El índice de inflación de marzo alcanzó el 4,8% y fue el más alto desde que asumió el Gobierno de Alberto Fernández. Sin embargo, los precios de la ropa y el calzado crecieron por encima del índice general y treparon un 10,8% durante el mes pasado. En el Gran Buenos Aires, el aumento fue aun más alto que en otras zonas del país y alcanzó el 16,2 por ciento.
¿Cómo se explican las subas mientras muchos locales cerraron, caen las ventas y la producción? En el sector atribuyen la escalada de los precios a las fuertes subas en los insumos como telas y materiales complementarios (como las etiquetas que complementan las prendas), problemas para producir, escasez de insumos y prendas, incremento en los costos unitarios y el cambio de temporada, que agravaron la situación durante marzo.
“La dinámica de marzo está explicada fundamentalmente por un efecto estacional: el cambio a la temporada otoño-invierno lleva a una nueva tanda de aumentos. El tipo de tejidos utilizados y las características de la ropa de invierno afecta a los precios. Al igual de lo que pasó en los últimos años, las subas mensuales más fuertes se concentraron en los meses de marzo y septiembre”, detallaron desde la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI).
Desde la cámara también alertaron sobre la crisis del sector, con caída de ventas y de producción, pérdida de puestos de trabajo y cierre de empresas. “La segunda ola volverá a golpear las ventas, por lo que necesitamos imperiosamente la asistencia del Estado Nacional”, expresaron. Este rubro quedó afuera del programa Ahora 12, que ofrecía 12 cuotas sin interés para la compra de indumentaria y calzado.
Los precios de la ropa (prendas de vestir y calzado) subieron 71,5% entre marzo de 2020 y marzo de 2021 según el Índice de Precios al Consumidor del Indec. Es la suba más alta para ese período de todos los rubros que se relevan en el índice.
En el caso del GBA, el aumento fue de 77,8% en el mismo período: 80,6% para prendas de vestir y 69,7% para calzado.
Los fabricantes de prendas de vestir aseguran que hubo una fuerte suba de 84,2% de los precios de los insumos textiles (entre febrero de 2020 y febrero de 2021), según los resultados del relevamiento que periódicamente realiza la CIAI a sus socios, donde se destacaron los incrementos en los precios de los jersey. “Tanto el eslabón industrial de confección como el de comercialización minorista absorbieron parte de los aumentos de los insumos productivos, resignando margen de rentabilidad en un contexto de fuerte contracción del mercado”, indicaron.
Sin embargo, fuentes de la industria hilandera aseguran que la incidencia de las telas en el precio final de la ropa de producción nacional que se venden en los shoppings es de apenas un 1,9%, en promedio, según la prenda. En el caso de un jean de $5.200, por ejemplo, es de un 2,2%. Y para un vestido de $8.000 no supera el 1,1% de incidencia.
“Los bienes que tienen precios libres se sostienen en la primera parte del año, el aumento en los textiles interanual da 80%, por lo que suben el doble que la inflación. La estacionalidad de la temporada te pega pero entran los productos con precios que son mucho más altos que los del año pasado. Ahí hay un tirón de demanda, en parte porque cerraste la importación y la gente dejó de viajar al exterior. Cerraste la economía. Y del otro lado, tenés incertidumbre sobre el precio de los insumos porque freno a la importación de telas y porque los precios de los insumos locales son más altos que los internacionales. Es un sector que quedó libre los los controles de precios, venía rezagado y aprovecharon para subir“, señaló la economista Marina Dal Poggetto en declaraciones a Radio Mitre.
En el sector aclararon que la fuerte variación de los precios de la ropa se da también en otros productos como artículos de electrónica, autos, materiales para la construcción, mantenimiento y reparación de la vivienda, carnes y calzado. “En general se trata de bienes cuyos precios no están regulados, salvo parcialmente la carne y se ven afectados por las subas del dólar y de los precios internacionales (en indumentaria impactó vía algodón y polyester) y sufrieron dificultades de producción y abastecimiento por la pandemia”, argumentaron.
La crisis del sector también se refleja en los datos de cantidades fabricadas: mientras en febrero la industria creció 1,6% interanual y el sector textil 9,5%, la confección de indumentaria se contrajo 1,9%, según estadísticas del Indec. En el sector textil también se observan comportamientos heterogéneos: mientras tejidos y acabado de productos cayó 2,3% (cifra muy similar a confección de indumentaria), los eslabones más primarios de la cadena como preparación de fibras y fabricación de hilados crecieron al 8,6% y 24,8% respectivamente.
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