El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se dedica a fomentar la investigación y la innovación en el campo, a lo largo y a lo ancho del país con 15 centros regionales, 52 estaciones experimentales, 6 centros de investigación y 22 institutos de investigación, y más de 350 Unidades de Extensión. Ahora, la enorme cantidad de personal que se desempeña en el organismo público descentralizado tiene a disposición un manual para que puedan aportar a la igualdad de género a la hora de escribir y hablar.
La publicación de 22 páginas vio la luz este año y lleva por nombre “Recomendaciones para el uso del lenguaje inclusivo en INTA”. Desde el instituto tecnológico aclaran que la publicación tiene como destinatario al propio personal del organismo. El propio texto aclara ese rol.
“Este manual es un aporte más a este recorrido institucional para la eliminación de las diferencias de géneros. Está dirigido a todo el personal del INTA y, como mencionábamos anteriormente, no tiene carácter sancionador ni restrictivo, sino que busca ser una guía, una herramienta de trabajo útil con enfoque de género. Aspiramos a que permita revisar los usos en distintas situaciones comunicativas (oral, escrita, formal e informal, interna y externa) y propicie el uso de un lenguaje inclusivo que evite la discriminación y reproducción de los estereotipos de género”, explica.
Además de explicar las iniciativas públicas en dirección a la igualdad de género, un antecedente por ejemplo es del del Banco Central, el manual sugiere evitar muchas de las variantes más comunes del lenguaje inclusivo coloquial o informal, como el uso de la “x” y la “e” a la hora de evitar definiciones de género. Para el INTA, esas alternativas fuera de su ámbito “son contraproducentes a la hora de amalgamar lenguaje inclusivo y coherencia gramatical”.
También se expresa en contra del uso del arroba: “No es un signo lingüístico, rompe con las reglas gramaticales del idioma y es impronunciable”.
Luego, pasa a las recomendaciones. Por ejemplo, sugiere evitar definiciones de género innecesaria. Propone reemplazar “para ser beneficiario de una beca de maestría financiada por INTA, el solicitante tiene que cumplir los siguientes requisitos: ser universitario de cualquier universidad pública” por una redacción más neutra como “Para obtener una beca de maestría financiada por INTA, quien la solicite tiene que cumplir los siguientes requisitos: estar en posesión de un título universitario de cualquier universidad pública”.
También, propone usar pronombres “sin género” con varios ejemplos. Sugiere reemplazar “el que suscribe” por “quien suscribe”. También “los postulantes deberán ser ingenieros agrónomos” por “cada postulante deberá contar con titulación en ingeniería económica”,
También sugiere evitar fórmulas que “subordinan u ocultan al género femenino. Es decir, el sentido del mensaje comunica la subordinación de la mujer por el hombre”. Así, propone evitar “marido y mujer” para inclinarse por “conyugues” (a propósito: el manual se separa en este punto en particular de la Real Academia Española, que considera incorrecta toda grafía que no sea “cónyuge”).
También sugiere “los trabajadores y sus familias” por “las y los trabajadores y sus familias”, poco después de recomendar evitar repeticiones de ese tipo.
En otro punto, por ejemplo, el manual se enfoca en “expresiones que perpetúan estereotipos sobre los roles socialmente asignados a los géneros”, a las que recomienda evitar. Por ejemplo, sugiere reemplazar “el ingeniero Roberto Gómez y Alicia asistirán a la capacitación” por “el ingeniero Roberto Gómez y la ingeniera Alicia Tucci asistirán a la capacitación o “lo invitamos a acudir con su esposa” a “le invitamos a acudir con su pareja”.
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