Según informó hoy la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), durante el último mes se liquidaron divisas de las exportaciones agroindustriales por 1.810.076.157 dólares. Además, se constituyó en el mayor ingreso de todos los febrero de los últimos 18 años con la excepción del 2014 cuando fue de 1.892 millones de dólares. Por otro lado, en los primeros dos meses del año el ingreso de divisas se ubicó en 3.950.430.732 dólares.
De acuerdo a lo que comentaron desde ambas entidades, que representan el 40 por ciento de las exportaciones argentinas, el aumento del ingreso de divisas de febrero pasado estuvo relacionado el incremento de los precios internacionales de los productos industrializados basados en la soja y de los commodities en general y a la regularización de embarques demorados en diciembre y a comienzos de enero por distintas medidas de fuerza sindicales, y la liquidación de stocks para facilitar el ingreso de la próxima cosecha gruesa.
Hay que recordar que en diciembre pasado hubo un fuerte conflicto gremial, que encabezaron los gremios aceiteros y recibidores de granos en reclamo de una mejora salarial, que afectó al comercio exterior y al procesamiento de materia primera que llega a las plantas instaladas en la zona de los puertos del Gran Rosario, especialmente. Y en los primeros días del presente año, también afectó la protesta de los transportistas autoconvocados con una fuerte paralización de la comercialización en los puertos del sur de la provincia de Buenos Aires.
Por otro lado, en 2020, pese a las enormes dificultades por la pandemia del coronavirus, el complejo de cereales y oleaginosas representó más del 40 por ciento del total de las exportaciones que realizó la Argentina, siendo la harina de soja el principal producto de exportación, con casi el 14 del total comercializado al mundo.
Además, la liquidación de divisas está fundamentalmente relacionada con la compra de granos que luego serán exportados ya sea en su mismo estado o como productos procesados, luego de una transformación industrial. La mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas.
Alerta en la campaña agrícola: Febrero cerró con déficit de precipitaciones
La actual campaña de cultivos de verano se encuentra atravesada por una situación climática compleja, donde en los inicios de la misma la falta de precipitaciones fue protagonista del proceso de siembra. A pesar que la situación mejoró a finales de enero y principios de febrero, el mes pasado dejó un déficit de lluvias de relevancia en la zona núcleo, el corazón productivo de la Argentina.
Según el último reporte de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), mediante la Guía Estratégica para el Agro, en febrero llovió el 23% del piso histórico. Es decir, la media mensual de los últimos 30 años señala que la región suele recibir en febrero entre 100 a 120 milímetros, pero el promedio de las 36 estaciones de la región, de donde surge la información de la entidad, acumularon hasta la semana pasada 25 milímetros. Los mayores acumulados del pasado mes se registraron en el oeste de Córdoba y NE de Buenos Aires.
El faltante de precipitaciones complicó el panorama de la soja, ya que los técnicos de la BCR adelantaron que se incrementó una vez más el estado de condición regular y mala de la oleaginosa que ahora alcanza un 30%. Además, advirtieron que muchos lotes que se encuentran actualmente en buen estado, podrían derrumbarse como consecuencia del déficit hídrico.
El informe de la Bolsa de Rosario señaló que hasta el momento el estado de la soja en el este de Córdoba y el este de Santa Fe “están muy bien”, en pleno proceso de definir los futuros rendimientos, y la oleaginosa estaría necesitando solamente entre 10 a 40 milímetros. Los lotes más afectados se encuentran en el extremo sur y la franja oeste de Santa Fe y en el norte de Buenos Aires, en especial el oeste, ya que en toda esa región hay una necesidad de lluvias de entre 40 a 100 milímetros.
Por otro lado, comenzó la siembra de maíz en algunos distritos de la zona núcleo, como es el caso de Pergamino, en el norte de Buenos Aires, donde los rendimientos cosechados hasta el momento se ubican entre 80 a 110 quintales por hectárea, reflejando una caída del 20% en relación a la campaña anterior. Las proyecciones que realizan desde la Bolsa de Comercio de Rosario plantean un escenario de rendimientos promedio a cosechar de 96 quintales por hectárea, unos 10 quintales menos en comparación con el ciclo 2019-2020.
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