Con un argumento formal, el gobierno de Alberto Fernández le negó a la administración de Luis Lacalle Pou la posibilidad de ampliar el dragado del Río de la Plata de 13 a 14 metros de profundidad el acceso al puerto de Montevideo, en un roce comercial-diplomático que se agrega a una lista de desencuentros y tensiones que mantienen ambos países. La confirmación del choque, se conoce después del contrapunto entre ambos mandatarios en el marco de la reunión conmemorativa por los 30 años del Mercosur
La negativa fue transmitida por la delegación argentina ante la Comisión Administradora del Río de la Plata, presidida por el embajador Diego Tettamanti, quien le comunicó a su par del país vecino, Alem García, la imposibilidad de avanzar en la profundización a 14 metros del canal de acceso a la terminal portuaria de la capital uruguaya. Cabe destacar que dicho proyecto, al estar situado en “aguas de uso común” de ambos estados, requiere la previa autorización del otro Estado parte.
El portal Boletín Informativo Marítimo publicó la Nota 504/2021 que indica que el proyecto aprobado el 29 de mayo de 2018 contempla una profundización del canal de acceso al Puerto de Montevideo a un tope de 13 metros y no a 14 metros.
Según el texto, el país vecino puede proceder al llamado a licitación para la ejecución del dragado de profundización y extensión del Canal de Acceso al Puerto de Montevideo desde el kilómetro 42,4 hasta el kilómetro 57, y desde una profundización actual de 12 metros hasta los 13 metros.
“A los efectos del Tratado el proyecto presentado, toda la documentación oficialmente aportada durante el proceso de consulta y las modificaciones que puedan haber surgido durante dicho proceso constituyen efectivamente el proyecto aprobado. La Argentina nunca se opuso a la profundidad de -13 metros planteada por el Uruguay. Y Uruguay nunca presentó un proyecto de profundización a -14 metros”, señala la nota mencionada.
Y reitera que Argentina nunca se tuvo que expedir sobre esa profundidad. “No existe ningún registro de un planteo del Uruguay para considerar otra profundidad que no sea de -13 m durante todo el proceso de aprobación”, remarca.
“Analizada por la DACARP toda la documentación oficial presentada por la DELUR así como todas las respuestas del Uruguay a las preguntas efectuadas por la Delegación Argentina durante el proceso de consulta, surge inequívocamente que el proyecto presentado habla de una profundización de los -12 metros actuales a los -13 metros proyectados”, indicó la Comisión Administradora del Río de la Plata.
En ese sentido, concluyó al afirmar que la posición argentina no es objetar la profundidad a 14 metros ya que nunca estuvo en consideración dicha profundidad desde la aprobación del proyecto hasta su aprobación. Para el caso que el Uruguay quisiera modificar total o parcialmente el dimensionamiento deberá realizar un nuevo proyecto lo que llevaría a iniciar nuevamente un nuevo proceso de consulta. Se trata, sin embargo, de un argumento formal que surge en medio de la tensión creciente entre ambos países y que tuvo su exposición pública la semana pasada.
El viernes pasado, en el marco de la conmemoración por los 30 años del Mercosur, se generó un inesperado choque diplomático en Argentina y Uruguay en un contexto en el que los convocados iban referirse a los aciertos y desafíos del bloque regional sudamericano.
Era una reunión de agenda para conmemorar los 30 años de la creación del bloque regional. Pero de un momento a otro, el encuentro virtual de presidentes del Mercosur se transformó en un tenso debate de ideas y posicionamientos ideológicos sobre los desafíos que enfrentará la región en el futuro. El punto de discordia fue la flexibilización del comercio intra y extra regional. Brasil propuso una reducción de aranceles, el uruguayo Luis Lacalle Pou acompañó y el presidente Alberto Fernández contestó visiblemente ofuscado.
“Obviamente que el Mercosur pesa, obviamente que su producción pesa en el concierto internacional, lo que no debe y no puede ser es que sea un lastre. No estamos dispuestos a que sea un corset del que nuestro país no pueda moverse”, sostuvo Lacalle Pou y Fernández no lo dejó pasar: “Si nos hemos convertido en una carga, lo lamento. No queríamos ser una carga para nadie. Una carga es algo que hace que a uno lo tiren de un barco y lo más fácil es bajarse del barco si la carga pesa mucho”.
En esa línea de confrontación más o menos pública es que se dio esta decisión de la Comisión Administradora del Río de la Plata, que desde el lado argentino se trató de desvincular de cualquier razón política. De todos modos, la decisión de no permitir esa ampliación del dragado implica un perjuicio para el interés uruguayo de para permitir una mayor carga en la terminal portuaria de Montevideo, que puede competir con los puertos de Buenos Aires y Rosario.
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