El ministro de Economía Martin Guzmán ingresó a las 14 (hora argentina) a la sede del Fondo Monetario Internacional (FMI) para mantener una reunión con la directora gerente, Kristalina Georgieva. El funcionario argentino buscó destrabar la negociación para acordar un nuevo programa financiero con el organismo para la devolución de USD 45.000 millones.
El encuentro duró dos horas y luego el funcionario partió por otra puerta, rumbo a una reunión con miembros del Congreso de EEUU.
El funcionario argentino llegó al edificio caminando acompañado por una decena de colaboradores, entre ellos el director argentino ante el FMI Sergio Chodos y la titular de Asuntos Internacionales del Ministerio de Economía, Maia Colodenco, después de reunirse durante la mañana en la embajada argentina con personal técnico del Fondo.
Por parte del Fondo Monetario, además de Georgieva estuvieron presentes en el encuentro la directora adjunta del Hemisferio Occidental Julie Kozack y el jefe de la misión argentina Luis Cubeddu. Guzmán evitó hacer comentarios a los periodistas al ingresar a la única sede habilitada del edificio, en la esquina de las calles 19 y H. Todas las otras entradas están temporalmente clausuradas debido a la pandemia.
El cara a cara entre Guzmán y Georgieva fue el primero que sostendrán desde el seminario que compartieron en febrero del año pasado en el Vaticano, un mes antes de que comenzaran las medidas de aislamiento social en la Argentina. Desde ese momento, la relación del ministro con las autoridades del Fondo –y con los bonistas privados durante el proceso de canje– fue de forma virtual.
La reunión tuvo lugar el mismo día en que el directorio del Fondo Monetario Internacional discutirá “informalmente” una ampliación del capital de sus países miembros que le reportaría a la Argentina un incremento de USD 3.500 millones en las reservas del Banco Central, según publicó la agencia Bloomberg.
Martín Guzmán busca destrabar la negociación para acordar un nuevo programa financiero con el organismo para la devolución de USD 45.000 millones
El impulso para la inyección de fondos ampliada desde Washington a los países asociados al FMI cobró fuerza tras el cambio de administración en la Casa Blanca. La iniciativa había sido bloqueda por Steven Mnuchin, ex secretario del Tesoro de los Estados Unidos durante el gobierno de Donald Trump. Con la llegada de Joe Biden y Janet Yellen al Tesoro, la idea de aumentar los DEG volvió a la agenda.
Guzmán busca destrabar una negociación que ya acumula siete meses y que tuvo pocos avances. El objetivo del Gobierno es reprogramar la devolución de los USD 45.000 millones que el FMI desembolsó hacia el Tesoro entre 2018 y 2019, en una negociación que estuvo teñida de las internas políticas del Frente de Todos en los últimos meses, por distintos motivos.
En primer lugar, la coalición de gobierno tironea respecto a una de las características centrales que debería tener el nuevo programa con el Fondo: su duración. En términos generales, un extended fund facility (EFF) como el que anunció que busca firmar el Poder Ejecutivo tiene una duración de 10 años. De todas formas, desde principio de año algunos funcionarios sugirieron que una meta deseable para la Casa Rosada sería un programa a 20 años.
La segunda discusión abierta tiene que ver con el momento para acelerar y firmar el nuevo acuerdo. El calendario original que planteó Martín Guzmán implicaba tener un programa financiero nuevo con el Fondo Monetario en mayo para encarar de inmediato la otra negociación de la deuda que tiene en el horizonte la Argentina: el Club de París. A este consorcio de naciones acreedoras, el Gobierno debería pagarle unos USD 2.400 millones pendientes.
En septiembre está previsto un pago de capital al FMI por USD 1.900 millones. Desde su llegada al poder, el gobierno de Alberto Fernández ha girado al organismo pagos por al menos USD 1.200 millones. No se espera una resolución de corto plazo, a menos que el encuentro entre Guzmán y Georgieva destrabe la situación.
El ministro cerrará el miércoles su visita a Washington visitando el Departamento del Tesoro que conduce Janet Yellen, dada la influencia que Estados Unidos ejerce en las decisiones adoptadas por el directorio del Fondo.
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