El dólar al alcance de los minoristas aumentó en sus distintas variantes entre 70 y 87 por ciento en el último año y aventajó a la inflación, los plazos fijos y los bonos. Las acciones también ganaron un 84% en pesos y un 9% en dólares (contado con liqui), pero sujetas a extrema volatilidad.
Hace un año, el 20 de marzo de 2020, el Gobierno argentino estableció una serie de medidas restrictivas para enfrentar la propagación del COVID-19. Aunque también se dispusieron medidas económicas de contención, el aislamiento social provocó un importante daño sobre la actividad real y las variables financieras.
Las apuestas por el dólar y las acciones dejaron ganancias por encima de la inflación, pero también sufrieron la volatilidad
En la profundización de la crisis registrada en los últimos doce meses, el dólar volvió a posicionarse como una opción ventajosa para ahorrar, pues no solo doblegó a la inflación, sino que ofreció un rendimiento superior al de otras referencias tradicionales en el menú, como plazos fijos y bonos. Aquí, cinco claves:
1) LE GANÓ A LA INFLACIÓN. En el último año, el dólar libre o blue acumuló un alza de 70%, desde los $84 para la venta del 25 de marzo de 2020 hasta los $143 de la última rueda.
El dólar minorista en el promedio de bancos, que entonces ya cargaba con el impuesto “solidario” del 30%, avanzó desde los $85,81 a los $160,60, un 87%, con un recargo de 35% como adelanto de Ganancias a partir de septiembre.
Para las variantes bursátiles, el aumento de los precios estuvo dentro de dicho rango, del 70% para el contado con liquidación (de $87,88 a $149) y del 64% para el dólar MEP (de $87,88 a $143).
2) IGUAL SUFRIÓ LA VOLATILIDAD. Aunque el dólar “blue” y las cotizaciones bursátiles retrocedieron con fuerza desde los máximos de finales de octubre, en el balance del último año sigue muy favorable en la comparación con otras inversiones convencionales y también con la inflación, de 40,7% anual en febrero.
En este aspecto hay que subrayar que el dólar libre registró en los últimos cinco meses una importante baja de 52 pesos o 26,7% desde su récord de $195 del pasado 23 de octubre.
En los últimos cinco meses, el dólar libre bajó 27%, aunque conservó un beneficio de 70% en la comparación interanual
3) LOS PESOS NO RINDIERON SUFICIENTE. Detrás d la suba del dólar está una remuneración por invertir pesos que resultó escasa. Quien apostó al plazo fijo con sus pesos excedentes apenas le empató a la inflación. Un plazo fijo por un monto de hasta $100.000 ofrecía una tasa nominal anual (TNA) de 27,3% a fines de marzo del año pasado, lo que significa una tasa efectiva anual (TEA) de 31 por ciento. En los meses de octubre y diciembre del año pasado -y por instancias del Banco Central- la tasa efectiva para plazos fijos orilló el 44%, pero entre 20 y 30 puntos por debajo de la evolución del dólar.
La tasa Badlar, referencia para depósitos de más de un millón de pesos, se ubicaba hace un año en el 33,6% (TEA) en bancos privados, mientras que entre diciembre de 2020 y marzo de este año se estiró hasta el 40% anual, para empalmar con la inflación y con la tasa de referencia de las Letras de Liquidez (Leliq) del BCRA, pero lejos de lo que se ganó con dólares en mano. La tasa nominal de Leliq está “clavada” en el 38% anual desde el pasado 17 de noviembre, que implica una tasa efectiva del 45,4% anual.
Para evitar la trampa de las tasas reales negativas, está la alternativa para cubrirse de la inflación de del plazo fijo UVA, que exige inmovilizar los fondos al menos por tres meses, pero ofrece una tasa del 1% anual por sobre la variación del índice CER (en base al IPC del INDEC).
4) ACCIONES AL ALZA, PERO CON “FACTOR RIESGO”. Por su sencillez,la demanda de dólares siempre es preferida a otras inversiones más sofisticadas, como acciones y bonos, donde ya juega un mayor riesgo y volatilidad, con chances de ganarle a la inflación e incluso al dólar, pero con el mismo riesgo de perder dada la inestabilidad de la economía argentina en el marco de la recesión y la pandemia.
Como referencia, el panel líder de la Bolsa de Buenos Aires, el S&P Merval, se situaba en los 299,7 puntos el 25 de marzo del año pasado, mientras que midió 326,6 puntos este martes 23, lo que deja una ganancia promedio del 9% en dólares “contado con liqui” en un año.
Pero, claro, aquí hay que tener en claro que quien apostó a un menú de acciones argentinas hace exactamente un año, lo hizo en un piso de precios en dólares en casi 17 años (desde junio de 2004), en medio de la incertidumbre de las bolsas globales, en un mes de abruptas caídas, en el que unos pocos audaces se animaron a la renta variable. Pero quien lo hizo, ganó; algo intrépido como “agarrar un cuchillo mientras cae”, como se dice en la jerga financiera.
También fueron excepcionales las ganancias de las acciones Wall Street, en los últimos doce meses, el S&P 500 escaló 55%; el Dow Jones de Industriales, un 51,2%, y el Nasdaq, nada menos que 76%. Estos enormes beneficios en dólares se observaron en el comportamiento de numerosos Cedear -certificados respaldados en acciones extranjeras- que se negocian en pesos en la Bolsa de Buenos Aires.
En los últimos 12 meses, los plazos fijos y los bonos en pesos le dieron pelea a la inflación, pero quedaron muy detrás del dólar y el promedio de acciones
En las acciones, no obstante, el factor “riesgo” siempre tiene que estar muy presente, en particular en el équity argentino. Aunque despegó de los mínimos de marzo de 2020, el panel S&P Merval medido en dólares se hundió 34,6% a lo largo del año pasado, y acumula una baja de 10,5% en el primer trimestre de 2021.
5) LA INCERTIDUMBRE JUGÓ EN CONTRA DE LOS BONOS. El que apostó al dólar también le ganó a los que lo hicieron por bonos soberanos, pues la suerte de estos activos se definió por la reciente evolución de las cuentas fiscales y la inflación. Por caso, las emisiones en dólares del canje acumulan una baja en dólares de 28% en promedio desde su salida al mercado en septiembre del año pasado.
En cuanto a los bonos en pesos, estos le dieron batalla a la inflación, aunque “ex post” no le ganaron al dólar. Las emisiones en moneda doméstica a tasa fija arrojan rendimientos próximos al 39% anual, mientras que los “dollar linked”, tienen su rendimiento atados a la evolución del tipo de cambio oficial, que subió 43% en el último año.
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