Las planillas del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que todos los meses difunde el Indec para dar a conocer la inflación mensual incluyen, desde abril último, información adicional respecto de la metodología aplicada para el relevamiento de precios.
De ahí se desprende que, como gran parte del sector privado, el organismo está hoy atravesado por la nueva forma de trabajar que impuso la pandemia: el teletrabajo.
Esto porque desde que, en ese mes, se impusieron rígidas restricciones a la circulación y a la actividad comercial, el normal cumplimiento de la tarea de los encuestadores del organismo en todo el país. encargados de relevar personalmente los precios en todas las provincias, quedó seriamente afectado. A tal punto que, en abril, el mes en que se prohibió toda la actividad económica salvo rubros esenciales, prácticamente no pudieron salir a la calle a constatar el nivel de precios y tuvieron que reemplazar las visitas por llamados telefónicos y búsquedas online.
Esa modalidad alternativa implicó que en ese período sólo 9% de los precios pudieran ser verificados presencialmente y un 22% no pudieran relevarse. Con el relajamiento de las medidas de la cuarentena estricta, las visitas se retomaron lentamente. Sin embargo, a pesar de que el aislamiento preventivo obligatorio (ASPO) por el coronavirus culminó hace meses en casi todo el país, sólo el 25,8% de los precios fue relevado en enero presencialmente por los encuestadores del Indec, prácticamente la misma proporción que en diciembre (25,7%), aunque varios puntos más que en noviembre (18%) cuando todavía en algunas ciudades de ciertas provincias se mantenían las restricciones.
En cualquier caso, se trata de porcentajes que están todavía muy lejanos a retomar la metodología habitual pre-pandemia, e incluso el nivel de junio de 2020, cuando la muestra se cubrió 58% de manera presencial. En ese mes, si bien regían fuertes medidas de cuarentena en el AMBA, las restricciones a la actividad se habían flexibilizado en gran parte del país, con mucho menor nivel de contagio, lo que permitió las visitas de los encuestadores en el interior del país. Esa proporción se invirtió en agosto, septiembre y octubre mientras que a partir de noviembre, ya prácticamente sin restricciones, aumentó la presencialidad pero sólo al punto de cubrir apenas poco más de la cuarta parte de la muestra.
Voceros del organismo consultados al respecto explicaron que “a medida que se fueron extendiendo las restricciones de la cuarentena, los encuestadores se fueron sofisticando en sus métodos”, lo que les permitió mantener el contacto con los puntos de relevamiento mediante otros canales.
Asimismo, destacaron que a pesar de que las visitas son ahora la modalidad menos frecuente, se logró en enero cubrir el 98% de la muestra de precios a relevar. Esto, según la tabla que publica en la planilla el INDEC, a través de contacto telefónico o por búsquedas en internet. “La toma de precios se sigue haciendo todos los días hábiles del año”, recalcaron.
Sin embargo, las fuentes no pudieron precisar si a partir de ahora, el organismo que dirige Marco Lavagna implementará la modalidad mixta como nueva metodología oficial o si se mantendrá el relevamiento a distancia sólo como procedimiento alternativo en condiciones de excepción. Sí explicaron que, en el contexto de la pandemia, son las direcciones provinciales del instituto de estadísticas las que toman la decisión.
En cualquier caso, el Indec describe su metodología de la siguiente manera: “Cada mes, se observa una cantidad aproximada de 320.000 precios en los puntos de recolección. El relevamiento se efectúa todos los días hábiles del mes y abarca negocios tradicionales de distintos rubros, súper e hipermercados, empresas prestadoras de servicio, colegios y hogares inquilinos. El relevamiento se realiza de forma directa a través de la visita o contacto de un encuestador a cada establecimiento u hogar seleccionado”.
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