La sensación de falta de seguridad jurídica combinada con una serie de medidas restrictivas contra el campo y sectores de la agroindustria, desataron en el último año un boom de consultas de productores argentinos para trasladar sus negocios e inversiones a Uruguay, pero por las medidas sanitarias interpuestas por ambas fronteras, por el coronavirus, no se han podido concretar. No obstante, con la suba del precio de los granos resurgieron una vez más las consultas.
Del otro lado del Río de la Plata esperan que una vez que el proceso de vacunación avance y que ambos países tengan un número alto de inmunizaciones, las consultas que se recibieron a lo largo del último año puedan llegar a concretarse en negocios.
El aumento de los granos de las últimas semanas motiva más a los agricultores que a los ganaderos para trasladarse a Uruguay por las restricciones que tienen con respecto a las retenciones en Argentina. No sé cómo hacen para trabajar de ese lado (Zambrano)
Gerardo Zambrano, agente inmobiliario rural de Uruguay asegura que las preguntas, de estar al mismo ritmo que hace unos meses atrás, han aumentado en las últimas semanas y que el fenómeno responde a la suba en el precio de los commodities. “El interés ha crecido. Evidentemente, el panorama sigue siendo complicado en la Argentina; cuando la vacuna funcione y la movilidad sea más normal, los argentinos van a tener otra actitud más agresiva y la rentabilidad es lo que los va a hacer tomar la decisión”, aseguró.
Los factores que impulsan la inversión tanto de los argentinos como los europeos es el ambiente político, la seguridad jurídica, exportación sin retenciones y estabilidad cambiaria que son propicios para atraer a los inversores extranjeros.
“El aumento de los granos de las últimas semanas motiva más a los agricultores que a los ganaderos para trasladarse a Uruguay por las restricciones que tienen con respecto a las retenciones en Argentina. No sé cómo hacen para trabajar de ese lado”, expresó.
“Las restricciones de movilidad entre ambas fronteras, donde los pasajeros tienen que justificar los motivos del viaje limitó al extremo la concreción de operaciones y hasta que no se normalice el tema sanitario solo se va a poder hablar de intenciones y de percepciones. Pero sigue creciendo la cantidad de consultas”, indicó Zambrano.
El principal impedimento es la falta de certificados de viaje para justificar la estadía en ese país sin sufrir contratiempos en aduanas. En la embajada uruguaya en la Argentina, en tanto, acumulan las consultas sobre los requisitos que se tienen que cumplir para mudarse e invertir en el país vecino.
Aumento de consultas
En esa línea, Guillermo Binello, consultor argentino y radicado hace 16 años en Uruguay, coincide con la opinión de los demás analistas y agregó: “Lo que he notado en las últimas dos semanas es que hubo un aumento de las consultas de interesados por invertir en Uruguay, pero lo que hay que hacer es solicitar un permiso especial con la Cancillería para demostrar que la persona que quiere venir, tiene que hacer una revisión de un determinado bien catastral. No es un trámite sencillo”.
“Los precios de los campos acá se afirmaron bastante a partir del segundo semestre del 2020, ya que no bajan y por el contrario están teniendo una tendencia a la suba. Las pretensiones de los vendedores son más altas fundamentalmente para los campos agrícolas con una soja de 500 dólares y eso, quiérase o no, impulsa a los campos ganaderos”, comentó Binello.
Lo que notado en las últimas semanas es que hubo un aumento de las consultas de interesados por invertir en Uruguay (Binello)
Y agregó: “Hay dos razones por las que está pasando ese fenómeno. En el primero está el precio de los commodities que ha estado al alza, por lo que esto afirmó mucho los precios de los campos agrícolas, pero en el otro aparece el tema del contexto social argentino, que sigue moviendo la aguja hacia arriba desde hace unos meses”.
Ventajas
Aunque el sector inmobiliario uruguayo no ha visto una oleada de inversiones similares a las de comienzos del 2000, observan con optimismo el interés no solo del campo para instalarse en ese destino, sino de otras industrias que buscan completar un combo sobre ventajas impositivas, jurídicas y estabilidad financiera que no tienen en la Argentina.
En ese sentido, Sebastián Da Silva, senador nacional uruguayo y agente inmobiliario en ese país sostiene que, según la información que manejan de la embajada en Buenos Aires, “hay una demanda muy importante de la gente solicitando la residencia uruguaya” e investigando futuras inversiones. “Tras la vacunación, Uruguay va a habilitar el pasaporte sanitario y en breve se va a abrir y ahí veremos la realidad de todo esto que está pasando”, aseveró.
“Desde nuestra parte sí hemos visto que ha habido un aumento en las consultas y lo vemos, pero sigue supeditado a poder cruzar. Lo que va a ayudar es el mercado internacional de los granos que está muy movido ahora con la asunción de Joe Biden en Estados Unidos y creemos que Uruguay va a ser un líder en la pospandemia”, afirmó Da Silva.
“Lo de los argentinos ya es un ida y vuelta permanente, vemos que ya está todo más arriba de la mesa para ejecutarse. Lo único que esperamos es que sea un lugar de residencia de miles de ciudadanos del mundo”, sostuvo. El punto de foco para invertir sigue siendo Punta del Este, principalmente, mientras que para el sector agropecuario las consultas de inversiones se hacen en todo el país, con una propensión a los campos agrícolas.
Según el Índice de Coneat, que maneja el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, los precios de los alquileres van en función de la ubicación y productividad de los campos. Por ejemplo, para un campo agrícola, el valor de referencia está en 7 quintales de soja por hectárea por año, es decir, USD 250 por hectárea, mientras que para campos dedicados a la ganadería, el precio oscila entre los USD 70 y 100 dólares por hectárea por año.
Fideicomisos ganaderos
Los riesgos sanitarios que conlleva la pandemia permitieron, originalmente, el impulso de fideicomisos ganaderos, que surgieron como una alternativa para invertir sin instalarse directamente en el vecino país y que con el correr de los meses han ganado terreno por la facilidad de hacerlo en el sector agropecuario sin estar directamente involucrado con la actividad ni en el día a día del campo.
La rentabilidad de estos fideicomisos se ubica, en promedio, entre un 6% y un 8% anual, con una repartición de utilidades una vez por año. La inversión mínima oscila entre los USD 35.000 y USD 50.000, dependiendo el planteo que se quiera realizar.
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