El indicador anticipado de la generación de riqueza por el conjunto de los sectores productores de bienes y servicios, cuyo dato final está previsto por parte del Indec para el próximo 23 de marzo, arrojó en diciembre un modesto aumento de 0,9% respecto de noviembre (el menor desde la depresión del 17% que provocó el inicio de la crisis sanitaria en forma plena desde abril) y redujo disminución en comparación con igual mes del año anterior a 2,2%, como registró en febrero, previo a la irrupción del covid-19 en la Argentina.
Con ese movimiento, el último año cerró con una retracción de 10%, dos puntos menos que la que esperaba el equipo económico al momento de la elaboración del Presupuesto 2021, aunque se trata de una estimación preliminar, la cual puede resultar menor o mayor, cuando el organismo oficial de estadística procese los datos definitivos de cada sector de actividad.
El último año cerró con una retracción de 10%, dos puntos menos que la que esperaba el equipo económico al momento de la elaboración del Presupuesto 2021, aunque se trata de una estimación preliminar
Dicho de otro modo, por efecto de la crisis sanitaria, principalmente, la economía perdió en 2020 el equivalente a poco más de un mes de generación de riqueza, aunque con notable disparidad entre los sectores, principalmente si se trata de los denominados capital intensivo, que en general fueron menos afectados, y los caracterizados por ser mano de obra intensiva, en ambos casos, con algunas excepciones.
“Las restricciones globales a la circulación de las personas con el objetivo de mitigar la pandemia del covid-19 afectan a un conjunto significativo de actividades económicas en todos los países. La persistencia de este fenómeno y las habilitaciones que permiten retomar la actividad en algunos sectores, en mayor o menor grado, comienzan a reconocerse en el comportamiento de las series”, aclara el informe del Indec.
Las dos únicas excepciones a la recesión fueron el conjunto de los productores de servicios básicos de electricidad, gas y agua, aumentó 0,8% en el promedio general, con caída en el comercio y las industrias e incremento en la demanda de las familias; y el sistema bancario y de seguros que se incrementó 2,1%, con más uso de los movimientos de dinero por la vía electrónica que el físico de billetes y monedas.
Las dos únicas excepciones a la recesión fueron el conjunto de los productores de servicios básicos de electricidad, gas y agua, aumentó 0,8% en el promedio general, y el sistema bancario y de seguros que se incrementó 2,1 por ciento
Por el contrario, los intensivos en mano de obra, tanto en lo que respecta a la estructura de gastos, como de contacto con la población, residente y extranjera, fueron los más perjudicados por la crisis sanitaria: hoteles y restaurantes 48,6%; servicios personales en el hogar y comunitarios 37,5%, y construcción 25,3 por ciento.
En esos casos, para recuperar el terreno perdido en todo 2020, al nivel de actividad que el Indec midió para diciembre último, se necesitaría multiplicarlo por poco más de 10 en la rama hotelera y de restaurantes; por 5,5 en la de servicios personales y por 3,3 en el de la construcción.
También observaron disminuciones a ritmo de dos dígitos porcentuales la actividad de la pesca, 19,3%, transporte y comunicaciones 17,1% y de minas y canteras 10,5%; y pese a que el equipo económico destaca que la economía acumula 8 meses con recuperación agregada, desde a depresión de marzo y abril, en esos sectores al ritmo de diciembre 2020 necesitarán multiplicar entre 2 y 4 su capacidad de generar riqueza para recuperar lo que dejaron producir a lo largo del año anterior.
Un análisis similar, aunque más atenuado corresponde para el resto de los sectores que cerraron 2020 con caídas entre 9,8% en los servicios de salud y poco más de 5% en la industria, administración pública, comercio, agro, inmobiliaria y remis, y enseñanza.
En el caso puntual de diciembre 2020 en comparación con igual mes de 2019, se registraron aumentos en seis de los 15 grandes sectores que conforman el EMAE, con tasas de 2,7% a 11,3%, los cuales en conjunto representan poco menos del 45% del PBI total; mientras que los 9 restantes mantuvieron recesos del 0,7% a 19,7%, los cuales aportan poco más de 47%. Mientras que el 8% restante, que corresponde a “impuestos netos de servicios” en la clasificación de las cuentas nacionales, acusó una caída de 10,3 por ciento.
Qué cabe esperar para 2021
El Presupuesto 2021, presentado al Congreso el 15 de septiembre del año anterior destaca: “El 2021 mantiene en el escenario medio un crecimiento del PBI a precios constantes de 5,5%, recuperando parte de la caída de 12,1% proyectada para 2020. Esta recuperación se daría de la mano de todos los componentes de la demanda agregada. Para el consumo privado se estima un crecimiento de 5,5% interanual y para el público un alza de 2% interanual. En tanto, la inversión, que fue el rubro más severamente afectado en la crisis, podría alcanzar un crecimiento interanual de 18,1%, contribuyendo especialmente a impulsar la recuperación económica. Por el lado del comercio exterior, se estima que las exportaciones de bienes y servicios a precios constantes se incrementen 10,2% interanual, junto con un mayor crecimiento de las importaciones, que crecerían 16,3% interanual, impulsadas por la recuperación de la actividad”.
Los economistas de Ecolatina estimaron un “arrastre estadístico de casi 5 puntos porcentuales que dejó el 2020 para 2021, el cual augura una recuperación significativa para este año”.
De todas maneras, acota un informe de la consultora de marras: “El número final estará determinado en base a cómo evolucione el frente sanitario y el frente cambiario. Al tratarse de un año electoral, el gobierno apuntará a dinamizar al consumo mediante planes oficiales (Ahora 12, por ejemplo) y a atrasar la evolución del tipo de cambio oficial como principal herramienta para contener la inflación y recomponer poder adquisitivo. En la medida que las restricciones para combatir al covid-19 tengan un impacto acotado, esperamos que la actividad trepe 5,5% en 2021, dinamizada por la demanda interna”.
Sin embargo, a la luz de la extensión de la crisis sanitaria y la demora en el proceso de vacunación de la población, y de la notable caída de la productividad del conjunto de los factores de producción que estimó el economista Ariel Coremberg en exclusiva para Infobae, la perspectiva de reactivación podría verse debilitada.
En ese sentido, cabe notar que para recuperar el nivel de PBI real de 2019 la economía necesita aumentar a una tasa levemente superior a 11% y casi 17% para volver al anterior pico anotado en 2017. En ambos casos, sin considerar el efecto del crecimiento vegetativo de la población, a un ritmo de 1% por año.
Segú la consultora LCG: " El PBI per cápita retrocede a niveles semejantes a los de la década del 70, ubicándose apenas 5% por encima del promedio de esos años”. Y agrega, tras analizar los números del EMAE: Para los próximos meses seguimos proyectando una moderación en las tasas de crecimiento en la medida que el efecto de reaperturas vaya perdiendo impulso. En enero todavía podrá sentirse cierta tracción del turismo. Proyectamos un crecimiento en torno al 6,5% para 2021, apenas por encima del arrastre que deja la recuperación de finales de año, condicionado a que no sean necesarios nuevos períodos de cierre de actividades a raíz de rebrotes. Implicaría que hacia finales de este año la economía seguirá operando 5% por debajo del (último) techo alcanzado en noviembre 2017″.
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