ferreres, por ejemplo, calculó que el índice de abril fue de 4%, por lo que el crecimiento interanual de los precios habría sido de 40,9%. En el primer cuatrimestre del año el IPC alcanzaría de esa manera un 15,9% acumulado.
Por su parte, C&T Asesores económicos estimó una suba de precios de 3,7%. “Dado que abril de 2020 fue un mes de baja inflación (1,4% en nuestro relevamiento y 1,5% en el IPC del Indec), el dato de abril elevó la variación interanual a 44%, la mayor desde abril del año pasado”, consideraron desde la consultora. “Entre los rubros de mayor incremento se encontraron indumentaria y educación, un fenómeno estacional del mes de abril”, concluyeron.
En diálogo con Infobae, desde Ecolatina habían asegurado que “la inflación de abril la tenemos en 3,9%; después empezaría a bajar, pero no va a perforar el 2% mensual este año ni el 3% en los próximos meses. La meta del 29% ya está perdida. El objetivo del Gobierno ahora debería ser que no pase del 40%, pero incluso eso le va a ser difícil, nosotros la vemos por arriba del 40% anual”, dijo Matías Rajnerman.
Jorge Neyro, de ACM, estimó la inflación de abril entre 3,8 y 4%, tironeada por la dinámica del precio de los alimentos, que no baja del 4%, a lo que se sumaron el aumento de nafta, subtes, taxis, peajes y prepagas. “La proyección para los próximos meses es de una inflación en descenso, pero no demasiado rápido, con un piso de 2,7% a 3% hacia el tercer trimestre. Muchos ajustes de precios regulados se concentraron en el primer semestre, pero la inflación estaría en 48%/49% aproximadamente”, dijo Neyro a Infobae.
Por su parte, Cynthia Moskovits de FIEL anticipó que esperan el 3,5% para la inflación del área metropolitana y el 3,6-3,8 por ciento a nivel nacional; a fin de año esperan un valor central del 49 por ciento.
En algunos despachos oficiales creen que el Banco Central hizo bien en no ajustar con rapidez la tasa de interés de referencia tras los malos datos de inflación de los primeros meses del año ya que, aseguran, podría haber convalidado ante el mercado una expectativa de suba de precios que no es la que el Gobierno busca mostrar ante el mercado. Además, señalan que el Tesoro ya agregó algunos puntos de tasa a las licitaciones de la Secretaría de Finanzas. De todas formas, si los índices no comenzaran a ceder en los próximos meses, el análisis sobre la tasa de referencia volverá a estar sobre la mesa.
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