Con el precio del dólar anclado por el Gobierno en un año electoral –en octubre se celebran legislativas- los plazos fijos en UVA (Unidad de Valor Adquisitivo) son instrumentos atractivos para el ahorrista ya que permiten proteger de la inflación el capital depositado, otorgando una tasa de interés igual al aumento del índice de precios más un 1% anual. De esta manera, el Banco Central busca tentar al inversor frente a las distintas variantes del dólar y reforzar el alicaído stock de depósitos en pesos del sistema financiero.
Estos plazos fijos se diferencian de los tradicionales al otorgar una tasa de interés variable en lugar de una fija (37% anual para los depósitos de menos de $1 millón) y al fijar un depósito mínimo de 90 días, en lugar de los 30 días de plazo al que puede depositarse uno tradicional.
De todas formas, la autoridad monetaria fijó la posibilidad de precancelar un plazo fijo UVA a los 30 días y recibir a cambio un rendimiento del 30,5% anual o de 2,54% a 30 días, equivalente al 70% de lo que recibiría si hubiese colocado su dinero en uno tradicional.
El importe depositado en UVA se actualiza por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (“CER”)- que sigue a la inflación del país a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que cada mes publica el Indec.
Todos los bancos del país están obligados a ofrecer esta opción de ahorro tanto a través de canales presenciales como electrónicos. Para la constitución de los depósitos con opción de cancelación anticipada en UVA, cada banco puede ofrecer una tasa mayor a la mínima establecida (UVA + 1%) para hacerlo competitivo.
El stock de plazos fijos en UVA del sector privado, según datos del Banco Central, es de $77.000 millones y creció $9.500 millones en las dos primeras semanas de febrero
“Hay una expectativa de que con la brecha cambiaria cayendo y la idea de que la inflación le va a ganar al deslizamiento del dólar oficial y a la tasa de interés, siga siendo atractivo invertir una parte de la cartera de pesos en instrumentos que ajusten por inflación”, dijo a Infobae el director de EcoGo, Federico Furiase.
Y agregó: “El problema del pazo fijo UVA tiene que ver con la liquidez, que hay que dejar el dinero depositado por 90 días como mínimo. Otra alternativa es invertir en bonos atados a la inflación que, a diferencia del plazo fijo, tienen una liquidez más importante”.
Hay una expectativa de que con la brecha cambiaria cayendo y la idea de que la inflación le va a ganar al deslizamiento del dólar oficial y a la tasa de interés, siga siendo atractivo invertir una parte de la cartera de pesos en instrumentos que ajusten por inflación (Federico Furiase, director de Eco Go)
A su turno, el director de Ecolatina, Federico Moll, dijo a este medio que si el ahorrista busca cubrirse de la inflación y reducir incertidumbre, el plazo fijo en UVA puede ser útil. Aunque aclaró que “en muchos casos la búsqueda de cobertura no está relacionada a la inflación sino al tipo de cambio”.
“En ese caso, los plazos fijos en UVA ofrecen una cobertura parcial. Por otro lado, la inflación hoy tiene distintas velocidades dependiendo qué bienes y servicios veas. En este marco, no perder contra la inflación no implica no perder contra una canasta de bienes que en muchos casos es el objetivo por el que muchos ahorran”, señaló Moll.
Cabe destacar que el “boom” de los plazos fijos que ajustan por CER se evidenció el viernes 12, cuando los depósitos crecieron $1.612 millones (+2,08%). Ese día los plazos fijos aumentaron $16 mil millones, pero sobre un stock de $2,4 billones contra $77.288 millones de los indexados. Es decir que el porcentaje de aumento de los plazos fijos clásicos fue de tan solo 0,61%, la cuarta parte de los plazos fijos en UVA.
Sucede en un contexto en el que se espera que el dólar siga aplastado de cara a las elecciones legislativas de octubre. La duda es cuánto tiempo podrá continuar esta operación de ganar dinero en pesos, sacrificando dólares.
El stock de plazos fijos en UVA del sector privado, según datos del Banco Central, es de $77.000 millones y creció $9.500 millones en las dos primeras semanas de febrero. Esa suba ya se había iniciado dos meses atrás, en coincidencia con los datos de inflación cercanos al 4% mensual. En diciembre, el alza fue de $8.316 millones y en enero de $11.095 millones.
Si se analiza el comportamiento global de los depósitos a plazo -incluidos plazos fijos tradicionales y los atados al valor del dólar, disponibles solo para el sector agropecuario- su crecimiento mensual fue de 8,1% nominal en enero, lo que -según el BCRA- equivalió “a una expansión de 4,4% en términos reales y sin estacionalidad”.
Los plazos fijos en UVA aún representan un porcentaje muy pequeño en comparación con el volumen total de depósitos a plazo: apenas el 2,77% a fines de enero
“De este modo, los depósitos a plazo comenzaron el año con un ritmo de expansión interanual a precios constantes cercano a 25% que, si bien implicó una desaceleración respecto al máximo histórico alcanzado en octubre, continuó ubicándose por encima del máximo alcanzado en el período 2004-2019”, detalló el Banco Central en el último Informe Monetario Mensual.
Sin embargo, y pese al fuerte incremento que tuvieron en los últimos meses, los plazos fijos en UVA aún representan un porcentaje muy pequeño en comparación con el volumen total de depósitos a plazo: apenas el 2,77% a fines de enero.
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