Dueños de panaderías de distintos distritos de la Provincia de Buenos Aires llevaron adelante hoy un “Panazo” en Plaza Once. Los pequeños empresarios organizados regalarán pan y otros panificados en un intento por reclamar mayor regulación estatal sobre los precios de los insumos de los que depende el sector. El objetivo era repatir 1.000 kilos.
La protesta fue convocada por el Centro de Panaderos de Avellaneda que conduce Gastón Mora, junto a las cámaras de la industria panadera de Ezeiza, Merlo y otras de la provincia de Buenos Aires. “Necesitamos políticas de Estado que permitan de una vez por todas garantizar que un alimento de primera necesidad como es el pan, pueda estar siempre en la mesa de las familias argentinas, y en especial de los sectores más vulnerables”, expresó Mora, impulsor de la iniciativa.
El “Panazo” consistió en regalar a las personas que se acerquen, alrededor de mil kilos de pan y productos panificados, con un mate cocido o chocolatada, con el propósito de visibilizar la seria problemática que atraviesa la industria panadera.
“No se trata de una protesta contra el Gobierno, sino de hacer público un legítimo reclamo de los trabajadores de nuestra industria, que ven peligrar cada vez más sus fuentes de trabajo”, aclaró Mora, cuyos reclamos están alineados con los intentos del Gobierno por controlar precios.
Lejos de la confrontación con el Poder Ejecutivo, los organizadores aseguraron esperar la presencia del director nacional de Políticas Integradoras del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, de Rafael Klejzer, para “interiorizarlo de la problemática del sector panadero e intentar avanzar en una solución”.
Piden la intervención del Estado porque aseguran que entre enero y febrero el precio de la bolsa de harina tipo “tres cero” pasó de $1.100 y $2.000. Mientras tanto la caja por 20 kilos de margarina subió de $1.250 a $2.500.
Polémica
Hubo una fuerte polémica en las últimas semanas entre el Gobierno nacional y los sectores de la producción agropecuaria, ya que desde la administración de Alberto Fernández consideran que la suba de los precios de los alimentos está relacionada al incremento de los precios internacionales de la soja y los cereales. En ese sentido diferentes estudios privados demostraron la baja incidencia de la materia primera en los valores de los alimentos que llegan a los consumidores.
En ese sentido, un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario que analizó el impacto del eslabón agrícola sobre los mencionados productos alimenticios que son clave en la mesa de los argentinos, que en ninguno de ellos la incidencia del precio de los granos superaría el 20% del precio final. Las cadenas analizadas fueron la del pan, la carne vacuna, carne porcina y la de huevos, determinando qué parte de la facturación nacional corresponde a cada eslabón de la cadena y al componente tributario, con mediciones conforme a las estimaciones del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
En el caso puntual de la cadena del pan, el informe privado señaló que a partir de un consumo en torno a los 72 kilogramos por habitante por año, el trigo significa el 13% de la facturación total por año de la cadena, con 639 millones de dólares de los 4.914 millones de dólares que gastan los consumidores en el mencionado producto. Por su parte, el Estado mediante el cobro de los diferentes impuestos aproximadamente unos 1.784 millones de dólares, y el resto de los eslabones que forman parte de la cadena se reparten 2.401 millones de dólares.
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