La fiebre de las criptomonedas y sus variantes no se detiene. Una de las últimas creaciones es el “Sucoin”, un “token” inventado en Tucumán.
El economista Marcos Ragone, de la financiera Bitnoa, dijo que con la creación del Sucoin buscan darle al mercado una mayor fluidez y convertir el azúcar en un activo financiero. Esto ocurre en un momento de incertidumbre y presiones cruzadas en torno del vencimiento, en mayo, de la actual ley de biocombustibles, una cuestión que tiene en vilo a los productores de soja, maíz y, en especial, de caña de azúcar, usados en los cortes para la producción de biocombustibles y bioetanol.
“La gente no entiende lo de criptomonedas, hay muchas dudas, es un tema nuevo. Viene a la cabeza el Bitcoin, que es básicamente una criptomoneda sin respaldo, en cambio Sucoin sería un token, una criptomoneda con respaldo en un activo real, una bolsa de azúcar de 50 kilos de azúcar Tipo A, lo que consideramos un commodity”, explicó Ragone en una entrevista radial.
En común
Lo que el Sucoin sí tiene en común con el Bitcoin, prosiguió el economista, graduado de la Universidad Nacional de Tucumán, es “Blockchain”, la tecnología de bloques, base de criptomonedas y tokens ya existentes. “El blockchain es como un escribano que nos garantiza emitir de forma precisa una cierta cantidad, algo que no se puede falsificar o hacer de manera fraudulenta. Cualquier que ingresa a la red puede ver cuántas Sucoin hay emitidas, que garantizamos con la misma cantidad de bolsas de azúcar almacenadas”, dijo Ragone.
“Para entrar al Rofex o comprar acciones tenés toda una burocracia de cosas por hacer. En cambio las criptomonedas se pueden comprar directamente”, prosiguió el economista, y explicó que el respaldo en azúcar significa una oferta a un nuevo público, común y corriente, que necesita invertir su dinero en algo diferente. Por ejemplo, si cree que el año que viene el azúcar valdrá el doble. O quiere venderla hoy a un productor que quiere fijar el precio para el año que viene”, dijo Ragone.
En todos los casos, explicó, se trata de dar mayor fluidez. “Al mercado del azúcar lo tengo en mente hace varios años; nunca logró ser un activo financiero, ser el commodity que se merece, transarse como en una bolsa de valores. No solo se puede comprar con pesos, sino con cualquier otra criptomoneda.
El mercado del azúcar es altamente informal y según Ragone, la idea detrás del Sucoin es darle mayor formalidad. “Va de la mano de lo que una cripto te puede brindar: búsqueda de nuevos clientes, que relacionen al azúcar como un activo financiero. Al aumentar la demanda, el precio del azúcar terminaría subiendo y eso beneficiaría a toda la industria. Lo fundamental es convertir al azúcar en un símbolo financiero, sobre todo en nuestra provincia”, explicó.
La creación tucumana es otra manifestación de la fiebre cripto en nuestro país. Marcos Cohen Arazi y Fernando Kühn, economistas del Ieral, la midieron elaborando, en base a Google Trends, un ranking mundial de países por cantidad de búsquedas sobre “Bitcoin” y “criptomonedas”: Argentina pasó de la posición 45 si se toman las búsquedas de los últimos cinco años al 40 si se toman los últimos tres, al 38 con los últimos dos y al 29 si se toman los últimos tres meses. Las búsquedas cripto locales más que cuadruplican las de información sobre plazos fijos y, aunque son aún inferiores a las referidas al dólar, entre 2020 y 2021 aumentaron 311%, contra 22% que lo hicieron las del dólar.
Talón de Aquiles
Las mayores críticas al Bitcoin y las criptomonedas provienen del ámbito de los historiadores y economistas académicos y, cada vez más, de los ambientalistas. El último número de la revista científica “Nature Communications” (derivada de la prestigiosa “Nature”, enfocada en las ciencias de la naturaleza) publicó una investigación de un equipo liderado por Dabo Guan y Shouyang Wang, de la Universidad Tsinghua y la Academia China de Ciencias, respectivamente, que precisó que el “minado” de bitcoins en China, uno de los países con mayor grado de contaminación ambiental del mundo, se está volviendo una barrera al objetivo de empezar a “descarbonizar” el gigante asiático. Para 2024, calcularon, el minado de bitcoins consumirá allí tanta energía como Italia y significará, por sí solo, la emisión de 130 millones de toneladas de carbono, equivalente a la que genera Nigeria, el país más grande y el mayor productor de petróleo de África.
Esto es así, explica un artículo de la revista británica The Economist, porque la tecnología blockchain está diseñada para que “minar” cada nuevo bloque requiera un poder computacional progresivamente superior, lo que implica consumos crecientes de energía. Para China, donde actualmente se “acuña” cerca del 70% de los nuevos “bitcoins” del mundo, es todo un tema. Mongolia ya prohibió el minado de bitcoins.
Así, blockchain, cuya descentralización y complejidad hacen supuestamente imposible el hackeo y explican gran parte del éxito de Bitcoin y otras criptomonedas, podría ser también su Talón de Aquiles en un mundo acuciado por el cambio climático. A menos que Sucoin achique el daño con un impulso al azúcar y los biocombustibles.
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