La relación entre el campo y el Gobierno nacional no deja de mostrar aristas y problemas que plantean una conflictividad latente en los apenas 50 días que transcurrieron del año. Si algo dejaron en claro los encontronazos del Ejecutivo con el sector, especialmente con la Mesa de Enlace, es la falta de un mensaje claro.
Las amenazas de subir las retenciones o imponer cupos de exportación estuvo signado no solo porque el gobierno blandió recetas fallidas, sino también porque mostraron las diferentes intensidades y discursos a la hora de culpar al campo por la inflación en los alimentos, dejando al descubierto diferencias internas del Gobierno, más allá de que Alberto Fernández haya sido el que buscó amedrentar al campo para luego desistir de las medidas transmitidas a través de los medios.
Estas idas y vueltas plantean al campo un problema de imprevisibilidad respecto a las políticas que llevará adelante o qué parte de la interna se impondrá a la hora de tomar decisiones que podrían afectar al agro. Si bien las entidades apuestan al diálogo con la parte “moderada” del oficialismo, descartan un acercamiento con la parte más dura. Estas diferencias también se observan dentro de la Mesa de Enlace, como bien se manifestó a la hora de organizar el primer cese de comercialización del año, en el cual Coninagro decidió no adherirse, al considerar que el diálogo todavía no estaba agotado.
Todo esto se da en el contexto de los primeros cambios serios que se dieron en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca que conduce Luis Basterra. El viernes por la noche, en medio de la vorágine informativa por el escándalo de las “vacunas VIP”, la cartera agropecuaria anunciaba el reemplazo del secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Echazarreta, y del Director Nacional de Control Comercial Agropecuario, Marcelo Rossi. Esos puestos serán ocupados por el federado y ex diputado del Frente Renovador, Jorge Solmi, y por el ex sub interventor de Vicentin, Luciano Zarich.
Los cambios en el ministerio tienen lugar en momentos de cruces entre el Gobierno y el campo por el aumento del precio de los alimentos. Una cuestión que derivó en una reunión entre Alberto Fernández y la Mesa de Enlace, donde el presidente se comprometió a no subir las retenciones ni intervenir en los mercados, como sucedió semanas atrás cuando el ministerio de Agricultura anunció el cierre de las exportaciones de maíz. Una medida que dejó sin efecto, luego de corroborar que había maíz para abastecer el mercado interno hasta que ingresara la nueva cosecha del cereal.
A todo esto se suma lo sucedido en los últimos días con las críticas que surgieron a la Mesa de Enlace desde un sector de los trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) que apoyan al Frente de Todos y a lo que se sumó el nuevo secretario general del gremio Uatre, el chaqueño José Voytenco, que pretende excluir del directorio del Registro Nacional de los Trabajadores Rurales (RENATRE) a los representantes de las cuatro entidades de productores agropecuarios.
Infobae consultó a las autoridades de la Mesa de Enlace sobre la intrincada relación que mantienen con el Gobierno. Para el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, lo que está por venir “no es fácil, sobre todo existiendo una interna dentro del Gobierno que cada día está más clara”.
El titular de una de las entidades más combativas y reticentes al Gobierno, expresó que “no es fácil moverse en un terreno donde la conflictividad está a la orden del día. Se nota que hay un sector más moderado y otro más duro, pero no deja de generar desconfianza, e incertidumbre y estas cosas no favorecen al crecimiento de la inversión. Es muy difícil de esta manera generar previsibilidad”.
Chemes da por sentado que habrá nuevos proyectos “que afecten a la producción” como la Ley de Fuego o de Humedales, pero por sobre todo considera que “hay una posición muy clara y manifiesta de atacar y buscar al campo como un enemigo y estas decisiones lo van a ir mostrando durante el año. El campo pasa a ser el sector con el que tiene que confrontar en un año electoral”.
Para Chemes, si bien hay diálogo con la “parte moderada”, es poco fructífero aunque a primera vista sea el único sector que es posible tenerlo ya que “no intentamos y tampoco creemos que sea posible acercarnos a la parte dura. Tampoco consideramos que sea necesario ante los epítetos y las manifestaciones que expresan hacia nosotros. Creo que no hay mucho que hablar, porque están en la otra punta de la situación, con ideas totalmente diferentes”.
Más opiniones
Para el presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), Carlos Achetoni, en la coalición gobernante hay “diferentes componentes por su naturaleza de coalición, pero nunca pensé que sería tan diverso. De todas maneras, se tendrán que ir amalgamando. Creo que más allá de las posturas duras o dialoguistas, lo que tienen que buscar, más en un año electoral, es el acercamiento y no las crispaciones con los distintos sectores, menos contra el campo”.
Asimismo, el titular de FAA advirtió que durante este año desde la Mesa de Enlace estarán “atentos a cualquier proyecto que pueda ser perjudicial para el sector y también presionando por otros” y remarcó que “si bien el diálogo es fluido con el Gobierno y con todo aquel que quiera dialogar, no tenemos que convencer con más situaciones que la verdad. Más duros o más blandos los núcleos, tienen que escuchar y la verdad es irrebatible”.
Al ser consultado por la designación de Solmi al frente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, Achetoni dijo desconocer las razones por las cuales se habían dado los cambios, aunque consideró que como integrante y directivo de FAA, Solmi “sabe de las problemáticas y de qué vamos a hablar a la hora de hacer los reclamos. Espero tener la llegada y el entendimiento lógico. En cuanto a Zarich, la persona que lo antecedía era muy procedente. No tengo conocimiento sobre el motivo del cambio”.
Diálogo
Coninagro es por lejos la entidad que más busca mantener abiertos todos los canales de diálogo posibles con el Gobierno, o al menos evitar hasta la última instancia el enfrentamiento o las medidas de fuerza que puedan complicar mucho más la relación con el Ejecutivo. Así fue que no se adhirió al cese de comercialización dispuesto por las otras entidades de la Mesa de Enlace cuando se cerraron las exportaciones de maíz por considerar que el diálogo no estaba agotado y que la situación no estaba para el enfrentamiento.
El presidente de la entidad, Carlos Iannizzotto, destacó más los puntos de encuentro que los de desencuentro. Rmarcó como “un paso muy importante que se ha dado la integración del Consejo Económico y Social, que es una invitación que forma parte de la reunión que tuvo la Mesa de Enlace con el Presidente, Luis Basterra y Cecilia Todesca. Hemos seguido hablando estableciendo alternativas de diálogo, de ámbitos de convivencia, buscando en forma conjunta el tema precios”.
Para Iannizzotto, “hoy es un momento tanto del Gobierno, como del sector productivo y el agroindustrial con el Consejo Agroindustrial, en el que se abre una fase de intercambio, de enriquecimiento y políticas estratégicas. Ojalá que podamos mantenerlo. Por parte de Coninagro lo hemos asumido así desde el momento en que no participamos del paro, teniendo una visión de que sin acuerdo, diálogo, propuesta o contenidos es difícil que Argentina salga de la pobreza”.
Como segundo eje pidió dejar de lado la dicotomía entre mercado interno y externo al asegurar que “debemos exportar mucho y también cuidar la canasta familiar, mientras que el tercer eje, donde Coninagro está fuertemente comprometido, es desintoxicar a la Argentina de ideología que traba, pone frenos y pierde objetividad. Tiene que haber una actitud transparente y responsable tanto del sector privado como del Estado, para que deje de tener una mirada recaudadora para tener una mirada común”.
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