Aunque aun no hay fecha confirmada, se espera que durante las próximas semanas el presidente Alberto Fernández anuncie una línea de créditos hipotecarios para la construcción de viviendas, que se actualizarán según la evolución de los salarios y dejarán atrás la indexación por inflación, como sucedió con sus antecesores, los créditos UVA.
En el sector de la construcción consideran que la medida será clave para la reactivación, más allá de otras iniciativas que avanzaron en los últimos meses, como el “blanqueo” y los beneficios fiscales ya aprobado para los que inviertan en proyectos inmobiliarios y obras privadas nuevas.
El crédito es fundamental para esta actividad, dado que este efecto dominó termina beneficiando a todos los tipos de inmueble
“Lo que se aprobó de incentivos a la construcción en el Congreso, que incluyen el blanqueo, sirve para promover la inversión en ladrillos y está muy bien. Pero faltan incentivos a la demanda. Eso es créditos hipotecarios. Ojalá prospere porque es imprescindible para la verdadera reactivación del sector”, señaló a Infobae Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrollistas Urbanos (Cedu).
Aunque aun no hay precisiones, el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat Jorge Ferraresi adelantó que se lanzará un sistema de créditos hipotecarios atado a la variación de los salarios. Los nuevos préstamos estarían disponibles para la construcción de viviendas en terrenos propios, ya adquiridos, y no serían destinados a la compra directa de una propiedad usada.
En octubre del año pasado, el Poder Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de Ley de Sistema de Cobertura y Promoción del Crédito Hipotecario, para crear un esquema de créditos hipotecarios donde el valor de las cuotas a abonar se ajustará por el Coeficiente de Variación Salarial (CVS). De esta forma, el proyecto plantea que los créditos se actualicen por CER (inflación) para los bancos y por salarios para los deudores. Para cubrir la diferencia se establece un fondo compensador administrada y con una capitalización inicial del Estado (Fondo Fiduciario de Cobertura y Promoción).
El fondo se financiará con una prima contenida en las cuotas de los créditos hipotecarios, un aporte inicial del Tesoro Nacional, aportes de organismos multilaterales de crédito. Mientras que las entidades financieras que participen del mercado de créditos hipotecarios, deberán integrar al fondo un aporte activo —mínimo del 1% y máximo del 5%— de cada crédito otorgado y un aporte trimestral.
“El crédito es fundamental para esta actividad, dado que este efecto dominó termina beneficiando a todos los tipos de inmueble. Es una herramienta con un efecto multiplicador de operaciones muy importante en nuestro sector. A través de un crédito una persona puede acceder a su primera vivienda y el vendedor de esta puede adquirir una unidad más grande, generando así una cadena en la que cada eslabón agrega sus ahorros, o bien un nuevo crédito, para comprar una unidad más grande o mejor”, señaló Gerardo Azcuy, fundador y director General de Azcuy, empresa de real estate.
Durante 2020 se rompieron los records de caída de la actividad inmobiliaria en la ciudad de Buenos Aires. Según los datos del Colegio de Escribanos porteño, durante el año pasado se firmaron apenas 18.764 escrituras de compraventa de inmuebles, un 44% menos que en 2019, que ya había sido el peor año de la historia para el sector, con poco más de 33.000 escrituras firmadas. Sobre ese total de operaciones, en todo el año pasado, hubo apenas 1.092 concretadas con crédito hipotecario, una baja de 64% con respecto al año anterior.
“Los créditos hipotecarios son medidas super necesarias y es fundamental que sean política de Estado. Ayudan a dinamizar la economía y el sector. Se suman a las medidas como el blanqueo y los beneficios impositivos, que están generando muchas consultas e interés”, destacó Matías Wepfer, director de Operaciones y Comercial de Rosbaco & Partners.
“La idea es incentivar a que tiene un terreno con un crédito que acompañe su crecimiento salarial. Es una vuelta de tuerca, diferente a los UVA, porque apuestan por primera vivienda y refacciones. Es positivo para cubrir el déficit habitacional. El sector necesita estas medidas, se mueve en pesos que se vuelcan nuevamente a la economía”, agregó Wepfer.
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