A pesar de la suba del gasto y con la ayuda de las retenciones, el déficit fiscal de febrero fue el más bajo en seis años

Los fondos para obra pública aumentaron casi 150% en febrero, pero se vio compensado por un avance de 200% en los ingresos por derechos de exportación. Los economistas advierten que la dinámica fiscal podría cambiar en los próximos meses

El Gobierno aceleró en febrero el ritmo de gasto público pero logró terminar el primer bimestre del año con el déficit más bajo en seis años. EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo

El Gobierno aceleró en febrero el ritmo de gasto público, principalmente en la ejecución de fondos destinados a obra pública, pero logró terminar el primer bimestre del año con el déficit más bajo en seis años. Ese resultado fiscal estuvo explicado, principalmente, por el aporte de las retenciones a las exportaciones en la recaudación tributaria. Los economistas advierten que la dinámica fiscal podría cambiar en los próximos meses.

De acuerdo a la información publicada este lunes por la Secretaría de Hacienda, “la dinámica fiscal de febrero ha mostrado un sendero compatible con los objetivos buscados por el Gobierno Nacional”, aseguró. En términos prácticos, el rojo primario (sin contar el pago de intereses de deuda) fue de $18.757 millones. Como comparación, en febrero del año anterior había sido de $27.500 millones. De esta manera, el sector público revirtió el superávit de $24.000 millones que había registrado en el primer mes del año.

Al sumar las erogaciones de intereses, el rojo financiero fue $64.317 millones. Hace un año el desequilibrio fiscal total había sido de $67.600 millones. Considerando el resultado de las cuentas públicas de los primeros dos meses del año, es la cifra más baja de los últimos seis años, según destacaron desde el Ministerio de Economía.

Hay dos elementos que explican el resultado fiscal de febrero. Por un lado, la aceleración del gasto público durante ese mes. Para el caso de los gastos de capital, el ritmo de aumento interanual fue (como lo había sido en enero y febrero) de una magnitud de tres cifras. En el segundo mes del año el incremento fue de casi 150%, con $32.800 millones.

Dentro de ese rubro hubo subas en el gasto de educación por 657% hasta $2.700 millones, 270% para vivienda ($1.600 millones), 223% para agua potable y alcantarillado ($8.500 millones), 157% para energía ($3.970 millones) y 115% para transporte ($9.415 millones). El despegue de la obra pública es una de las apuestas del Gobierno para mostrar una recuperación de la actividad este año antes de las elecciones parlamentarias.

La Secretaría de Hacienda consideró que “la dinámica fiscal de febrero ha mostrado un sendero compatible con los objetivos buscados por el Gobierno Nacional”. REUTERS/Agustin Marcarian

El gasto corriente primario, el que tiene mayor peso en las cuentas públicas y que incluye prestaciones sociales, salarios y subsidios, de todas formas tuvo un aumento interanual menos pronunciado: 39,6%. Más allá de ese promedio, la cuenta de subvenciones a energía y transporte tuvieron un incremento de 86% en relación a febrero del año anterior.

Otros componentes del gasto tuvieron subas considerables. Las transferencias corrientes se incrementaron casi 60% hasta $65.428 millones, de los cuales la mayor parte ($52.128 millones) correspondieron al sector privado. En ese aspecto se destacan las erogaciones del Ministerio de Desarrollo Social en concepto de Políticas Alimentarias (+$6.561 millones), impulsado por el incremento del 50% del valor de la asignación de Tarjeta Alimentar. Por otra parte, el programa Potenciar Trabajo registró un incremento de $5.192 millones.

Un elemento central del gasto del Estado en los últimos años fueron los intereses de deuda, que en febrero tuvieron una reducción de casi 20% en términos reales. “Cayó el pago de intereses en las cuentas públicas y el déficit financiero se moderó. La reducción de intereses obedece al proceso de reestructuración”, explicaron fuentes del Ministerio de Economía.

Considerando el resultado de las cuentas públicas de los primeros dos meses del año, es la cifra más baja de los últimos seis años, según destacaron desde el Ministerio de Economía

Por el lado de los ingresos, las luces principales se las llevaron nuevamente los derechos de exportación, que en los últimos meses reportaron una recaudación tributaria considerable al fisco. En febrero, por caso, crecieron casi 200% y significaron un aporte de $61.800 millones. A modo de comparación, hace un año esa cifra había sido de casi $20.900 millones.

Hubo por otra parte otros ítems entre los ingresos que tuvieron avances marcados y que desde el Palacio de Hacienda consideraron “influenciados por la mejora de la actividad económica”. En ese sentido, ejemplificaron que la recaudación por Ganancias subió un 90% y la de Bienes Personales, más de 200%, aunque admitieron que en el primer caso se trata de una base de comparación baja al tomar en cuenta febrero de 2020.

“El desempeño del gasto primario y el resultado primario se mantienen en línea con lo previsto en el Presupuesto. Estamos dando espacio a la planificación presupuestaria tal como está prevista”, comentaron desde Hacienda. En términos de ejecución de los fondos establecidos para este año, aseguraron, es de 17% para el gasto primario y 10% para los gastos de capital, entre ellos obra pública.

El gasto en concepto de Políticas Alimentarias (+$6.561 millones) fue impulsado por el incremento del 50% del valor de la asignación de Tarjeta Alimentar.

Para Francisco Mattig, analista de Consultatio, el resultado fiscal de febrero “es una buena noticia porque vino un poco mejor que lo que se podía esperar. Pensábamos que los gastos primarios podrían crecer por encima de los ingresos nuevamente, pero eso no ocurrió”, comentó.

Los riesgos vienen por el lado del nivel de actividad, es decir, que algunas restricciones terminen suavizando la recuperación económica y eso se traduzca en menores ingresos tributarios, y obviamente vinculados al gasto y las elecciones”, continuó.

“Si bien la noticia fue buena, no hay que dejar de destacar que el primer trimestre siempre es el mejor y, el riesgo acá es que el gasto se acelere de cara a agosto. Todavía es temprano para ver eso. Mantenemos nuestra proyección de que el déficit primario podría ser 3,5% del PBI (1 punto porcentual menos que el Presupuesto), pero hay que seguir estas dinámicas de cerca”, completó.

Para Matías Carugati, economista de la consultora Seido, “el resultado fiscal de febrero estuvo dentro de lo esperado. El gasto (real, sin estacionalidad) no retrocede mucho y los ingresos no levantan, lo cual hace más difícil cumplir con las metas fiscales. Veremos cómo sigue la película”.

Por su parte, Gabriel Caamaño (Consultora Ledesma), aseguró que “el rojo primario de febrero 2021 consumió prácticamente todo el saldo positivo de enero y el primer bimestre, siempre el mejor, cerró prácticamente nulo. La mermada carga de intereses (reestructuración) explicó el resto de la mejora del rojo financiero”, comentó.

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