El ministro de Economía, Martín Guzmán, terminó su gira europea con el apoyo retórico del gobierno ruso para avanzar en un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En su último día en Moscú, el funcionario mantuvo una serie de importantes reuniones con integrantes del gabinete de Vladimir Putin y empresarios. Además, acompañó a la asesora presidencial Cecilia Nicolini en la gestión para avanzar en la producción de la vacuna rusa en la Argentina, cuyo primer puntapié lo anunció Laboratorios Richmond.
El ministro explicó en un hilo de Twitter que por la mañana se reunión con la presidenta del Banco Central de Rusia, Elvira Sajipzadovna Nabiullina, “en profundizar entendimientos sobre las negociaciones internacionales de nuestro país, y en el camino para un relacionamiento financiero creciente entre nuestras naciones”.
Luego, se encontró con su par de Finanzas, Anton Siluanov. “Seguimos sumando apoyos para nuestras negociaciones con el FMI”, enfatizó Guzmán.
“Establecimos una muy valiosa agenda de trabajo para aprovechar el potencial que presentan las complementariedades estratégicas entre nuestras economías”.
Luego, se encontró con empresarios rusos de la industria farmacéutica, infraestructura, energía y agroindustria “para construir entendimientos que contribuyan a un clima de estabilidad para la inversión privada”, con el mismo mensaje que brindó y con los mismos reclamos que recibió en Roma y París, en relación con las trabas a las importaciones y al giro de utilidades, entre otras cuestiones.
Finalmente, en la noche de Moscú celebró con directivos del laboratorio Richmond “la noticia de la producción de la vacuna Sputnik V en nuestro país, que le hará bien a la salud pública y a la economía”. En el mismo mensaje, felicitó por el logro a Nicolini y a la ministra de Salud, Carla Vizzotti.
Guzmán llegó a Moscú el domingo por la tarde y previamente se reunió con autoridades de la Cancillería de ese país, para “profundizar las relaciones estratégicas bilaterales”, en el momento en el que la tensión entre Rusia y Estados Unidos y Europa ha crecido en forma notable.
Antes de su arribo a Rusia, el ministro se reunió con sus pares de Alemania, Italia, España y Francia, donde recibió tibios apoyos y un mensaje bastante uniforme: si la Argentina quiere un acuerdo con el Club de París, primero debe llegar a un acuerdo con el FMI.
Cabe recordar que el Gobierno enfrenta un vencimiento de USD 2400 millones con el Club de París el mes próximo, que se puede estirar otros dos meses sin caer en default.
Además, en septiembre y diciembre tiene dos vencimientos de capital con el Fondo de USD 4400 millones, que el ministro pretende incluir en un nuevo acuerdo de facilidades extendidas, para pagar la deuda a 10 años, en lugar de tener que hacerlo entre año y 2023.
La semana pasada, los principales directivos del organismo multilateral expresaron su predisposición a seguir avanzando en estas negociaciones, pero aclararon que los tiempos para cerrar el acuerdo dependen del gobierno argentino, que, salvo excepciones, quiere que se firme luego de las elecciones legislativas de noviembre próximo.
Además, el ministro pretende que en el próximo acuerdo ya rija un costo financiero menor al que está vigente en la actualidad, que supone un sobrecosto de unos 1400 millones de dólares anuales para el país.
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