En las últimas horas se registraron importantes precipitaciones en el sudeste de Santa Fe, noreste de Buenos Aires, sudoeste de Entre Ríos, noreste de Córdoba y en zonas de Santiago del Estero, con registros promedio de entre 50 y 100 milímetros, y el algunos casos superando esa marca. Además, hubo registro de lluvias en distritos que estaban muy complicados por la sequía, que impactó en el desarrollo de los cultivos de verano, especialmente la soja.
Sin embargo, pese a la cantidad de milímetros de agua registrados en estas áreas, las lluvias no significarán un repunte sobre los cultivos ni podrán mejorar las proyecciones de los rendimientos de la presente campaña, pero sí serán un aliciente para los de invierno.
“Los cultivos están muy avanzados, el maíz temprano ya se está cosechando y el maíz tardío está avanzado en su fenología. No hay chances de continuar su mando potencial de rendimiento a estas alturas de la campaña” (Copati)
Semanas atrás, cuando nadie lo esperaba, las lluvias retornaron a una vasta cobertura a nivel nacional, que sirvieron para detener el deterioro total de la siembra de segunda y adelantar la humedad del suelo para la siembra de la campaña fina. Al respecto, Esteban Copati, Jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, explicó en diálogo con Infobae que si bien las lluvias continúan manteniendo un escenario favorable sobre la región agrícola, las precipitaciones no cambiaron mucho los escenarios de cosecha de maíz y soja.
En ese sentido, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) informó ayer que hasta el momento se ha cosechado solamente el 18% de maíz en la región núcleo, con resultados muy desparejos que van de 60 a 130 quintales por hectárea, cuando el año pasado fluctuaban entre 80 y 150 quintales por hectárea. Como consecuencia de esta situación, se proyecta que la región va a producir un 11% menos de maíz.
La BCR, en su relevamiento semanal, también advirtió que de continuar las actuales precipitaciones, las mismas afectarían la campaña gruesa con un retraso en la cosecha de maíz y la posible aparición de enfermedades en soja en el caso de un aumento de las temperaturas.
Por otro lado, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires señaló que comenzó la cosecha de soja en sectores puntuales del centro del área agrícola, donde en el Sur de Córdoba, el Núcleo Sur y el Centro-Este de Entre Ríos se registró una importante variabilidad en rendimientos, acorde a la irregular distribución de las lluvias, y con resultados por debajo al promedio de los últimos 5 años.
Si bien Córdoba mantuvo una buena condición hídrica durante gran parte del ciclo de cultivo, es la provincia que mejor transitó la campaña de verano
“Los cultivos están muy avanzados, el maíz temprano ya se está cosechando y el maíz tardío está avanzado en su fenología. No hay chances de continuar su mando potencial de rendimiento a estas alturas de la campaña”, afirmó el experto.
La humedad sobre algunos sectores de Córdoba fueron relevantes, pero la de mayor importancia se dio en el Sureste y extremo Sur de Santa Fe, en el Noreste y Norte de Buenos Aires, que eran las regiones en donde no se había podido recuperar después de las fuertes precipitaciones del último mes. Si bien Córdoba mantuvo una buena condición hídrica durante gran parte del ciclo de cultivo, es la provincia que mejor transitó la campaña de verano.
“En la soja de primera se están haciendo pruebas de cosechas en Santa Fe, en sectores de Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires. Los cultivos están avanzados en su desarrollo y no hay chances de recuperar rendimientos. En soja de segunda, ahí está la incógnita porque en gran parte ya está avanzado su desarrollo y está finalizando el ciclo, sobre todo, en las regiones donde está lloviendo ahora. Eso limita muchísimo la capacidad de recuperar más rendimientos”, agregó Copati.
Las precipitaciones
Las lluvias de esta semana tuvieron la particularidad de hacer buenos aportes de agua sobre la zona núcleo del país, donde estuvo entre los 20 y los 70 milímetros en áreas que estaban escasas de la misma.
El experto resaltó que lo que estaba mal y que está más alejado de la etapa de madurez fisiológica todavía “está llenando el grano”. En tanto, en soja de segunda, la mayoría de los lotes que están comprometidos no pasan el rastrojo de trigo y tienen “un muy pobre desarrollo vegetativo”. Debido a la falta de lluvias en los primeros meses del año, las plantas que no tuvieron un buen crecimiento también tienen limitaciones para capitalizar esta humedad.
“En general, el único cambio que vemos posible de ahora en adelante es que se llueva todo durante la cosecha de soja y que eso pueda restar, porque cuando la soja está en madurez fisiológica no le gusta la humedad, se manchonea (daña) el grano; se brota y se puede llegar a pudrir”, explicó el referente de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Ante este escenario, las fuertes lluvias suscitadas en las últimas semanas podrían traer complicaciones a la calidad de los granos, pero a su vez, puede generar mayores pérdidas de rendimiento, aunque aclara que no es un escenario que se esté contemplando, pero no se descarta que pueda llegar a suceder.
“Lo que vimos con el maíz es que cuando comenzó la cosecha los rendimientos recolectados estaban por debajo de la expectativa, esto puede llegar a replicarse en soja, pero tenemos que esperar a que haya un avance importante de la cosecha”, comentó. Recién en unas semanas podrían haber datos sobre los avances en el centro del área agrícola que permitirían ayudar a identificar alguna posibilidad de cambio en cuanto a los rendimientos recolectados para la presente campaña.
Por último, Esteban Copati destacó que estas lluvias podrían ser beneficiosas para la campaña fina. “Es muy importante que se empiece a almacenar humedad para lo que van a ser los cultivos de invierno. Va a ser muy beneficioso para el trigo y la cebada, que empiecen a recargar los perfiles en zonas que estaban muy comprometidas”, destacó.
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