A través de un documento, la Unión Industrial Argentina (UIA) cuestionó el proyecto oficial para modificar el Impuesto a las Ganancias para las empresas, que ayer fue aprobado por la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados para ser tratado en el recinto.
Según la entidad empresarial, la iniciativa del Gobierno “afectará la actividad económica en general y a la industria en particular” y tendrá un impacto negativo “sobre el empleo formal, la creación de valor y la producción en todo el país”.
“El proyecto de ley en tratamiento establece una serie parámetros que perjudica al sector industrial de todo el país y al proceso de recuperación económica, tras el impacto de la pandemia. En el texto actual, el contenido de la iniciativa profundiza una serie de problemáticas”, apuntó la UIA, que especificó en su documento cuáles considera que son las cuestiones que podrían agravarse:
- Argentina tiene una presión tributaria elevada que supera el 40% sobre el sector formal y una alícuota a la reinversión de utilidades alta, del 30%, mientras que el promedio de América Latina es del 25% y en los países de la OCDE es del 23%.
- El financiamiento al sector privado en la Argentina es el más bajo de la región, del 10,8% del PBI, frente a un 55,7% de promedio en los países latinoamericanos. “Las ganancias no distribuidas son una de las fuentes principales de inversión empresarial en Argentina. Por lo tanto, volver a incrementar la alícuota de ganancias es un obstáculo para el desarrollo de la inversión, de la actividad y del empleo formal”, señaló el documento de la UIA.
- De aprobarse el proyecto, sería la cuarta modificación de este impuesto en los últimos 10 años e implicaría un incremento de 10 puntos porcentuales de la alícuota (de 25% a 35%). “Ambos factores hacen imposible la planificación para toda empresa y la previsibilidad de la economía”, según la central fabril.
- El presente proyecto genera, según la UIA, una presión tributaria adicional de $320.821 millones, de los cuales $96.246 millones provienen de la industria. “Las empresas que verán incrementada la alícuota al 35% en el sector industrial representan aproximadamente 7.000 industrias (+75 personas), 76% del empleo formal, 87% de la masa salarial y 80% de la recaudación de este impuesto”, agregaron.
- Reducir la alícuota para las micro y pequeñas empresas “es necesario”, pero para los industriales “esto debe ocurrir en conjunto con un paquete de competitividad más integral que incluya lo financiero, lo laboral y lo tributario. El presente proyecto es una nueva suba de la presión tributaria al sector formal de la economía que es el que tracciona al resto de los sectores”.
El documento de la UIA, en el marco de ese reclamo de “una visión integral de la economía” desde la cual encarar la reforma, afirma que “el complemento a la reducción en ganancias de cuarta categoría no debe ser aumentar la presión tributaria al sector productivo, sino la promoción de inversiones productivas. Consumo e inversión deben ser parte de una estrategia integral que brinde certidumbre y previsibilidad macroeconómica”.
Asimismo, la UIA tampoco ve la posibilidad de que algunas empresas comienzan a pagar un porcentaje menor de sus ganancias, tal como esgrime el gobierno al defender el proyecto: “Ninguna empresa verá reducida su alícuota respecto del 25% que debería regir en 2021, según la reforma de 2017. A partir de una utilidad neta superior a $25 millones (siempre que no se distribuyan dividendos), la alícuota es mayor al 30% que rigió en 2020. Si bien es cierto que a partir de $1.000 millones de utilidad neta una empresa paga 34,9% de alícuota efectiva (sin distribuir dividendos), ya con mucho menos utilidad la alícuota es mayor a 30%, e incluso muy similar a 35%”.
De esta forma, resaltó el documento, una empresa que tiene ganancia de $228 millones pagará una alícuota de 34,5%; de $120 millones, una alícuota de 34%; de $81 millones, una alícuota de 33,5%, y de $61 millones una alícuota de 33%.
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