El Banco Central perdió un invicto de 8 ruedas consecutivas y tuvo que intervenir por la fuerza que había adquirido la compra de dólares alternativos. Comenzaron con un aumento de más de 2% y seguían apareciendo las órdenes de compra y no había vendedores. Sobre el final de la rueda, la autoridad monetaria comenzó a vender AL30C, los bonos que utiliza para frenar la suba del dólar. Esos bonos los compra en dólares y los vende en pesos a precios más reducidos de lo que los pagó. Por eso, cuando baja el dólar sube el riesgo país. El Banco Central juega en el tablero del Diablo y solo ve la parte conveniente de la operación: que el dólar esté lo más quieto posible porque su precio está atado a la inflación. Si él dólar se dispara, los precios también y esto no puede ocurrir hasta después de octubre.
Los montos operados crecieron notablemente. En el dólar MEP los negocios aumentaron 37% a USD 36,1 millones. En el mercado que controla el Banco Central el precio del MEP subió 88 centavos a $ 140,94 y demostraron que ese es el piso. Que por debajo de $ 140 aparecen los compradores. En la plaza donde se opera con el GD30 y no hay restricciones, el MEP cerró en $ 141,69, con un alza de $ 1,50 sobre el valor del martes y volvió la normalidad: la plaza libre cotizó más alto que la controlada.
El contado con liquidación negoció 10% más que la rueda anterior y volvió a los volúmenes pre cepo con USD 86,2 millones. La divisa subió $ 1 a $ 144,46. En el mercado libre el precio fue de $ 144,60, $3 por encima de la rueda anterior.
En el mercado libre el dólar escribe su propia historia ante la lluvia de divisas que viene de la soja de contrabando y bajó $ 1 a $ 145, pero es tan escaso el movimiento de este dólar que con pocas divisas se lo sube o baja. Hoy no tiene el peso del pasado; los que influyen en la economía son los dólares alternativos.
En el dólar mayorista, hubo una pequeña aceleración en el ritmo devaluatorio. La divisa aumentó 14 centavos (3 centavos por encima de lo habitual) y cerró a $ 89,68. La presión de los exportadores fue fundamental. Le pusieron un piso más elevado a la divisa y el Banco Central que tenía en la otra punta a los importadores esperando para comprar, elevó el precio e hizo equilibrio entre compradores y vendedores por eso no se llevó nada para las reservas que subieron USD 9 millones a 39.507 millones.
Los bonos de la deuda que cotizan en dólares y tienen ley extranjera tuvieron un leve aumento de precio que hizo que el riesgo país cediera 13 unidades (-0,9%) a 1.502 puntos básicos.
Habrá que ver si esta resurrección del dólar enfría los ánimos en el carry trade donde los que invierten en pesos piensan tomar las ganancias en dólares. En lo que va de febrero llevan ganado 9% en dólares. Si la operación la piensan coronar en la plaza marginal, por supuesto que la ganancia aumentó con la caída del “blue”. Pero si lo hacen por la vía legal teniendo en cuenta que vienen de depósitos bancarios, la ganancia se va a acortando y si la recuperación de los dólares alternativos llega al nivel de hace unos días, cerca de $ 150, la inversión se puede transformar en pérdida o neutral.
Por de pronto, el viernes los plazos fijos en UVA crecieron en niveles cercanos al récord. Aumentaron $ 1.585 millones (+1,20%) y superaron la barrera de los $ 80 mil millones al totalizar $ 81.054 millones. Estos depósitos se indexan por el costo de vida y tienen un rendimiento superior a los plazos fijos a 30 días. La desventaja es que los plazos fijos UVA exigen una inmovilización de 90 días y si el ahorrista quiere retirarse antes, debe esperar por lo menos 30 días y cobra una tasa de alrededor de 2,5%, que es 70% de la tasa que paga un plazo fijo a 30 días.
El renacer de las Bolsas del mundo contagió a la plaza argentina. Los negocios no acompañaron al optimismo y se redujeron a $ 702 millones. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, aumentó 3,66% pero el mérito fue de la suba de las operaciones de contado con liquidación y del petróleo que impulsó los precios de YPF (7,20%) una acción de gran ponderación en el índice de las líderes. Banco Macro (+6,72%) y Cresud (+6,10%) tras anunciar el lanzamiento de su oferta pública de acciones para ampliar su capital, escoltaron a la petrolera. Los tres papeles de mejor performance, tienen en común que cotizan en Wall Street.
Los negocios en ADR’s, certificados de tenencia de acciones que cotizan en dólares en las Bolsas de Nueva York, tuvieron un bajo monto de negocios de $ 1.326 millones. Los ADR’s argentinos tuvieron un buen comportamiento. Hubo una amplia mayoría de alzas de estos papeles que cotizan en dólares. Lo mejor pasó por YPF (+8,78%) favorecido por la suba del petróleo, Globant (+4,49%) y Telecom Argentina (+3,38%).
Por otra parte, la colocación de deuda en pesos del gobierno fue previsible ya que se esperaba la adhesión de los inversores institucionales. Las regulaciones del Banco Central imponen a las compañías de seguros y bancos, principalmente, colocar sus excedentes en estos activos que incluyen bonos con tasa de pases, bonos con tasa de descuento y otros que indexan por el CER. El logro de captar $ 221 mil millones no sorprendió al mercado. La mitad de las ofertas se las llevaron los bonos indexados que vencen en 2023 y 2024.
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