El ministro de Economía Martín Guzmán adelantó para esta noche su viaje a los Estados Unidos y comenzará desde este jueves una agenda de reuniones con fondos de inversión y think tanks en Nueva York, como parada previa a la reunión que sostendrá entre el 23 y el 24 de marzo con el Fondo Monetario Internacional para destrabar la negociación por un nuevo programa financiero.
Según confirmaron fuentes oficiales a Infobae, el jefe del Palacio de Hacienda viajará esta noche a Nueva York y desarrollará sus primeras actividades oficiales desde mañana. En la agenda habrá representantes de fondos inversores y de centros de estudios económicos de esa ciudad.
El jefe del Palacio de Hacienda viajará esta noche a Nueva York y desarrollará sus primeras actividades oficiales desde mañana. En la agenda habrá representantes de fondos inversores y de centros de estudios económicos de esa ciudad
El viaje que comenzará esta noche será el primero que encabezará Guzmán en el marco de las conversaciones con el FMI desde enero del año pasado, dos meses antes del inicio de las restricciones por la pandemia en la Argentina. Desde ese momento, el ministro reestructuró la deuda con los bonistas privados y llevó adelante los primeros meses de discusiones con el staff del Fondo Monetario de forma virtual.
Hace algunos días, el FMI había confirmado que el ministro de Economía y la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, se reunirán este martes 23 de marzo en Washington y que las conversaciones continuarán el miércoles 24. Habrá en esos días, además, contactos con el presidente del Banco Mundial David Malpass.
Según fuentes oficiales, aún no está confirmado que Guzmán tenga una reunión personal con la secretaria del Tesoro norteamericano Janet Yellen, aunque descuentan que habrá “contactos a nivel técnico” entre el Ministerio de Economía y el Tesoro de los Estados Unidos.
Una particularidad que comparten Guzmán y Yellen es el mentor: se trata del premio Nobel de economía Joseph Stiglitz, un académico que también podría estar en la agenda del ministro, considerando la relación cercana que tienen y que en febrero del año pasado se vieron en un seminario sobre procesos de endeudamiento y reestructuración organizado en el Vaticano.
Uno de los asesores principales de Yellen en el Tesoro norteamericano es David Lipton, ex número 2 del FMI durante la dirección de Christine Lagarde, e identificado como uno de los “halcones” del organismo durante las negociaciones con el gobierno de Mauricio Macri. El ex presidente, incluso, lo nombra a Lipton en su libro publicado este miércoles Primer Tiempo como uno de los “culpables” de las crisis cambiarias de mediados de 2018, ya que el funcionario del FMI se negó a permitir que el Banco Central argentino pudiera intervenir en el mercado para calmar el tipo de cambio. Además, reveló que el entonces titular de la autoridad monetaria, Luis Caputo, renunció al BCRA en medio de una “relación rota” con Lipton.
La comitiva del ministro estará integrada por el director argentino ante el Fondo Monetario, Sergio Chodos, y un grupo de colaboradores cercanos, que a fines de enero fueron vacunados con la Sputnik V
La escala en los Estados Unidos será la primera en un itinerario que espera llevar adelante Guzmán en las próximas semanas y que incluirá visitas a países europeos y asiáticos con una doble misión: conseguir el apoyo de esas naciones que integran el directorio del FMI para que den luz verde a un eventual programa financiero nuevo, y sentar la base de la negociación con el Club de París.
La comitiva del ministro estará integrada por el director argentino ante el Fondo Monetario, Sergio Chodos, y un grupo de colaboradores cercanos, que a fines de enero fueron vacunados con la Sputnik V, algo que fue revelado en el listado de personas inoculadas de forma excepcional por personal del Hospital Posadas.
El círculo íntimo de Guzmán, que suele acompañarlo a sus viajes, está integrado por Pablo Javier Salinas, que tiene cargo de asesor pero en los hechos es su secretario privado. También formaron parte del listado Maia Colodenco, la encargada de asuntos internacionales del Ministerio de Economía, Melina Mallamace, jefa de gabinete de Guzmán, y Vera Voskanyan, jefa de comunicación.
Hace algunos días, el vocero del organismo Gerry Rice comentó que “las discusiones (entre los funcionarios argentinos y los técnicos del FMI) están en proceso, son activas y constructivas”, dijo. Sobre la agenda de trabajo y si sería posible resolver las negociaciones en mayo –tal como preveía inicialmente el Gobierno– Rice afirmó que “va a tomar tiempo” y pidió “esperar” a los resultados de las reuniones entre Guzmán y Georgieva.
“Nuestro objetivo es muy claro: ayudar a la gente de Argentina tanto como podamos. Un programa del FMI puede ayudar a fortalecer la economía a través de un crecimiento sostenible, inclusivo y que esté liderado por el sector privado, además de ayudar a los más vulnerables. Esos son los principios”, dijo Rice.
Guzmán viajará a Washington para destrabar una negociación que ya acumula siete meses y que tuvo pocos avances. El objetivo del Gobierno es reprogramar la devolución de los USD 45.000 millones que el FMI desembolsó hacia el Tesoro entre 2018 y 2019, en una negociación que estuvo teñida de las internas políticas del Frente de Todos en los últimos meses, por distintos motivos.
Aún no está confirmado que Guzmán tenga una reunión personal con la secretaria del Tesoro norteamericano Janet Yellen, aunque descuentan que habrá “contactos a nivel técnico” entre el Ministerio de Economía y el Tesoro de los Estados Unidos
En primer lugar, la coalición de gobierno tironea respecto a una de las características centrales que debería tener el nuevo programa con el Fondo: su duración. En términos generales, un extended fund facility (EFF) como el que anunció que busca firmar el Poder Ejecutivo tiene una duración de 10 años. De todas formas, desde principio de año algunos funcionarios sugirieron que una meta deseable para la Casa Rosada sería un programa a 20 años.
La segunda discusión abierta tiene que ver con el momento para acelerar y firmar el nuevo acuerdo. El calendario original que planteó Martín Guzmán implicaba tener un programa financiero nuevo con el Fondo Monetario en mayo para encarar de inmediato la otra negociación de la deuda que tiene en el horizonte la Argentina: el Club de París. A este consorcio de naciones acreedoras, el Gobierno debería pagarle unos USD 2.400 millones pendientes de la hoja de ruta rubricada por Axel Kicillof en 2014.
Pero incluso desde el Ministerio de Economía admite que “los tiempos políticos” son los que mandarán en un año electoral como este y –con ayuda del ingreso de divisas por las exportaciones–, en el mejor de los casos el Poder Ejecutivo podría atravesar este año sin acuerdo con el FMI, que quedaría entonces para después de las elecciones de medio término.
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