El Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró su pronóstico sobre el crecimiento de la Argentina este año, aunque lo recortó levemente en relación con el 2022.
Así lo reflejan las proyecciones globales del organismo multilateral, que fueron difundidas hoy desde Washington en la apertura de la asamblea de la primavera boreal realizada en conjunto con el Banco Mundial.
Mientras que en enero el Fondo proyectaba que la economía crecería 4,5% este año -luego de haber estimado 4,9% en octubre pasado-, ahora la estimación pasó al 5,8%, por encima de la proyección del presupuesto nacional (5,5%), pero por debajo del nuevo cálculo del 7% divulgado por el ministro Martín Guzmán, quien el jueves hablará en este encuentro virtual.
En cambio, para 2022 redujo su pronóstico de incremento del PBI en la Argentina del 2,7% al 2,5 por ciento. En la tabla de datos, calculó además que en 2026 el crecimiento sería del 1,5 por ciento. El FMI no difunde desde hace unos años las proyecciones de inflación del país, luego de la alteración de los índices oficiales durante el kirchnerismo, entre 2007 2015. Por lo tanto, el único dato que se reflejó en el World Economic Outlook (WEO) difundido hoy es el 36,1% de fines del 2020, frente a la estimación previa del 42 por ciento.
El FMI revisó al alza el pronóstico de crecimiento de la Argentina del 2021, que pasó del 4,5 al 5,8%, mientras que lo redujo del 2,7% al 2,5% para 2022
En un apéndice, los economistas del Fondo explicaron el proceso de manipulación de los datos del Indec registrados en aquel período, que de hecho llevaron a que el organismo multilateral sancionara al Gobierno por “desconfianza en sus estadísticas”, en un caso inédito para un país democrático socio del organismo. La situación se revirtió a partir de 2016 con la normalización en el gobierno de Mauricio Macri, pero aun así el FMI no publica las estadísticas de precios del país.
“El índice nacional de precios al consumo (IPC) oficial para Argentina comienza en diciembre de 2016. Para períodos anteriores, los datos del IPC para Argentina reflejan el IPC del Gran Buenos Aires (antes de diciembre de 2013), el IPCNu nacional (diciembre de 2013 a octubre de 2015), el IPC de la Ciudad de Buenos Aires (noviembre de 2015 a abril de 2016) y el IPC del Gran Buenos Aires (mayo de 2016 a diciembre de 2016). Dada la limitada comparabilidad de estas series por la diferencia en la cobertura geográfica, las ponderaciones, el muestreo y la metodología, la inflación media del IPC para 2014-16 y la inflación de fin de período para 2015-16 no se informan en el WEO de abril de 2021”, aclararon.
Tampoco se publican las proyecciones referidas al déficit fiscal. “En el caso de Argentina, las variables fiscales y de inflación se excluyen de la publicación para 2021-26, ya que están en gran medida vinculadas a las negociaciones del programa aún pendientes”, se indicó, en referencia a la dilatada negociación con el Gobierno para firmar un nuevo acuerdo en torno de la deuda de USD 45 mil millones que el país debería cancelar entre 2021 y 2023.
El equipo de la economista Gita Gopinath indicó además que prevén un nivel de desempleo del 10,6% este año y del 9,3% el próximo, tras el 11% registrado a fines del año pasado por el Indec.
En cuanto a la balanza de cuenta corriente, el Fondo proyectó un superávit de 2,3% del PBI, luego del 3,3% del año pasado. En 2022, esta cifra bajaría al 1,3 por ciento.
Rebote global
La mejora de más de un punto en la proyección económica de la Argentina se inscribe en un diagnóstico levemente más optimista de los economistas del Fondo a nivel global, aunque con bastantes disparidades en términos regionales y subregionales por las cuarentenas (y la diferencia en la velocidad de la vacunación) que persistirá este año.
En este sentido, el WEO destacó que “tras una fuerte caída en 2020, en 2021 sólo se espera una recuperación leve y a varias velocidades en América Latina y el Caribe”, que, en términos regionales, crecerá el 4,6 por ciento.
“Gracias al repunte del sector manufacturero mundial en el segundo semestre de 2020, el crecimiento superó las expectativas en algunos grandes países exportadores de la región (por ejemplo, Argentina, Brasil y Perú), lo que llevó la previsión para 2021 al 4,6% (una revisión de un punto porcentual)”, reconoció el Fondo, en línea con el mejor resultado que presentó el PBI en el país en el último trimestre del año pasado. Aún así, el año terminó con un derrumbe del 9,9%, solo superado por la caída del 11% registrada en 2002 tras la explosión de la convertibilidad. Sin embargo, los economistas del organismo advirtieron que “las perspectivas a más largo plazo siguen dependiendo de la trayectoria de la pandemia”, que está azotando particularmente a América latina.
“Con algunas excepciones (por ejemplo, Chile, Costa Rica, México), la mayoría de los países no han conseguido suficientes vacunas para cubrir a sus poblaciones”, indicaron, lo que se reflejó en el reclamo de ayer de varios países en desarrollo, entre ellos la Argentina, para pedir apoyo financiero de los organismos multilaterales para conseguir rápidamente las vacunas y evitar largas cuarentenas, como advirtió el propio Guzmán.
A nivel global, el Fondo proyecta “una recuperación más fuerte en 2021 y 2022 para la economía mundial en comparación con nuestro pronóstico anterior, con un crecimiento proyectado de 6% en 2021 y 4,4% en 2022”.
A nivel global el Fondo proyecta una recuperación más fuerte en 2021 y 2022 para la economía mundial en comparación con nuestro pronóstico anterior, con un crecimiento proyectado de 6% en 2021 y 4,4% en 2022
Sin embargo, aclararon, “las perspectivas plantean enormes desafíos relacionados con las divergencias en la velocidad de la recuperación, tanto entre países como dentro de ellos, y con la posibilidad de que persistan los daños económicos derivados de la crisis”.
“En todas las regiones y en todos los grupos de ingresos se están produciendo recuperaciones a varias velocidades, relacionadas con las marcadas diferencias en el ritmo de implantación de las vacunas, el grado de apoyo de la política económica y factores estructurales como la dependencia del turismo”, se indicó en el WEO.
Entre las economías avanzadas, “se espera que los Estados Unidos superen este año su nivel de PBI anterior a la vacuna, mientras que muchas otras del grupo no volverán a sus niveles anteriores a la vacuna hasta 2022”.
Algo similar se prevé entre las economías de mercado emergentes y en desarrollo, según el ritmo de vacunación. “China ya había vuelto a su PBI anterior a la crisis en 2020, mientras que se espera que muchas otras no lo hagan hasta bien entrado 2023”, indicaron.
“Es probable que las divergentes trayectorias de recuperación generen brechas significativamente mayores en los niveles de vida entre los países en desarrollo y los demás, en comparación con las expectativas previas a la pandemia”, advirtió el informe presentado por la economista jefa del Fondo, Gita Gopinath.
“Las pérdidas acumuladas de ingresos per cápita durante 2020-22, en comparación con las proyecciones anteriores a la pandemia, equivalen al 20% del PBI per cápita de 2019 en los mercados emergentes y las economías en desarrollo (excluida China)”, señalaron.
En cambio, “en las economías avanzadas se espera que las pérdidas sean relativamente menores, del 11%”. “Esto ha revertido los avances en la reducción de la pobreza, y se espera que 95 millones de personas más hayan entrado en la categoría de los pobres extremos en 2020, y 80 millones más desnutridos que antes”, agregaron, en línea con el aumento de la pobreza que se registró en 2020 en la Argentina, por la mencionada crisis global y el singular problema crónico de la inflación y la falta de crecimiento económico de la última década.
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