La tradicional heladería Monte Olivia cerró sus puertas después de 55 años de presencia frente a la Plaza Arenales del barrio porteño de Villa Devoto. A través de una carta a sus varias generaciones de clientes, el emblemático comercio que sobrevivió a las innumerables crisis económicas del último medio siglo dijo haber sido golpeado por la pandemia y el alquiler en dólares que le exige el dueño del local que ocupa.
“Debido a la complicada situación económica que nos toca vivir originada por la Pandemia y sumado al hecho circunstancial de que nos han fijado un alquiler excesivo en USD, que nos resulta insostenible para nuestras finanzas, no podemos continuar con la actividad de nuestra querida heladería”, explicaron los dueños de Monte Olivia.
“En 1966 abrimos las instalaciones de nuestra heladería y desde entonces nos hemos sentido muy a gusto, acompañados por todos ustedes, compartiendo 55 años en forma ininterrumpida, en los que el placer fue mutuo, dado que nosotros los recibíamos cordialmente y ustedes disfrutaban con familias y amigos de este lugar casi mágico”, agregó la sentida carta de despedida de Salvador “Turi” Viscomi.
La heladería más reconocida de Villa Devoto había sobrevivido a desafíos aparentemente más importantes. Por ejemplo, cuando hace casi 20 años Freddo abrió un gigantesco local a pocos metros que al poco tiempo tuvo que cerrar sus puertas.
La cadena competidora de ese momento no pudo conquistar el paladar de los vecinos que prefirieron a la marca que se identificaba con el barrio.
Sin embargo, problemas entre los socios que se iniciaron años atrás, el surgimiento de nueva competencia y el boom gastronómico que se dio en la zona y que disparó los alquileres comerciales terminaron con la tradicional marca. La pandemia y el derrumbe de la actividad económica completaron el coctel. También la llegada de otras cadenas que esta vez sí se quedaron.
Según comerciantes de la zona consultados por Infobae, los socios dueños de Monte Olivia estaban en un conflicto judicial luego de la muerte de uno de los fundadores. El conflicto giraba alrededor del uso de la propiedad, una de las más cotizadas de la zona que en los últimos años explotó con la instalación de locales gastronómicos en las calles Nueva York, Mercedes y la diagonal Fernández de Enciso, que aún en pandemia atrae multitudes cada fin de semana gracias a la peatonalización parcial de esa calle.
Debido a la complicada situación económica que nos toca vivir originada por la Pandemia y sumado al hecho circunstancial de que nos han fijado un alquiler excesivo en USD, que nos resulta insostenible para nuestras finanzas, no podemos continuar
Pero también otros problemas aquejaban al comercio. A solo 200 metros de Monte Olivia, la marca Rapanui apostó fuerte con la instalación de un local en un enorme chalet frente a la misma plaza Arenales. Otra cadena, Lucciano’s, se instaló directamente a pocos metros de ella. Son dos marcas que apuntan al mismo segmento premium que la tradicional heladería barrial.
Después de varios años de batalla, que en algún momento forzó al cierre temporal de la heladería en el año 2016, el acuerdo por el pago en dólares por el uso del local parece haber sido el factor desencadenante luego de años de crisis.
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