Los bonos del Tesoro de Estados Unidos se convirtieron en el “fantasma” de la región y de la Argentina. La diferencia, es que los países vecinos devalúan sus monedas mientras la Argentina ancla un dólar que está creciendo frente a todas las monedas del mundo. Con esta estrategia, el país está creando un peligroso atraso cambiario. A pesar de que la soja se acerca a los USD 530 dólares, un dólar bajo limita el ingreso de las divisas.
Por supuesto, la fe en el ingreso de dólares de la cosecha en el corto plazo, es lo que mantiene en pie al ministro de Economía, Martín Guzmán, soportando las adversidades en la interna del partido gobernante, que son más fuertes que las que le impone un mundo con mercados volátiles.
El viernes el Gobierno no solo acudió a la venta de bonos para contener a los dólares alternativos, sino que siguieron las “recomendaciones” telefónicas y las amenazas de inspecciones. En el mercado tienen apuntados a un grupo de operadores que deben manejarse como si caminaran sobre un campo minado cuando quieren operar con el AL30C, el bono que utiliza el Banco Central para intervenir en la plaza oficial.
El dólar Bolsa operó USD 27,6 millones y subió 76 centavos a $ 145,87 en la última jornada financiera de la semana pasada. El contado con liquidación, que movió USD 71,7 millones, subió 48 centavos a $ 147.73. Para el Banco Central hay tranquilidad mientras estos dólares, que son los que influyen en la inflación, no superen $ 150. Pero, si mira más profundo y van al mercado donde se opera con el GD30, el contado con liquidación se negoció subió $ 1,70 a $ 151,70 y está enviando señales de que la tendencia compradora es fuerte y tiene relación directa con la liquidación de los exportadores que, con los pesos que les pagan por sus dólares, van a este mercado a comprar el llamado “dólar fuga” para cubrirse. Y mientras, el Central lo mantenga controlado, ellos contentos porque se están refugiando en una moneda fuerte a un precio menor al imaginado.
El viernes los exportadores liquidaron USD 252 millones en la plaza mayorista. El Central siguió haciendo ostentación de poder y permitió que el dólar suba apenas 9 centavos a $ 90,39. En la semana devaluó el peso 56 centavos. Si esto se proyecta a todo febrero da una devaluación de $ 2,50 (+2,78%) un monto inferior a la inflación esperada de al menos un punto. Esta liquidación le permitió comprar USD 70 millones, pero las reservas subieron USD 18 millones a 39.803 millones porque la intervención en la plaza dólares alternativos le lleva una parte de lo que compra.
Por eso, los exportadores se están apurando a liquidar sus stocks, antes de entrar a la nueva cosecha, para hacerse de pesos y de dólares. Los que están en la cuerda floja por esta situación, son los bonos que están indexados por el tipo de cambio oficial (dolar linked). En la semana perdieron casi 5% y hay empresas, que están convencidas de que el retraso cambiario seguirá y se endeuda emitiendo bonos dolar linked a plazos de entre 24 y 36 meses. Por supuesto, deben cubrirse con dólar futuro, que está a precios cada vez más bajos. Hoy la tasa de los fines de mes del dólar es menos de la mitad de la que tenían en octubre y noviembre del año pasado y no llegan a 40% anual.
Del “blue” o dólar libre, ni se habla. Está en $ 144 sin movimiento y con abundancia de vendedores. Es un mercado, demasiado acotado como para que influya en la economía. Su fama viene del pasado donde tenía tanto movimiento, que llegó a ser motivo de una causa judicial contra la actual vicepresidente de la Nación porque se utilizó al mercado de futuros para evitar la suba del “blue”.
Pero lo más importante, es lo que puede suceder esta semana. De acuerdo a los últimos datos del Central, se está desacelerando el crecimiento de los depósitos ajustables por UVA porque ven que la inflación puede mermar y el dólar subir. Los que tuvieron la suerte de que estos depósitos, que tienen que permanecer en el banco 90 días, vencieran en la semana pasada, no los renovaron. Y los que lo tienen rezan para que la inflación siga superando al rendimiento de los plazos fijos a tasa, y a los dólares alternativos y al “blue”.
Por eso, ahora la Argentina vive pendiente de los mercados en el exterior. Los bonos del Tesoro de Estados Unidos tuvieron una fuerte caída el viernes que elevó su tasa a 1,55%, triplicó la que tenía hace 9 meses. Pero como los bonos argentinos cayeron más que los títulos de Estados Unidos, el riesgo país se elevó a 1.593 puntos básicos, un récord que lo acerca a un techo desagradable de 1.600 puntos y pone en zona de alerta a los títulos de la deuda bonos que tienen cotizaciones de default.
Los mercados “overnite” que funcionan desde las 19.30 horas hasta la apertura de las Bolsas en el mundo, son un adelanto de lo que puede pasar porque allí los inversores hacen apuestas cortas a futuro. En el caso de las Bolsas de Nueva York, el futuro a medianoche indicaba que el Dow Jones está .0,19% arriba, pero el S&P 500, el más amplio de los indicadores, perdía 0,04% y el Nasdaq de las tecnológicas, 0,64%. Las Bolsas estaban más cerca de abrir en baja que de subir.
Esta volatilidad hizo que el oro anote avances de 0,68%, mientras el petróleo subía en promedio 2,60%. Las acciones petroleras, ahora reemplazan a las de tecnología, en el favoritismo de los inversores. La soja, puede dar una buena noticia para la Argentina porque subía en Chicago 1,51% y podría superar el techo de los USD 430.
El país debe cubrirse de lo que sucede en el exterior, porque dentro de la región Brasil es el más afectado y tiene que defender al real del avance del dólar con intervenciones vendedoras de divisas del Banco Central. Pero cada vez que el principal cliente de la Argentina devalúa, le crea un problema.
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