En 2020 el precio de la carne la sacó una enorme ventaja a los salarios y, como resultado, el poder adquisitivo de los trabajadores cayó a niveles mínimos de más de10 años, según datos privados. La relación entre el salario promedio y el valor de la carne es la más desfavorable desde 2010: hoy, un sueldo alcanza para comprar unos 106 kilos de carne, mientras que en febrero de 2020 alcanzaba para comprar 136 kilos.
Los números surgen de la base de datos de Fundación Mediterránea - IERAL, que actualiza constantemente series de la relación entre el valor del salario y el de una serie de bienes. En este caso, el economista Juan Garzón alertó sobre el valle que habían alcanzado los salarios en cuanto a su capacidad de compra después de la recesión que derrumbó a la actividad económica en 2020.
La serie mide la mediana de salario privado formal en la Argentina y la divide por el valor de una canasta de cortes de carne bovina. El resultado es la cantidad de kilos de carne que compraría ese salario medio si se volcara en forma íntegra a la compra de carne.
La serie sufrió abruptos desplomes en el pasado. El punto más bajo es septiembre de 2002, tras la mayor recesión sufrida por la economía. La caída de la producción de carne bovina previa a 2010 también se hizo sentir, llevando a la capacidad de compra a un piso de 105 kilos, así como también las devaluaciones de inicios de 2014 -dentro del cepo cambiario- y 2015, la salida del cepo, que llevaron la capacidad adquisitiva a 136 kilos y 129 kilos, respectivamente.
Si bien en la serie es fácil encontrar los grandes hitos de las recurrentes crisis argentinas, sobre todo las cambiarias, la capacidad de consumo de carne por parte de los argentinos no está determinada exclusivamente por el valor del dólar.
Los salarios en dólares de Argentina están bajos, en los niveles más bajos de los últimos diez años (Garzón)
Por supuesto, el valor del salario medido en dólares tiene su efecto dado que la carne es un bien transable y con precio internacional. Pero, según explica Garzón, hay más factores que juegan.
“Los salarios en dólares de Argentina están bajos, en los niveles más bajos de los últimos diez años (a pesar que la carne en Argentina sigue siendo barata en dólares en perspectiva internacional). En segundo lugar, hay un buen contexto de demanda externa, que está siendo aprovechado por la cadena para mejorar su rentabilidad, las exportaciones están en muy buen nivel, eso saca carne del mercado interno y hace que los precios en góndola estén muy presionados a la suba”, dijo Juan Garzón.
“Un tercer punto que podrías agregar es que la producción de carne viene bastante estabilizada en los últimos 3 años, ha crecido muy poco, eso hace que cuando “te tira” un poco más la demanda externa, te quedes con menos carne para el mercado interno (y por ende precios internos más altos)”, concluyó el economista del IERAL.
Análisis similares en el mercado de lácteos, donde la producción aumento 7/8% durante el año pasado, hicieron que la mayor demanda del exterior encontrara excedentes locales que no se trasladaron de la misma manera al precio interno, explica el analista.
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