En la última de las cinco audiencias públicas convocadas por el Ente Regulador de la Electricidad (ENRE) para determinar los aumentos tarifarios “de transición” hasta 2023 en el servicio de electricidad, las distribuidoras Edenor y Edesur, con cobertura en el área metropolitana, presentaron propuestas de incrementos de entre 28% y 34% en promedio para sus usuarios. Las tarifas del servicio permanecen congeladas desde hace dos años.
En el comienzo de la audiencia, la interventora del ENRE, Soledad Manín, sostuvo que el incremento en las facturas del servicio de energía eléctrica en los hogares, los comercios y las industrias tiene que acompañar una recuperación económica y no afectar el poder adquisitivo de los salarios. La funcionaria anticipó que se va a implementar una política de “tarifa de transición” por los próximos dos años y señaló que es necesario “dejar dinero en el bolsillo de los argentinos para que puedan volcarlo en el consumo de bienes y servicios”.
Las tarifas deberían aumentarse un 28% a los clientes residenciales, y un 31% promedio para todos los clientes de Edenor (Ricardo Torres)
En el caso de Edenor, que tiene unos 3,2 millones de clientes en la zona Norte del AMBA, la propuesta de la empresa fue un aumento de tarifas del servicio de energía eléctrica que, sin subsidios del Estado, representan en la factura del consumidor 31% en promedio para todos los clientes y del 28% para los usuarios residenciales. El presidente de la empresa distribuidora, Ricardo Torres, detalló que con ese incremento un millón de clientes pagarían en promedio $800 y otro millón $1.600 y agregó que solamente el 18% de los clientes residenciales pagarían más de $2.100.
“Si el Estado definiera que la totalidad del déficit previsto por Edenor se incluya en la factura de los clientes, sin aplicar mayores subsidios, las tarifas deberían aumentarse un 28% a los clientes residenciales, y un 31% promedio para todos los clientes de Edenor”, indicó Torres al hablar en la audiencia pública.
Según el directivo de la empresa, hace más de dos años que no se incorpora el aumento de los costos en los ingresos de Edenor y, por eso, la distribuidora no tiene fondos suficientes para mantener sus operaciones. “Si nada cambiara este año respecto de la situación de marzo de 2020, los ingresos de Edenor no alcanzarán para cubrir sus compromisos: la compra de energía, los impuestos, los costos de operación y las inversiones”, precisó.
Por otra parte, señaló que actualmente existen 20 tarifas dependiendo del nivel de consumo y del acceso o no a la tarifa social. “Un cliente puede cambiar de categoría todos los bimestres. Hay casos que por un kilovatio hora consumido de más un cliente puede recibir una factura de $1.000 más”, afirmó el titular de Edenor. Por eso, la compañía propone ir hacia un nuevo esquema con un costo fijo uniforme y dos cargos variables.
En tanto, la compañía Edesur, con 2,5 millones de clientes, propuso para la transición dos alternativas (donde se combinan tarifas más subsidios). En primer lugar, un nuevo cuadro tarifario a partir del 21 de abril más un ajuste en agosto que tendrá un impacto en la tarifa residencial del 34% y en el promedio del resto de las categorías del 45%. La segunda opción, en tanto, incluye subsidios por un valor de $34.260 millones, sin cambio de cuadro tarifario.
El presidente de la compañía, Juan Carlos Blanco, planteó la necesidad de recomponer los recursos del sector eléctrico, tras el deterioro de la tarifa y la pandemia de coronavirus. Y destacó que el 66% de los clientes residenciales paga menos de $1.000 por mes. El directivo también remarcó que Edesur en el AMBA tiene la tarifa más baja de la Argentina ($5,4 /KWh), contra Buenos Aires ($7,8), Santa Fe ($7,5), Río Negro ($6,4) y Tucumán ($5,8).
El precio final que pagan los usuarios en las facturas está compuesto por cuatro variables: el costo de la energía (un 43% del total), distribución (33%), impuestos (23%) y transporte de la energía (1%).
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