El Fondo Monetario Internacional (FMI) corrigió al alza sus expectativas de crecimiento económico para la Argentina en 2021, del 4,5% que estimaba en enero a un 5,8% esperado hoy. Como siempre en las proyecciones económicas, hay diferencias de acuerdo a quién es el organismo o el especialista que hace los números, pero a grandes rasgos el consenso entre los analistas varía entre un piso del 6% y un techo del 8%. Son, prácticamente, tasas chinas de crecimiento pero aún así nadie se entusiasma mucho. Se trata, si se quiere, de un crecimiento magro inflado por lo que los especialistas llaman “arrastre estadístico”.
¿Qué es el arrastre estadístico? Es uno de los resultados posibles de comparar la actividad económica de dos años diferentes en base al promedio de PIB de cada uno de esos años. Un ejemplo puramente teórico en el que un país mantiene un nivel estable de actividad del 100 en el primer año, avanza gradualmente todos los meses hasta llegar a 110 en el segundo y se estanca en ese nivel de 110 en el tercero, es útil para entenderlo.
“El PIB implotó en el segundo trimestre 2020 y después empezó a rebotar” (Caamaño)
En ese ejemplo, graficado abajo, el país en cuestión crece 5% en el año número 2, porque el promedio de actividad es 100 en el año uno y 105 en el año dos. Al tercer año, la actividad se estanca y no crece en mes alguno. Sin embargo, como el nivel estable es de 110 el promedio de actividad es, precisamente, 110. Cinco puntos más que el año previo. ¿Cuál fue el crecimiento en el tercer año? Un 4,76%, a pesar de que el nivel de actividad nunca se movió.
Semejante regularidad matemática es difícil de encontrar en la vida real. Pero, aunque de una forma un poco más compleja, 2021 da la oportunidad de ver en todo su esplendor al efecto del arrastre estadístico sobre las cifras de la economía.
“El PIB implotó en el segundo trimestre 2020 y después empezó a rebotar. Entonces cuando se hace un promedio de actividad en los cuatro trimestres del año pasado da un número bajo porque incluye el clavado de ese trimestre con números mas cerca de lo normal en el primero, tercero y cuarto. Entonces, el promedio de actividad te da una cifra intermedia entre el freno enorme de la cuarentena y los otros períodos, una cifra intermedia muy baja”, explica Gabriel Caamaño de Consultora Ledesma.
“Así, si la economía argentina se mantuviera constante en el nivel al que terminó diciembre de 2020, es decir no creciera ni decreciera en todo 2021, al comparar con el promedio del año pasado, te daría un crecimiento del 5%”, agregó.
“El estimador mensual de actividad económica, que tiene base 100 en 2004, llegó en enero a 139,0007 puntos. Durante todo 2020, promedió 128,6986, ahí está la diferencia del 8%” (Borenstein)
Consultora Ledesma estima que la economía va a crecer 7% en 2021. No todo es arrastre estadístico, pero cinco puntos de esa expansión sí lo son. El rebote, real -no se trata de una trampa ni de manipulación de estadísticas del Indec- serían los dos puntos porcentuales extra. Bienvenido pero magro después de tres años recesivos entre 2018 y 2020.
Fernando Marull, de FMyA estima que el crecimiento económico de este año rondará el 6%, de los cuales 5 puntos se explicarían por arrastre estadístico. “Asumiendo que en 2021 casi no se crece, que se llegó a diciembre y el nivel de actividad se estanca. El nivel de producción el 31 de diciembre de 2021 es muy similar al del 31 de diciembre del año siguiente”, dijo el economista.
“Al crecimiento, más allá del arrastre, lo van a traer las exportaciones y algo de recuperación del empleo que sumarían dos puntos. Pero después hay factores que bajan el PIB, por ejemplo la sequía, que recorta medio punto este año. Después falta de inversión y otros factores, estimo restan un punto. De ahí la estimación”, comentó.
La consultora Econviews estima un 7% de crecimiento del producto para este año. También, el arrastre explica la mayor parte de esa expansión a tasas chinas.
“Tenemos datos hasta enero, lo que sabemos es que el número desestacionalizado es 8% más grande que el promedio de 2020. Si por arte de magia la economía se quedara absolutamente planchada en el número de enero, la economía crecería 8%”, explica Andrés Borenstein de Econviews.
“Al crecimiento, más allá del arrastre, lo van a traer las exportaciones y algo de recuperación del empleo que sumarían dos puntos. Pero después hay factores que bajan el PIB” (Marull)
“Mirado en números es muy simple. El estimador mensual de actividad económica, que tiene base 100 en 2004, llegó en enero a 139,0007 puntos. Durante todo 2020, promedió 128,6986, ahí está la diferencia del 8%”, abundó.
“Primero, la cuestión sanitaria: entendemos que algún cierre va a haber, lo que va a frenar a la actividad, pero que no va a ser tan duro como el de 2020. Nadie sabe cuánto, cómo ni cuando se va a cerrar, así que es difícil de estimar. Segundo, la cosecha es floja en comparación con el año pasado. Otro elemento que me hace recortar la estimación”, dijo Borenstein, “También tenemos dudas sobre qué tanta importación se va a permitir, lo que frena a muchos sectores, y si la obra pública va a avanzar al ritmo planeado”, agregó.
“En resumen, si nuestra proyección se cumple tendríamos a fin de año un EMAE apenas encima de los 136 puntos. Es decir, 3 puntos debajo de enero y, aún así, el crecimiento promedio del año nos cierra en 7%”, concluyó.
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