Frente a las advertencias del Gobierno, las consultoras económicas defienden sus proyecciones sobre la inflación

Mientras que los analistas estiman que los precios rondarán entre 45% y 50%, según el REM, el Gobierno reafirmó el 29% fijado en el Presupuesto. Algunas firmas ya corrigieron a la baja sus cifras frente a un posible ancla del dólar y de las tarifas

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El ministro de Economía, Martín
El ministro de Economía, Martín Guzmán, durante el encuentro con los empresarios la semana pasada

Desacreditar las proyecciones de las consultoras privadas públicamente se convirtió en parte de la estrategia que encaró el Gobierno para reducir las expectativas inflacionarias. Nuevamente, aparecen los economistas como los “opinólogos” y los “culpables” de la aceleración de los precios. Lo blanqueó el propio ministro de Economía, Martín Guzmán, días atrás, cuando le presentó a los principales hombres de negocios del país su plan y sus lineamientos en materia de política económica con el fin de generar un freno en la dinámica inflacionaria.

“En este índice histórico REM, se puede ver que las consultoras generan expectativas totalmente erradas en Argentina. Durante el anterior gobierno, las proyecciones eran bajas y alineadas con lo que quería el oficialismo. Mucho más bajas -afirmó- que la explosión inflacionaria que ocurrió con Macri. Ahora duplican nuestros pronósticos y generan una expectativa negativa sobre los precios”, les dijo el ministro, mientras reafirmaba que la meta es lograr una cifra del 29% hacia fin de año, en línea con lo estimado en el Presupuesto.

A estas declaraciones le siguieron otras de referentes del oficialismo que confirman que se trata de un plan para instalar públicamente que las cifras del 50% de inflación que los analistas vaticinan para 2021 son falsas y no tienen fundamentos sólidos. Los fantasmas de las denuncias que recibieron las consultoras durante la gestión de Guillermo Moreno al frente de la Secretaría de Comercio en 2013, que les generó importantes costos para defenderse legalmente, vuelven a aparecer. Algunas firmas reconocen que volvieron a temer represalias y que analizan dejar de informar sus proyecciones al REM, pero la gran mayoría de las consultadas por Infobae no imaginan un escenario similar al de aquella época e insisten en que es el propio Gobierno el que debe dar las señales correctas para que las expectativas de inflación bajen.

De todos modos, las previsiones fueron ajustadas a la baja en las últimas semanas y si el Gobierno va concretando las definiciones que aventuró, seguramente con el correr de los meses esos números seguirán en declive. La gran pregunta es hasta cuándo, ya que si bien la mayoría de los economistas coincide en que el gobierno ya decidió pisar tarifas, tipo de cambio y otros precios para llegar a las elecciones de medio término, aseguran que en algún momento el ajuste llegará. Por otra parte, el equipo económico está negociando con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un acuerdo para reprogramar los vencimientos por USD 44.000 millones, que cada vez más se avizora para después de las PASO.

“El REM es un instrumento que utilizan los Bancos Centrales en el mundo para evaluar cuáles son las proyecciones que tiene el mercado en base a las señales que da la política económica. Cuando cambian las políticas públicas, cambian las proyecciones. Desprestigiar el REM desde el punto de vista del BCRA o de los funcionarios es dispararse un tiro en el pie, es perder un instrumento de análisis para la economía. Es lamentable si hacen eso”, precisó el economista de FIEL, Juan Luis Bour. Para esta firma, la inflación a fin de año se ubicará en torno al 48,5 por ciento.

"Desprestigiar el REM es tirarse
"Desprestigiar el REM es tirarse un tiro en el pie", dijo Juan Luis Bour, de FIEL

Rodrigo Alvarez, de Analytica, recuerda que estaba trabajando en Ecolatina cuando Moreno les escribía y los denunciaba. “Veo difícil que se reedite algo así. En esa época tenías dos problemas: la economía estaba muy mal y estadísticas no reflejaban la realidad. Hoy las estadísticas son los que son; los datos de inflación son horribles”, dijo ante la consulta de este medio. Y agregó que las expectativas pueden discutirse, pero le pidió al Gobierno que primero diga cómo hará para endurecer la política monetaria, cómo acumulará reservas y qué está haciendo en lo fiscal. “El gobierno dice ´no me creen´. Bueno, hacé las cosas como para que te creamos”, remarcó Alvarez.

El economista hizo referencia a los hechos que tuvieron lugar el año pasado, en el marco de la crisis sanitaria, y que generaron costos altos. “¿O nos olvidamos de que tuvimos un tipo de cambio paralelo casi en $200? Eso tiene un costo, al igual que cuando Guzmán dijo que haría todo lo contrario a lo que se venía haciendo hasta el momento. No es culpa nuestra todo esto. No es que las consultoras somos malas. El gobierno se equivocó. Tendría que convocarnos y explicarnos el plan. Si cierra, nosotros vamos a bajar las expectativas de inflación, pero todavía está todo abierto”, manifestó.

La consultora EcoGo no informa sus proyecciones al REM desde principios del año pasado, cuando el titular del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce, les recomendó ajustar sus pronósticos. Por eso, asegura su directora Marina Dal Poggetto, no se hace cargo de las acusaciones públicas. Según ella, “lo que están tratando de hacer es cuestionar las proyecciones de ese relevamiento, cuando fue creado justamente para conocer las expectativas del mercado y, en función de los desvíos que pudiera haber, ajustar la política monetaria. Ahora resulta que termina funcionando para cuestionar la labor de las consultoras”. Y agregó: “Las expectativas se forman con señales, no con garrote”.

En otra consultora, Seido, tampoco informan al REM desde hace varios meses. Pero mantienen la proyección del 50% de inflación para este año. Según señaló Matías Carugati, verán si con el correr de los meses se revisa esa estimación hacia abajo, “si es que el ancla cambiaria, tarifaria y los controles de precios y acuerdos tienen algún impacto”. Sobre las acusaciones oficiales, le parecen “fuera de lugar”, ya que la mayoría de las consultoras plantea un escenario macro alrededor de las proyecciones como para justificar esos números.

Al criticar a las consultoras, Guzmán comparó sus proyecciones actuales con las que hacían en el anterior gobierno. Al respecto, el economista de LCG, Guido Lorenzo, reconoció que en 2020 sobreestimaron la inflación, pero lo adjudicó a que estaba la idea de que las tarifas no se atrasarían. Para este año, la estimación rondaba el 55% y ahora la redujo al 50% porque “se ve que el tipo de cambio caminará más lento”. “Hoy la economía está funcionando al 50% anual; iremos viendo sobre la marcha. Si empiezan a atrasar las tarifas y el tipo de cambio, pueden llegar al 30 y pico. Pero hasta que no lo vea no voy a cambiar mi proyección. De todos modos, no hay animosidad”, sostuvo Lorenzo.

Según Marina Dal Poggetto, de
Según Marina Dal Poggetto, de EcoGo, las expectativas se forman con señales, no con garrote

Para Econviews, que dirige Miguel Kiguel, la percepción es que el ritmo de devaluación bajará, seguirán controlándose los precios y posiblemente el acuerdo con el FMI se dilate. Así, reconoció el economista, la inflación seguramente será más baja. De 53% que preveían hasta el mes pasado, ahora se ubica por debajo del 50%, y en función de los acontecimientos, posiblemente la estimación siga en caída. “Pero el problema es que cuando empezás a hacer cosas para dilatar, luego te viene como una venganza. Hay formas de ir ganando tiempo, pero en algún momento todo eso puede volverse insostenible”, aseguró el economista.

Para Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina, la proyección de inflación para este año hasta ahora era del 45%, pero cuando comenzaron a ver que usarían el tipo de cambio como ancla, la redujeron a una banda de entre 40 y 45%. “No sabíamos si el Gobierno se iba a arriesgar a atrasar el dólar con tan pocas reservas. Es un juego que tiene que salirle bien. No tenemos del todo claro cómo va a seguir el mercado cambiario; lo que sabemos es que en febrero subirá 3% y que para llegar al 25% anunciado por Guzmán la depreciación debería ser de 1,5% mensual hasta fin de año”, dijo.

Con respecto a las acusaciones del ministro, el economista planteó que “si el gobierno en lugar de atacar las expectativas intenta explicar el plan, probablemente tenga mayor impacto”. “La forma de convencer al mercado de que la inflación va a ser menor es haciendo cosas y no atacando a los formadores de expectativas”, señaló Sigaut Gravina.

A su turno, Camilo Tiscornia, de C&T Asesores Económicos, reconoció las dificultades para proyectar variables económicas en la Argentina, “y más aún en inflación, donde hay muchos componentes manejados por el Gobierno”. “En cualquier caso, te marca la tendencia de lo que espera la gente que está en el mercado y que asesora a empresas privadas. En la inflación influyen mucho las expectativas, por eso, tendrías que generar desde el gobierno un cambio de política muy fuerte para tratar de que la gente se convenza. Es como luchar contra los molinos de viento”, dijo. Sobre sus estimaciones, precisó que desde hace tiempo la mantienen entre 40 y 45%, porque suponían que el Gobierno atrasaría tarifas y tipo de cambio.

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