En tiempos de pandemia y con una campaña agrícola afectada por la falta de precipitaciones y la incertidumbre local y mundial que influyeron en las decisiones de los productores al momento de invertir y de comercializar, con un impacto en el desarrollo de los cultivos y las cantidades producidas, se espera un gran incremento en la contribución del sector a la economía, que alcanzaría valores récord por causa de los mejores precios internacionales.
Así lo reflejó un informe elaborado por los economistas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. A partir de una proyección total de granos que caería un 10% y alcanzaría los 112,7 millones de toneladas, y con precios promedio que se ubican un 43% por encima de los registrados hasta el mismo momento de la campaña anterior, el Producto Bruto Agrícola se incrementaría en USD 10.074 millones, las exportaciones en USD 9.975 millones y la recaudación fiscal en USD 3.741 millones. En total, durante 2021 las 6 cadenas de granos aportarían USD 40.244 millones al PBI y USD 34.642 a las exportaciones del país.
En relación al aporte de las cadenas granarias al PBI, la proyección que se presentó en el informe son unos USD 9.122 millones de aumento que lo estimado en el inicio de la campaña en septiembre pasado. Este mayor aporte está explicado por aumento promedio de los precios internacionales superior al 40% y la mayor parte de este crecimiento proviene de la cadena de la soja, que registraría un Producto Bruto superior en USD 5.855 millones al estimado inicialmente.
“La caída de un 5,4% en la estimación de producción para la campaña 2020/21, tendría como consecuencia un leve retroceso de la molienda y una caída en las cantidades exportadas de poroto (-15,5%), que se compensarían con las subas de los precios de granos y subproductos. En el caso del maíz, el incremento en el Producto Bruto Maicero sería de USD 2.200 millones, a pesar de la caída en las cantidades producidas y exportadas respecto a lo estimado en septiembre”, comentaron los especialistas.
Por el lado de las exportaciones habría un aumento de 8.900 millones de dólares, un 35% mayor en comparación con septiembre del año pasado. Además, la recaudación fiscal registraría un aumento del 26%, alcanzando los USD 13.500 millones y se estima en USD 7.641 millones, casi USD 2.000 millones adicionales en relación a septiembre de 2020, lo recaudado por retenciones.
Los economistas de la Bolsa aclararon que las estimaciones se encuentran sujetas a la evolución de las distintas variables, especialmente cantidades producidas, precios y ventas del productor. Y en ese sentido, no se descartan nuevos recortes en las estimaciones de cosecha gruesa por los efectos de la sequía y a medida que se confirmen que los rendimientos cosechados se encuentran por debajo de las expectativas.
En materia de precios, dijeron los especialistas de la Bolsa porteña, “si bien existen elementos para pensar en un escenario sostenido durante 2021, debemos ser cautos en relación a lo que pueda llegar a suceder. Lo acontecido durante el 2020 es prueba que su dinámica es muy difícil de prever. El temor a un rebrote del virus continúa allí. Todavía queda mucho de la cosecha sin fijar precio, vulnerable a un cambio de escenario, lo que representa un riesgo para alcanzar las estimaciones aquí comentadas”.
Sequía y precios
El estudio de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires sostuvo que si el efecto de la sequía es mayor en las cantidades estimadas, las proyecciones podrían verse reducidas. En un escenario con una producción estimada en 42 millones de toneladas de soja (2 millones de toneladas menos) y otras 44 (1 millón de toneladas menos) de maíz; la molienda de la oleaginosa alcanzaría 39 millones de toneladas y las exportaciones de poroto 5,5 millones de toneladas; mientras que las exportaciones del cereal se situarían en torno a 31,5 millones de toneladas. Así, la estimación del PBA total se reduciría USD 1.154 millones, el valor exportado en USD 940 millones y la recaudación fiscal en USD 370 millones.
Por el lado de los precios, en el primer semestre del año pasado registraron un marcado descenso, por la Guerra Comercial, la Fiebre Porcina Africana y la pandemia de COVID-19, que obligó a los gobiernos a tomar duras medidas de cuarentena que afectaron significativamente la actividad económica y los flujos comerciales.
A partir de ese momento, las cotizaciones comenzaron a recuperarse, registrando un rally alcista a partir de agosto, que se aceleró en el mes de octubre y llevo los precios a los más altos desde el año 2014. Entre los meses de junio 2020 y enero 2021, los precios a los que exporta Argentina aumentaron un 65% para soja y un 58% para maíz.
Según los especialistas, la recuperación de los precios llegó de la mano de la mejora de las principales economías del mundo a un ritmo superior al esperado, a una menor oferta en algunos de los principales productores mundiales, entre ellos Argentina, y el dinamismo mostrado por las importaciones de China; que llevaron los niveles de stock de granos en el mundo, y especialmente en Estados Unidos, a niveles históricamente bajos.
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