Luego de la reunión de la semana pasada con Alberto Fernández, con el aumento del precio de los alimentos como eje central de la misma, las entidades del campo están desarrollando diferentes acciones de comunicación en las redes sociales para concientizar a la población que el sector de la producción no es formador de precios y además sobre su baja incidencia en los valores que paga el consumidor.
Esta semana Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) alertó en un comunicado que los impuestos representan el 41% de las compras que realizan los consumidores en un supermercado y describieron que el trigo multiplica 7 veces su precio al llegar al consumidor final y 2 de esas 7 son impuestos; la leche multiplica 4 veces su precio y 1 vez de esas 4 son impuestos; la carne bovina se multiplica 4 veces su precio y 1 vez de esas 4 son impuestos y el grano utilizado para la alimentación del pollo parrillero se multiplica 4,47 veces y 1,38 son impuestos.
CRA alertó que los impuestos representan el 41% de las compras que realizan los consumidores en un supermercado y describieron que el trigo multiplica 7 veces su precio al llegar al consumidor final
Ahora es Federación Agraria Argentina (FAA) quien se posicionó en el debate advirtiendo sobre la problemática de las economías regionales. Mediante un relevamiento de precios que realizaron entre los asociados de la entidad, determinaron que los precios en góndola multiplican varias veces los valores que perciben los productores. Una problemática que ya lleva varios años de duración y que hasta el momento no se corrigieron las diferentes distorsiones.
Según el informe de la entidad que preside Carlos Achetoni, en el caso más bajo, el del melón o zapallito verde, el consumidor paga 3,8 y 4 veces el valor pagado a los productores, respectivamente; en el de las papas, 4,3 veces; en el durazno para industria, 4,9 y el fresco se multiplica por 6. Y los casos en los que esas diferencias son más elevadas, en las bananas se multiplica por 12,9; en las aceitunas 12,8; en las manzanas, 11 y en las peras, 11,9.
“Hace años denunciamos que pasa esto, por lo que pedimos que defensa de la competencia, del consumidor o la herramienta que el Estado tenga disponible, permita poner fin a estas injusticias. Muchos productores sufren postergaciones desde hace años, que no han sido resueltas por ninguno de los gobiernos que se sucedieron”, manifestaron los dirigentes de FAA.
Además, el estudio mostró que el porcentaje de incidencia del valor que cobran los productores sobre el precio en góndola no llega al 10%, donde en el caso de las bananas (7,75%), las aceitunas (7,81%), la pera (8,38%) o la manzana (9,13%). En otros productos, como el vino tinto la incidencia es del 12,94%, en la papa del 23,53%, el durazno para industria y fresco coinciden en un 20,44%, el zapallito verde, 25,25% y el melón, 26,46%.
Distorsiones en la cadena
“Claramente los productores no somos formadores de precios, por el contrario, somos perjudicados, tanto como los consumidores, por las distorsiones que hay en las cadenas”, comentaron desde Federación Agraria.
Por otro lado, la entidad recordó que los productos relevados son elaborados por agricultores familiares que “luchan por sobrevivir como productores en sus campos, que hacen frente a las adversidades climáticas, a las dificultades en relación con la falta de financiamiento, con el precio de los insumos que son dolarizados, mientras que el consumo interno cada día se deprime más por la alta inflación”, dijeron.
Y a todo esto agregaron: “Aun así han seguido trabajando, pese a la pandemia, para que todos los argentinos tengan acceso a alimentos. Esto no ha sido debidamente valorado; por el contrario, muchas veces en los discursos políticos se los sindica como especuladores, acusación a todas vistas falsas. Ojalá se puedan desarticular los mecanismos distorsivos, para que todas las cadenas sean más justas para todos los eslabones”.
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