La aceleración de contagios de la que está siendo testigo el país en el marco de la segunda ola de Covid-19 forzó al Gobierno a volver a pensar en medidas contundentes para frenar los contagios. Aplicó restricciones a la circulación nocturna días atrás y anoche el presidente Alberto Fernández redobló la apuesta con un toque de queda desde las 20 -y hasta las 6- y la suspensión de las clases presenciales por quince días. Por ahora, sólo en el AMBA, el área más afectada por el virus. De todos modos, el discurso oficial sigue siendo que la economía no resiste otra cuarentena como la del año pasado, y que tampoco el Estado cuenta con recursos para hacer frente a las ayudas que un nuevo cierre total implicarían. Intentarán afectar la actividad productiva lo menos posible, pero claro que dependerá de cómo evolucione la situación epidemiológica.
“La situación es delicada. Si no se cumplen con los protocolos, no podremos frenar la segunda ola”, dijo ayer la ministra de Salud, Carla Vizzotti, en una conferencia de prensa que dio por la mañana. Y añadió: “Hagamos lo mínimo indispensable. Solo salgamos a trabajar, a llevar a los chicos a la escuela. Que nada que pueda dejarse para el futuro, se haga. Les pedimos postergar todo aquello que se pueda postergar”, remarcó la funcionaria, de forma enfática.
El Gobierno endureció ayer la restricción de la circulación nocturna hasta el 30 de abril en el AMBA, pero quiere evitar a toda costa tener que avanzar con cierres de actividades que sí le implicarían un costo económico importante, por lo que apela a una mayor concientización de la sociedad. Y es la misma línea que les bajan a los empresarios, que confían en que la experiencia de 2020 y el aprendizaje logrado con la implementación de estrictos protocolos eviten, o al menos dilaten lo más posible, posibles cuarentenas, por más cortas que sean.
Kulfas les dijo a los empresarios que más allá de la decisión del gobierno de cerrar o no cerrar la producción -la idea es no hacerlo, de todos modos- las empresas tendrán problemas para producir por falta de personal
Se los dijo el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, este martes a los industriales. “Maximicen los protocolos y ayuden a la gente a cuidarse los fines de semana”, enfatizó, en un encuentro con la junta directiva de la UIA al que fue convocado vía zoom. Instó a los empresarios a profundizar el diálogo con sus trabajadores sobre la importancia de cuidarse fuera del ámbito laboral, ya que si bien las fábricas siguen siendo lugares donde no aparecen los contagios, esta segunda ola comenzó a notarse en un mayor ausentismo por Covid positivo en las industrias. Es decir, los trabajadores no se contagian dentro de los establecimientos, pero sí afuera, por lo que termina repercutiendo en los niveles de actividad.
Kulfas se los dijo claramente: pese a la decisión del gobierno de cerrar o no cerrar -la idea es no hacerlo, de todos modos-, las empresas tendrán problemas para producir por falta de personal. Le pasó a varias compañías, por ejemplo a Toyota, que debió suspender un turno de producción por falta de personal. Según explicó el director de Asuntos Corporativos de la automotriz, Diego Prado, la fábrica estaba en un promedio de 10 casos confirmados por día y hoy ese número escaló a 30, lo que los llevó a contar actualmente con 400 ausentes.
En este contexto, ya no alcanzan los trabajadores que la empresa contrató durante el año pasado para suplir, en buena parte, los licenciados, y se corría el riesgo de no poder producir en ninguno de los dos turnos. La decisión fue entonces cerrar el turno tarde para asegurar al menos la producción del turno mañana. “Eso fue un mensaje muy fuerte a nuestros operarios. Es decirles: ´Es tan serio el problema que tuvimos que cancelar un turno de producción´”, enfatizó Prado.
“Está creciendo la cantidad de contagios en las empresas a pesar de que tienen todo los dispositivos en seguridad. Pero el problema son las reuniones masivas, los encuentros nocturnos. Los contagios no han sido en el trabajo. La campaña tiene que ser de concientización. No se puede imponer con medidas de seguridad porque no hay capacidad para hacerlo”, dijo a Infobae el coordinador del Foro de Convergencia Empresarial y además director de Swiss Medical, Miguel Blanco. Remarcó que, en general, lo que están haciendo las empresas es extremar las medidas de cuidado para evitar cortes en la actividad.
Por su parte, el presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), Martín Rappallini, coincidió en que “esta segunda ola se siente en la industria como en toda la sociedad” y que “seguramente tendrá impacto en la producción”. “Hay muchas empresas con trabajadores contagiados. Puertas adentro, se cumple con los protocolos, pero se enferman afuera”, precisó. Desde el sector de la construcción, a su vez, coincidieron en que “hubo una explosión de contagios y que eso hace que haya menos gente en las obras”.
Compra de vacunas de los privados
Tras el mensaje del gobierno nacional de que tanto las provincias como los privados pueden comprar vacunas, los industriales de la UIA insistieron en el encuentro con Kulfas sobre este punto. El ministro les dijo que el gobierno tiene pedidas vacunas con todos los productores y hay demoras, por lo que si no le entregan al Estado, difícilmente lo hagan con las empresas, sostuvo.
De todos modos, desde varias compañías grandes y cámaras empresarias ya activaron sus amplias redes para intentar cooperar con la vacunación, en principio, de sus trabajadores. “Hay vocación y hay supuestas ofertas de algunos laboratorios que están desarrollando la vacuna y están en fase 3″, dijo un dirigente de la entidad.
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