A pesar de los controles de cambio que rigieron durante todo 2020, los argentinos se las ingeniaron para hacer crecer sus tenencias de dólares el año pasado. En total, sumaron unos USD 8.270 millones para que se agregaron a las tenencias de las empresas y familias, sin que se transformen en depósitos bancarios. Al cierre del año, los residentes locales tenían guardados en cajas de seguridad, fuera del país, en el colchón o en bancos USD 231.937 millones. Sólo USD 7 de cada USD 100 están depositados en bancos, el resto está “fugado” fuera del sistema.
Los datos surgen del informe “Balanza de pagos, posición de inversión internacional y deuda externa” publicado ayer por el Indec. La dinámica muestra que el crecimiento de las tenencias de divisas de los argentinos se desaceleró fuerte el año pasado, aunque no frenó.
Así como el año pasado familias y empresas lograron atesorar unos USD 8.270 millones, en los dos años previos de corrida contra el peso y mercado cambiario abierto -además de mayor capacidad de compra del peso- las cifras habían sido mucho más importantes: en 2019 habían conseguido amasar USD 32.687 millones mientras que en 2018 habían sumado casi USD 24.000 millones.
Pero más allá del encarecimiento del dólar, tanto en su versión oficial como en las cotizaciones paralelas, y las trabas en el mercado formal, las tenencias de los argentinos en dólares continuaron su crecimiento.
Y así como los ahorristas siguieron prefirieron acumular divisas, también continuó la desconfianza en el sistema. A lo largo de 2020, la cantidad de dólares depositados en bancos locales no paró de caer. El stock de depósitos en moneda extranjera del sector privado cayó USD 3.514 millones para cerrar el año pasado en USD 15.934 millones.
Es decir que sólo el 6,87% de los billetes están dentro del sistema. El resto, USD 216.003 millones están en el colchón, en cajas de seguridad o en bancos del exterior.
Lo más interesante de los datos de Posición de Inversión Internacional es que los números no se refieren solamente a los dólares declarados. A través de estimaciones, además, se calcula el dinero sin declarar.
La cifra de USD 216.003 millones propiedad de residentes en el país que están fuera del sistema impacta por sus dimensiones. Por ejemplo, es casi 5,5 veces las reservas internacionales, que para el momento que analiza el reporte oficial estaban en USD 39.387 millones. Los dólares propiedad de argentinos que sí están depositados en bancos forman parte de esas reservas, pero todo el stock que está fuera del sistema -ya sea atesorado en el país o depositado en el exterior- no se computa.
Los datos del Indec llegan a 2006 y muestran que en la última década la cantidad de dólares que guardan los argentinos subió 106% desde 2010. En el mismo período, los depósitos en dólares crecieron sólo 35%.
El hecho de que los argentinos prefieran ahorrar fuera del sistema en lugar de ahorrar en los bancos o, incluso, en moneda local tiene costos enormes para el país.
“El corralito y el Plan bonex no son buenos antecedentes para que el argentino deje la plata en un banco y, cuando hay algún ruido, los argentinos corremos a sacarlos del banco”, dijo Juan Ignacio Paolicchi de Empiria. “El resultad es que argentina es uno de los países de la región con menos crédito en relación al producto de la región. Por debajo del 15% del PIB, un nivel muy bajo. Porque si vos no tenés crédito no tenés inversión, si no tenés inversión no te podés desarrollar y si no te podés desarrollar la pobreza nunca va a bajar. Entonces es fundamental que los ahorros, en dólares o en pesos, estén en el país para que el sector público y el sector privado se puedan financiar en el país”,
“Esto lo que te quita es potencial de crecimiento. Si vos tenés más depósitos vas a tener más préstamos. Lo que pierde Argentina es financiamiento, bancos con mayor intermediación financiera y más endeudamiento local del Tesoro. Porque mucho se critica el endeudamiento externo, pero parte de eso ocurre porque no tenés financiamiento interno. Eso obliga al sector público a endeudarse con el exterior o con el Banco Central, y al sector privado directamente lo obliga a no endeudarse y crecer poco”, dijo Martín Polo de Cohen.
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