La ayuda social para el nuevo período de restricciones al movimiento decididas por el Gobierno Nacional es muy diferente a las tres rondas del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) con las que se enfrentó el parate económico generado por la cuarentena en 2020 tanto por su alcance geográfico, cantidad de personas beneficiarias como por el monto, que creció un 50% en términos nominales. Pero por el avance de la inflación, los $15.000 pesos que planea desembolsar el Estado implican en realidad un aumento de solamente el 16% en capacidad de compra que tenían los $10.000 del IFE cuando se pagó por primera vez el año pasado.
¿Cuánto se compra con $15.000 ahora y cuánto se compraba un año atrás? En abril del año pasado, cuando durante la aplicación de la cuarentena más astringente el gobierno de Alberto Fernández lanzó el IFE de $10.000 para casi 9 millones de personas, ese monto equivalía a unas 176 Unidades de Valor Adquisitivo (UVA) y fracción. El índice ideado para actualizar créditos se ajusta por la inflación expresada en valores diarios, por lo que utilizarlo permite calcular el efecto del avance de los precios sobre los valores nominales medidos en pesos.
A valores de hoy, los $15.000 que se propone desembolsar el Estado suponen en cambio poco más de 205 UVA, es decir, un monto 16,19% mayor que el del IFE original. Esto es porque en el último año la inflación avanzó en términos interanuales -medidos hasta febrero- un 40,7%, que recorta parte del valor real de la diferencia nominal del 50% entre el nuevo bono y aquella asignación de emergencia de 2020.
Pero además de mirar el poder de compra en base al efecto de la inflación, que incluye una canasta de bienes y servicios cuyos precios avanzaron a toda velocidad combinada con tarifas reguladas que prácticamente estuvieron congeladas, también es interesante compararlo con la canasta básica alimentaria (CBA) y canasta básica total (CBT) que incluyen los bienes y servicios teóricamente necesarios para no caer en la indigencia, en el primer caso, y en la pobreza, en el segundo.
Así, los $15.000 que planea transferir el Gobierno alcanzan para comprar apenas el 25,862% de la canasta básica total de una familia de 4 integrantes, que en febrero llegó a los $57.997, y el 61% de la canasta básica alimentaria para la misma estructura familiar, que estaba el mes pasado en $24.575.
Un año atrás, cuando se lanzó el IFE, los $10.000 de entonces alcanzaban para cubrir el 23,48% de la canasta básica total y el 55,88% de la canasta básica alimentaria, la que marca la línea de la indigencia.
Los $15.000 que entregará el Gobierno alcanzan para comprar apenas el 25,862% de la canasta básica total de una familia de 4 integrantes, que en febrero llegó a los $57.997, y el 61% de la canasta básica alimentaria para la misma estructura familiar, que estaba el mes pasado en $24.575
Es decir que en términos de poder de compra de bienes y servicios básicos, el nuevo programa oficial de asistencia social implica una capacidad de compra 10% mayor que la que tenía el IFE un año atrás.
Los $15.000 que pagará el Gobierno a beneficiarios de la AUH, al asignación por embarazo y monotributistas de las categorías más bajas sirven, sí, para cubrir la canasta básica alimentaria de un adulto, según la estimó el Indec en febrero. Las cifra supera los $7.953 que estima el organismo. En cambio, no cubre la canasta básica total de una sola persona, que estaba en febrero pasado en $18.769 mensuales.
En cambio, cubre apenas el 76% de la canasta alimentaria de una familia de 3 integrantes ($19.565) y el 32,49% de la canasta básica total para esa misma familia. Por último, paga por el 58% de la canasta básica alimentaria de una familia de 5 habitantes ($25.848 mensuales) y el 24,59% de los $61.001 necesarios para que esa familia cubra la canasta básica total.
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