El Gobierno expresó que apoya la creación de un régimen que cobre más impuestos a las grandes compañías digitales como Google o Facebook. La Argentina forma parte de una discusión que lleva adelante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el club de naciones más desarrolladas del mundo, que se reunirá virtualmente este miércoles para continuar las tratativas.
En rigor, es un debate que tiene lugar entre las principales economías desde hace años. El punto central que buscan resolver es cómo implementar un sistema de tributación para los gigantes tecnológicos para evitar lo que esa entidad llama “traslado de beneficios”, es decir, que esas compañías no sean gravadas por sus ganancias en la mayoría de los países en que operan.
La OCDE busca resolver cómo evitar que las big tech realicen un traslado de beneficios”, es decir, que esas compañías no sean gravadas por sus ganancias en los países en que obtienen rentas
Las conversaciones entre los países europeos y Estados Unidos llevan varios años, pero la OCDE se comprometió a tener lista en junio de este año una propuesta consensuada sobre cómo avanzar en el cobro de impuestos a las grandes empresas digitales. El Estado argentino adhirió a esa discusión y manifestó su apoyo al avance conjunto entre todas las naciones.
“El objetivo es lograr para junio un consenso para revisar el criterio de presencia física y establecer nuevos parámetros para el cálculo del Impuesto a las Ganancias en base a la relevancia económica de sus negocios vía internet. Esto beneficiará sin dudas a Argentina”, había afirmado hace algunos días Roberto Arias, el secretario de Política Tributaria del Ministerio de Economía en su cuenta de Twitter. Este miércoles la OCDE -con presencia argentina- continuará con reuniones para definir una salida a ese debate.
Impuestos a servicios digitales: qué se discute en el mundo
El auge de las compañías tecnológicas que ofrecen servicios en todo el mundo disparó entre los países integrantes de la OCDE en los últimos años la pregunta sobre cómo asegurarse de que esas corporaciones sean gravadas por las ganancias que reciben en todos los países en los que operan, independientemente del lugar en el que están radicados.
El debate -que en la OCDE se materializó en una iniciativa conocida como BEPS (erosión de la base imponible y al traslado de beneficios)- tuvo muchos capítulos y la posibilidad de un consenso entre los países europeos y los Estados Unidos estuvo lejos de la mesa, al menos hasta antes del cambio de gobierno en la Casa Blanca.
En Europa los países también tienen visiones diferenciadas. España y Francia, por su lado, ya implementaron impuestos especiales para ese sector, lo que se conoce como “tasa Google”.
“El mayor problema que tienen las empresas grandes de servicios digitales es la deslocalización de los servicios. Gran parte de esas empresas prestan servicios en todo el mundo y tenían sus casas matrices en lugares de baja tributación, como Google o Facebook en Irlanda”, explicó el abogado tributarista Iván Sasovksy.
El criterio básico que aplican los países desde hace décadas para cobrar impuestos es tomar en consideración el lugar de radicación de la empresa, pero las big tech desafían esa lógica: pueden generar ganancias sin necesidad de tener presencia física en determinado país. La preocupación de los gobiernos fue que esa situación les permita a las empresas hacer planificaciones fiscales para pagar impuestos en países de baja tributación o paraísos fiscales mientras obtiene renta en naciones con altos impuestos.
En esa discusión de los países centrales hay distintas posiciones. Según comenta Alfredo Martínez, director de impuestos internacionales del estudio Lisicki & Litvin, históricamente Estados Unidos sostuvo que la manera de gravar a ese tipo de compañías es a través del sistema tributario vigente. Y que exista una suerte de “reparto” en el cobro de Ganancias: una parte que sea tributada en el país donde se efectuó el servicio y otra en el lugar de radicación de la compañía.
En Europa los países también tienen visiones diferenciadas. España y Francia, por su lado, ya implementaron impuestos especiales para ese sector, lo que se conoce como “tasa Google”. Según Martínez, “con el tiempo (los países de la OCDE) se dieron cuenta que el tema de lograr un consenso es complejo. La primera fecha que se puso para alcanzar un acuerdo sobre cómo gravar sin que sea una doble imposición fue 2018. Después sucedió la pandemia y en la segunda fecha, diciembre de 2020, tampoco hubo consenso. Ahora se planteó junio de este año″, especificó.
Ganancias sí o no: cuál es la posición argentina
Argentina participa de las reuniones en el seno de la OCDE, que suelen ser recurrentes en los últimos meses, según explicaron fuentes oficiales a Infobae. Este miércoles habrá una nueva reunión virtual. La postura del Gobierno en ese debate será la de apoyar un consenso global en lugar de iniciativas particulares de cada país.
En términos generales, de todas formas, la Argentina postula que las grandes empresas digitales deberían pagar un impuesto por la renta obtenida en el país. “Con estas nuevas reglas de juego ya no podrá ninguna empresa evitar tributar por este tipo de transacciones, dado que forma parte de este consenso global el establecimiento de una tasa mínima efectiva que todas los países estarán obligados a aplicar”, comentaron fuentes de Gobierno que pidieron no ser identificadas.
La idea del Gobierno es “considerar el volumen de facturación total” de cada empresa de este tipo y “aplica una alícuota mínima para determinar el impuesto mínimo que deberá pagar” cada empresa.
Según explicó Sasovsky “no hay un régimen especifico en la Argentina que grave a esas empresas con un impuesto o ‘tasa Google’ como se llama en el resto del mundo”. Martínez agrega que el Estado argentino “gravó actividades de este tipo pero no con Ganancias” por lo que “técnicamente hablando, tiene la misma posición de otos países del mundo”.
En la actualidad este tipo de consumos paga IVA, lo que encareció el precio del servicio para los usuarios, pero no representó ningún cambio en términos tributarios para las compañías, especificó Martínez. Y si bien empresas como Google o Facebook tienen presencia “física” en la Argentina, “quien presta los servicios grandes son las operadoras que están en Reino Unido, Irlanda o los Estados Unidos, no es común que las oficinas locales son las que briden estas actividades, sino que tienen un papel más ligado al servicio post venta”, comentó.
“Argentina se vería beneficiada, no sólo por formar parte de una estructura global que va a continuar expandiéndose, sino además por el cambio en las reglas de juego internacionales sobre el tema. Somos un país que tiene significativos niveles de consumo de servicios digitales pero como los grandes jugadores del mercado no tienen presencia física en nuestro país, esos ingresos generados contribuyen muy poco a la recaudación impositiva nacional”, añadieron desde la Casa Rosada ante la consulta de Infobae.
La idea del Gobierno es “considerar el volumen de facturación total” de cada empresa de este tipo y “aplica una alícuota mínima para determinar el impuesto mínimo que deberá pagar”. “De ese monto la Argentina podría ser acreedor de una porción en función del volumen de negocios que la empresa tenga en el país. Las perspectivas resultan interesantes sobre todo pensando en un mercado que crezca y se continúe desarrollando”, concluyeron fuentes oficiales.
Un cambio de estas características, más allá de lo que resuelvan las discusiones de la OCDE, deberá tener luego un debate local, ya que para modificar el sistema impositivo e incluir a las big tech el Poder Ejecutivo necesitaría el apoyo del Congreso nacional.
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