En el campo no hay tiempo para perder y cuando recién se comienza a hacer algo, es inevitable ya estar planeando el próximo paso. O sea, con apenas unas semanas de comenzada la cosecha gruesa, los productores ya están pensando en la campaña fina, y por ende, el mercado empieza a dar sus primeros pasos. Y todo indica que este año se va a mover fuerte.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) las compras internas del trigo que todavía no se sembró y que será cosechado recién en diciembre de este año (campaña 2021/22) alcanzaron un volumen récord de 2,02 millones de toneladas, muy por encima del 1,06 millones de toneladas que se comercializaron de manera anticipada a la misma fecha del año pasado.
Si bien todavía no se realizó una estimación de cuánto se puede llegar a producir, dos millones de toneladas ya fueron comprometidas con 1,35 millones de toneladas con precio hecho y 660.000 toneladas con precio por fijar. Por el lado de las ventas, ya hay declaradas operaciones de exportación de trigo para la campaña 2021/22 por cerca de 1,3 Mt, a embarcar entre entre diciembre 2021 y febrero 2022.
“Hay buenas perspectivas de rentabilidad: los precios estuvieron un buen año en el mercado interno, la demanda internacional se ve muy buena y eso nos permite pensar que el mercado va a ser demandado” (Terré)
Existen varios factores que explican e impulsan las compras anticipadas de trigo, aunque se los puede resumir en dos ítems que marcan la diferencia: las buenas perspectivas climáticas y agronómicas por un lado y, por el otro, las económicas. En esta línea, la jefa de Informaciones y Estudios Económicos de la BCR, Emilce Terré, sostuvo en diálogo con Infobae que “hay buenas perspectivas de rentabilidad: los precios estuvieron un buen año en el mercado interno, la demanda internacional se ve muy buena y eso nos permite pensar que el mercado va a ser demandado. Ahí está la pata de la rentabilidad que, en principio, da positivo”.
Por otro lado, Terré remarcó que en el aspecto climático “volvieron las lluvias a la región centro del país y con eso se restableció la humedad en los suelos, lo que va a posibilitar la siembra. Y más a largo plazo, el fenómeno climático de La Niña, que en Argentina significa menos lluvias que las normales, ya volvió a un terreno de neutralidad y se espera que se mantenga así en los meses más críticos del cultivo”.
“Entonces, tanto desde el punto de vista ambiental, climático y agronómico, como desde el económico, hay buenos motivos para apuntalar la siembra de trigo. A partir de ahí, todo indica que con una demanda externa que te permite colocar el trigo, hay un mercado que empieza a activarse más temprano de lo normal”, sostuvo la especialista, aunque advirtió que “si las condiciones de mercado llegasen a cambiar, también pueden cambiar los números. Es decir, estamos en un momento muy sensible que define la intención de siembra y cualquier cambio podría afectar dicha decisión”.
Incertidumbre
Sin embargo, y aunque parezca contradictorio, una de las grandes constantes que existe en el campo es la incertidumbre, sobre todo en lo que respecta a las reglas de juego que impone el Gobierno, las cuales no suelen durar mucho sin un cambio. Es por eso que, más allá de las buenas perspectivas productivas y de precios, sectores de la cadena de comercialización de trigo piden “un mensaje claro del Gobierno” al respecto.
Así, el director ejecutivo de la Federación de Acopiadores, Raúl Dente, sostuvo que “si bien hay buenas perspectivas desde el punto de vista productivo, tecnológico, de los mercados y de las condiciones climáticas; la pregunta es si el clima político-institucional va a acompañar con reglas de juego claras que no generen incertidumbre, tanto en los productores como en los mercados. Necesitamos tener un mensaje claro de parte del Gobierno”.
De esta manera, el dirigente empresario se pronunció en la previa de la realización del congreso “A todo Trigo”, que se llevará a cabo la semana próxima y que contará con la que participación del ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, y del secretario de Agricultura, Jorge Solmi. “Hay una necesidad de que haya un compromiso por parte del Gobierno en decir ‘estas son las reglas y no las vamos a cambiar”, dijo Raúl Dente.
“De esa manera se va a despejar cualquier tipo de desconfianza sobre posibles intervenciones que entorpezcan la consolidación del proceso de crecimiento de la producción e inserción de nuestro trigo en nuevos mercados internacionales. También es importante ratificar la baja participación que tiene el precio del trigo en los productos finales y consecuentemente su responsabilidad en la tasa de inflación”, agregó.
Perspectivas
Más allá del ruido político, los especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) también prevén una buena campaña de trigo, la cual según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) en su informe de Pre-campaña Fina 2021/22, podría alcanzar las 6,5 millones de hectáreas, mismo superficie que en el ciclo 2020/21.
“Si bien hay buenas perspectivas desde el punto de vista productivo, tecnológico, de los mercados y de las condiciones climáticas” (Dente)
Para el especialista en cultivos de invierno y coordinador del Programa Nacional de Cereales y Oleaginosas del INTA, Fernando Giménez, “la campaña de trigo arranca con muy buena expectativa. La perspectiva positiva se debe a los buenos precios, al pronóstico de fin de “la niña” y a las últimas lluvias que recargaron los perfiles de suelo en la mayoría de las regiones trigueras”.
En la misma línea, el referente de análisis de márgenes económicos del organismo, Carlos Ghida Daza, el cultivo de trigo presenta un positivo panorama en la proyección del nuevo ciclo, en un contexto de mercado de granos favorable para la mayoría de las producciones pampeanas extensivas.
Según Ghida Daza, “la zona núcleo presenta una adecuada provisión de agua para iniciar la campaña de invierno y con pronóstico de año neutro para el nuevo ciclo. La incorporación de cereales en la rotación de cultivos aporta de manera positiva a los balances de nutrientes, comparado con el monocultivo de soja”.
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