La lira turca se derrumbaba anoche en el mercado “overnite” a las 2 de la madrugada de aquel país casi 14% frente al dólar, después de que el presidente Recep Erdogan destituyera el sábado al titular del Banco Central, Naci Agbal, que había sido ministro de Finanzas y fracasó en bajar la inflación turca a pesar de haber subido las tasas de interés.
¿Por qué afecta a todos los países emergentes, en particular a la Argentina, este movimiento? En 2018, el derrumbe de la moneda de Turquía trabó el crédito internacional a países emergentes y se le cortó a la Argentina el acceso a los mercados internacionales. Al no poder repagar la deuda, obligó a Mauricio Macri a golpear las puertas del FMI. Lo demás es historia conocida.
Ahora, esta devaluación después de algunos meses de cierta tranquilidad cambiaria va acompañada de una enorme suba de la tasa de los bonos a 10 años de Estados Unidos a 1,73% que puede derrumbar los bonos de los países emergentes, encarecer el crédito para la región, voltear sus monedas, acelerar la fuga de capitales y aumentar el riesgo país. El viernes el riesgo país de Turquía cerró en 427 puntos y es más alto que el de Brasil, Chile y Paraguay. Hoy ese indicador puede crecer considerablemente y arrastrar a los demás países.
“Esto puede cambiar las reglas del juego en la región. No sé si lo hará con la fuerza de hace tres años porque hoy todo es relativo, pero va a tener efectos negativos” (Miguel Boggiano)
Quién más puede sufrir la situación es la Argentina, porque el dólar estaba subiendo 0,17% frente a las seis principales monedas del mundo. En un contexto donde los países de la región devalúan, el anclaje del dólar frente al peso va a tener dificultades para instalarse porque los inversores pueden elegir la moneda de Estados Unidos para fugar divisas como, probablemente, lo harán en Brasil que había conseguido revertir la devaluación del real. Además, afecta al comercio externo porque el retraso cambiario se hará más evidente frente a los países competidores, en particular, Brasil.
El economista Miguel Boggiano fue quien alertó de la novedad que había pasado inadvertida. “Esto puede cambiar las reglas del juego en la región. No sé si lo hará con la fuerza de hace tres años porque hoy todo es relativo, pero va a tener efectos negativos”, aseguró.
En tanto, el peso sigue desacelerando su ritmo devaluatorio. El viernes el dólar subió apenas 6 centavos a $91,36, en la semana devaluó 47 centavos contra 51 centavos de la anterior. En lo que va del mes la devaluación fue de $ 1,47 (+1,63%).
Por segunda rueda consecutiva, el viernes el Banco Central no compró dólares y las reservas perdieron USD 47 millones y cayeron a USD 39.726 millones. Es la tercera baja de las reservas. En tres ruedas cedieron USD 155 millones por intervenciones en el mercado de bonos y pagos de la deuda.
La enorme suba de la tasa de los bonos a 10 años de Estados Unidos a 1,73% puede derrumbar los bonos de los países emergentes, encarecer el crédito para la región, voltear sus monedas, acelerar la fuga de capitales y aumentar el riesgo país
Los futuros de los índices de las bolsas de Estados Unidos no recibieron de la mejor manera la noticia que vino de Turquía. Salvo el Nasdaq, que subió 0,08%. El Dow Jones perdía 0,04% y el S&P 500, 0,07%.
Según Boggiano, el que queda comprometido con la devaluación de la moneda turca es Europa por el compromiso que tienen los bancos del continente con la región. Por eso el DAX de Frankfurt caía 0,38%; el IBEX de Madrid, 1,61%; el FTSE de Londres, 1,75%y el CAC de París, 1,50%.
Las materias primas tampoco la estaban pasando bien porque el petróleo seguía en baja. Tanto el Brent, que es referencia en Europa como el WTI que es referencia en Estados Unidos y Argentina, bajaban 0,50%. La buena noticia es que la soja, después de dos ruedas de fuertes caídas, repuntaba 1,71%.
Para la rueda de hoy se abren muchas incógnitas con lo que sucederá con los bonos de la deuda argentina que vienen de cuatro ruedas de alza, con las acciones y los dólares alternativos donde si hay influencia de la crisis turca como en el pasado, habrá que recalcular las intervenciones.
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