En la presente campaña de soja el clima fue determinante. La ausencia de precipitaciones fue notoria especialmente en los momentos donde la oleaginosa definió los rendimientos que los productores están cosechando en estos momentos. Una situación que provocó enormes pérdidas en muchas zonas productivas. Pero el único ganador y beneficiado en el ciclo sojero, será el Estado, ya que la mejora de los precios internacionales compensará la merma de producción y potenciará los ingresos por exportaciones.
A pesar de las adversidades de la Argentina, que se profundizaron con la pandemia, el campo invirtió en toda esta campaña agrícola más de USD 17.000 millones para sembrar 38 millones de hectáreas, según precisó en los últimos días el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Daniel Nasini, además de proyectar una cosecha total de 125 millones de toneladas, un 8% de merma en relación a la campaña anterior, y con ingresos de exportaciones que llegarían a los 22.500 millones de dólares.
El aporte del campo es importante para una economía que atraviesa una profunda crisis. Sin embargo,el malestar de los productores es histórico en torno a que el dinero que ingresa a las arcas del Estado mediante el aporte de los productores, no es administrado correctamente teniendo en cuenta las enormes necesidades y dificultades del país, que con el correr del tiempo en vez de solucionarse, sucede todo lo contrario.
Y ese malestar de los productores quedó plasmado en un video que circuló en redes y grupos de WhatsApp en el que el productor y contratista rural Román Gutiérrez, de la ciudad bonaerense de Pergamino, cosechando un lote de soja, comenta las pérdidas que sufrió en la actual campaña debido a las adversidades climáticas y por dicha situación no podrá hacer frente a los diferentes costos.
El que siempre gana
“En las pérdidas el único que gana es el Estado”, dijo el productor en diálogo con Infobae. Hay que recordar que en el último relevamiento de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), de cada 100 pesos que genera una hectárea agrícola, casi 70 pesos se los lleva el Estado (nacional, provincial y municipal) mediante el cobro de impuestos, donde las retenciones a las exportaciones tienen un elevada incidencia.
En un campo del que Román Gutiérrez alquila 250 hectáreas para ganadería y 250 para soja, sobre la Ruta 178, a casi 20 kilómetros de Pergamino. los rendimientos que está cosechando no llegan, en promedio, a los 15 quintales por hectárea, cuando solo de alquiler tiene que pagar 16 quintales. Pierde plata. Y después tiene que abonar los costos de labores, más impuestos e insumos.
Lo raro de lo que cuenta Gutiérrez es que en otro campo que alquila a unos 10 kilómetros del anterior, los rendimientos rondan los 33 quintales por hectárea. Eso refleja la heterogeneidad de las precipitaciones que se registraron en el norte de la provincia de Buenos Aires.
“No sacamos ni para pagar el alquiler. Esa es la plata de inversión y riesgo que tiene el campo. Mientras tanto, el señor Presidente, como el ministro de Agricultura, el ministro de Economía, quieren seguir apretando al campo, no sé qué quieren, quieren que desaparezcan todos los productores”, dice Román en el video.
Y agrega: “Es un momento de bronca y la gente no sabe, no se da cuenta, cree que los que trabajamos en el campo somos todos millonarios, y los millonarios son los políticos. Si necesitan recaudar, ¿por qué no echan un poco de asesores, achican el gasto público, dejan de comprar pelotucedes y de mantener vagos? Con eso nos sobraría. Acá se invierte todos los años mucha plata del sector agropecuario, mucha, y eso mueve todos los pueblos y ciudades del interior. Todos los impuestos, las retenciones, no vuelven a los pueblos y ciudades”.
En diálogo con Infobae, Gutiérrez precisó que “una de las mayores broncas que uno tiene es que nos sacan en concepto de retenciones sobre plata que he invertido, más todos los aportes que tengo que hacer con otros impuestos y los costos de producción. Y hay mucha impotencia que el dinero que se va en impuestos, no vuelve a los pueblos y ciudades en una mejor calidad de vida de todos nosotros”.
El aporte de la “Región Pergamino”
La “Región Pergamino”, donde está radicado Román Gutiérrez, está conformada por los distritos de Rojas, Salto y Pergamino, donde se concentran las mejores tierras agrícolas del país. En ese lugar se cultivan más de medio millón de hectáreas de soja, trigo y maíz y se obtienen cerca de 4 millones de toneladas de producción, representando el 10% de la producción total del territorio bonaerense.
Por otro lado, el valor de la producción alcanza los 1.223 millones de dólares, y hay un aporte en materia de retenciones de 295 millones de dólares, que se suman a otros impuestos. Según el dato aportado por la Fundación FADA, los estados nacional, provincial y municipal recaudan 437 millones de dólares en materia impositiva.
Un informe realizado por economistas de FADA, señaló que los 295 millones de dólares de retenciones equivalen a 4 veces el presupuesto de Pergamino, a 4,4 veces el de Salto y 4,8 veces al de Rojas. A su vez, con un año de retenciones en la “Región Pergamino” que quedaran en manos de los intendentes, se podrían financiar 10 hospitales, 100 escuelas y 7300 cuadras de pavimento. Y también reconstruir y estabilizar 3.600 kilómetros de caminos rurales por año, en caso de que se decida que ese aporte regrese en beneficios concretos para el sector.
David Miazzo, economista Jefe de Fada, sostuvo: “Estas inversiones que se ponen como ejemplo de lo que se podría hacer, tienen el potencial de crear empleo para 3.500 personas. Es decir que, generalizando este ejemplo, con un año de este Impuesto, perdemos la posibilidad de generar 3.500 empleos anuales en cada región productiva”.
Está claro que con la vigencia de las retenciones y el aporte que ha realizado el campo y la agroindustria en todo este tiempo a través de dicho impuesto, desde el sector privado sostienen que el Estado no ha sido un buen administrador de los fondos para mejorar en todo lo relacionado a la salud, educación, seguridad, como así también los niveles de empleo. Y lamentablemente todo esto tiene un impacto negativo para las posibilidades de desarrollo del país.
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