Por sexto mes consecutivo, el total de la recaudación tributaria superó al efecto de la inflación, con las excepciones de las percepciones de IVA sobre la producción nacional y el cobro del Impuesto sobre los Débitos y Crédito Bancario (conocido como impuesto al cheque). El Ministerio de Economía se adelantó a la oficina de prensa de la AFIP y comunicó que en febrero la recaudación tributaria ascendió a $716.595,4 millones. Significó sendos aumentos de 51,9% y 9,6%, en términos nominales y reales (ajustado por inflación) respectivamente, en comparación con un año antes.
“El incremento respondió en su mayoría al sostenimiento del contexto internacional favorable para nuestros principales productos de exportación. También estuvo motorizada por los tributos vinculados a la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva”, destaca el parte de prensa de la cartera del ministro Martín Guzmán.
De este modo, la principal fuente de recursos, no sólo de la Administración Central, sino también de la mayoría de los estados provinciales por efecto de la coparticipación federal de impuestos, acumuló seis meses consecutivos de variación real positiva. “La suba continuó siendo motorizada por los tributos asociados al comercio exterior y la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, mientras que aquellos que responden a la actividad económica sostuvieron su crecimiento en términos reales”, analiza el informe.
La principal fuente de recursos, no sólo de la Administración Central, sino también de la mayoría de los estados provinciales por efecto de la coparticipación federal de impuestos, acumuló seis meses consecutivos de variación real positiva
Sin embargo, tanto en IVA-DGI, sobre el consumo nacional, como en lo ingresado por el impuesto al cheque, se observó en febrero los efectos de la caída del mercado interno, por la conjunción de la caída del salario real como del empleo, en particular en la amplia economía informal. En el primer caso, la estimación oficial registra 25 meses con disminución consecutiva respecto del año anterior, y 7% en febrero; y en el segundo, anotó la 4 baja real seguida, 8%, la más significativa desde octubre último. Al respecto, en Economía, explican la retracción al efecto de la “incidencia de la exención del cobro al sector salud”.
Por el contrario, “los tributos al comercio exterior registraron un aumento de 161% interanual, donde derechos de exportación exhibió una suba de 205%. En el primer mes del año se había observado un incremento extraordinario de la recaudación de este tributo (231%) explicado oportunamente por mayores volúmenes de ventas externas. Normalizada la dinámica de cantidades exportadas en febrero, el incremento del mes respondió en su mayoría al sostenimiento del contexto internacional favorable para nuestros principales productos de exportación”, observan los economistas de Hacienda.
Con respecto a los tributos alcanzados por la Ley de Solidaridad, el impulso vino de la mano de la recaudación por Bienes Personales, por la suba de la tasa imponible, en particular sobre los activos declarados que se mantienen fuera del país, 307%, mientras que el impuesto P.A.I.S registró una caída en términos nominales del 20,6% , por efecto de las mayores restricciones que rigen para la compra de dólares para ahorro y turismo.
“La merma en la recaudación de impuesto P.A.I.S. estuvo influenciado por factores de oferta y demanda. El primero responde a una mayor disponibilidad de divisas para atender el pago del aporte solidario; en cuanto al segundo, se observó una disminución del volumen de compras de moneda extranjera por viajes al exterior y atesoramiento. Con relación a este último punto cabe destacar que, si bien existe un componente estacional de mayor demanda de pesos durante los primeros meses del año, la magnitud de la baja da indicios de una mejora en la confianza”, interpretaron en Hacienda.
En cuanto a los tributos ligados a la actividad económica, estos se sostuvieron en terreno real positivo, resaltando el comportamiento del IVA que mostró un incremento de 49,3%, por el aporte de lo ingresado por los bienes importados, los cuales recibieron el doble efecto de la devaluación del peso a ritmo superior al de la tasa de inflación, en particular en el caso del dólar financiero, y la suba generalizada de los precios internacionales.
Ese fenómeno también se manifestó en el cobro del Impuesto a las Ganancias, habida cuenta que creció 57,8% respecto del año anterior, con un desagregado de 55,7% en el componente nacional y 88,8% en el importado. Mientras que el aumento de alícuotas impulsó a Internos Coparticipados, repuntó 60,7% nominal.
El cobro del Impuesto a las Ganancias creció 57,8% respecto del año anterior, con un desagregado de 55,7% en el componente nacional y 88,8% en el importado
Por último, los impuestos asociados a seguridad social registraron una suba de 27,2%, muy por debajo de la inflación del período de poco más de 38%, y también de la suba de los salarios registrados, estimada por el Indec, por efecto de la caída que mantuvo el empleo formal, y de las facilidades que mantuvo el Gobierno para las empresas afectadas por la crisis sanitaria.
Balance positivo, con efecto desigual
El análisis que hicieron los economistas del Gobierno es que “las condiciones internacionales favorables en un contexto que avanza hacia una normalización financiera dinamizando las exportaciones, la recuperación progresiva de la actividad productiva y la transición gradual de las dinámicas del mercado de trabajo continúan impulsando el crecimiento de los recursos. La mejora observada en los ingresos es esencial para fortalecer y dotar de previsibilidad al financiamiento público”.
Al ritmo de la inflación del mes de percepción de los recursos, el aumento real fue estimada oficialmente en 7,6%, porque estimó un aumento de los precios al consumidor desde marzo del año anterior de 41,2%, mientras que si se toma la variación del IPC con el desfase de un mes, porque algunos impuestos, como el caso de IVA y sobre la seguridad social, la imposición se genera entre 20 y 30 días antes, la mejora real aumenta a 9,6 por ciento.
En cualquier caso, el aumento real favoreció en febrero en primer lugar a la Administración Nacional que se quedó con 22,7% real más que un año antes, seguida por el conjunto de las provincias que percibieron 6,7% más; mientras que, por el contrario, se vieron afectadas las Contribuciones a la Seguridad Social y el reparto “no presupuestario”, porque acusaron sendas caídas de 10,1% y 13,9%, respectivamente, según la estimación oficial.
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