A pesar de la pandemia, el sector vitivinícola cerró el 2020 con aumento en las exportaciones —especialmente de vino a granel— y también un crecimiento en el mercado interno. Según el reconocido empresario bodeguero José Zuccardi, presidente de la Corporación Vitivinícola (Coviar), el sector se encuentra en un buen nivel de equilibrio y la calidad de los vinos locales es la mejor de la historia.
— ¿Cómo atravesó el sector vitivinícola el año 2020, con el impacto de la pandemia?
— Primero, fuimos declarados como actividad esencial, lo que nos permitió trabajar. La pandemia comenzó cuando estábamos levantando la cosecha y con una serie de protocolos pudimos hacerlo. Fue muy importante el concepto que en la Argentina tenemos sobre el vino, que es un alimento y es tratado como tal. Ha sido un año positivo para la vitivinicultura. Crecieron los despachos de vino en el mercado internacional y creció el consumo de vinos en el mercado interno. La puesta en valor de la mesa familiar en distintos lugares del mundo y especialmente en la Argentina significó un incremento del consumo de vinos del 7% en la Argentina.
En las exportaciones hubo un crecimiento de cerca del 35%. En vinos embotellados y muy fuerte en vino a granel. La Argentina fue uno de los pocos países, junto con Nueva Zelanda, que creció en sus ventas de vino al exterior. Estamos comenzando la nueva vendimia, la nueva cosecha, y el sector está con un nivel de equilibrio bueno. Venimos de un período donde el producto primario estuvo muy afectado con precios de uva que no se habían ajustado. Y este año hemos comenzado la vendimia con una situación de equilibrio entre los stocks y la posible demanda y ha mejorado mucho la situación del sector primario, de los productores. El mercado se está formando, estamos al comienzo, pero ya se vislumbra una situación de equilibrio y esta situación trae una mejor distribución a lo largo de la cadena.
— ¿Cómo se logró el crecimiento en las exportaciones?
— Es el trabajo que se viene haciendo. Argentina viene posicionándose con un buen reconocimiento sobre la calidad de los vinos argentinos en el mundo. El malbec es una marca hoy en el mundo, que va creciendo. En los vinos a granel hubo un crecimiento porque estábamos en precios muy competitivos. Es diferente de los vinos embotellados, donde tiene más que ver con la construcción de la marca, la imagen país. El mercado de granel tiene más que ver con una situación puntual y la Argentina en este contexto estuvo competitiva y eso hizo crecer los despachos a algunos países como el Reino Unido, China y Canadá. La Argentina tiene una relación calidad-precios muy buena.
— ¿Y con el actual nivel del tipo de cambio esos precios competitivos se mantienen?
— Quizás este año, ya con el incremento del valor de las uvas, seamos menos competitivo en este mercado de granel. Pero la Argentina continúa con una tendencia positiva. Somos apenas el 3% del comercio mundial de vinos. Somos muy chicos en el comercio internacional y la Argentina es un jugador importante.
El mercado se está formando, estamos al comienzo, pero ya se vislumbra una situación de equilibrio y esta situación trae una mejor distribución a lo largo de la cadena
— ¿Qué proyecciones hacen para 2021?
— En 2020 trabajamos en actualizar el plan estratégico que traíamos desde 2018, con una mirada a 2030. Fue un trabajo muy amplio, con 1.500 actores de la cadena, 55 instituciones de los distintos sectores, desde la producción primaria hasta la sommeliería y la gente de la cadena de distribución. Somos optimistas respecto del posicionamiento de la Argentina en el futuro. El vino es parte de la cultura y la alimentación de los argentinos. Y tenemos posibilidad de seguir ganando mercado. Un factor muy importante en esta reformulación del plan es el enoturismo, que se ha desarrollado muy fuertemente. No solo ayuda para generar ingreso de recursos al sector si no a la construcción de la imagen del vino. Los nuevos objetivos del plan incluyen conceptos de sostenibilidad (ambiental, económica, social).
— ¿En el mercado interno puede seguir creciendo con un menor poder adquisitivo de la población?
— La mejor retribución al productor primario va a significar algunos incrementos de precios al consumidor. El año pasado fuimos una excepción, no creo que muchos productos hayan crecido 7% en el mercado interno. Y tuvo que ver con un tema cultural; la gente en la pandemia pasa más tiempo en la casa y el vino es la bebida que se consume en la mesa familiar. Pero estamos sujetos a lo que pase con la economía en general. Quizás haya un crecimiento de los precios que podría afectar el consumo pero es algo que no lo sabemos y que tiene que ver con los valores relativos de otras bebidas, otros factores de la economía y del bolsillo de la gente. Hay un consumo base que tiene poca elasticidad, pero apuntamos obviamente a sostener el consumo.
— ¿ Qué cambios de hábito observa en el consumidor de vino en los últimos años?
— Lo que pasó con la vitivinicultura argentina ha pasado en los países que son fuertemente consumidores. En los últimos 20 años hay una reducción de volumen, porque hay mucha oferta de otras bebidas, pero hay un crecimiento de la calidad de los vinos que la gente consume. Es una tendencia del mercado global. En la Argentina, en los últimos dos años, el vino quebró esa tendencia y creció, tanto en 2019 y 2020. Estamos dentro de un punto de estabilidad con una tendencia creciente en calidad. Los cambios varietales que se han hecho, la tecnología, el conocimiento que se ha incorporado hacen que la Argentina hoy tenga los mejores vinos de su historia. Si analizamos en términos medios, nunca tuvo un nivel de calidad que tenemos ahora.
Somos optimistas respecto del posicionamiento de la Argentina en el futuro. El vino es parte de la cultura y la alimentación de los argentinos. Y tenemos posibilidad de seguir ganando mercado
— En este contexto, ¿cómo se afectaron los planes de inversión de las bodegas?
— No hay una realidad homogénea del sector. Pero, en general, se vienen haciendo inversiones para desarrollar nuevos envases y mejorar la tecnología de bodegas. Hay actores que les va mejor e invierten más y los que tiene menos rentabilidad, invierten menos. Si uno ve la presencia del vino y la fuerza de las marcas, hay una fuerte inversión tanto en tecnología como en acceso al mercado. Uno de los temas críticos que han surgido es el manejo del agua y la energía. Estamos en un ciclo seco y necesitamos mejorar la eficiencia en el riego y el uso de la energía. Conseguir fondeo para financiar con plazos largos y tasas bajas a los pequeños productores, que son los que necesitan imperiosamente hacer inversiones en este sentido para mejorar sus sistemas de riego. Estamos trabajando para gestionar algunas líneas de crédito con tasas y plazos preferenciales.
— Están participando en los acuerdos de precios con el Gobierno, ¿cómo avanzan las negociaciones?
— Estamos participando las distintas instituciones. Se produjo una flexibilización esta semana para trasladar los aumentos de precios al mercado y eso lo estamos haciendo. Creo que hay un interés del Gobierno de flexibilizar en este aspecto y de permitir que estas mejoras en los valores de uva, que son muy importantes porque mejoran la distribución dentro de la cadena, se puedan con cierta gradualidad trasladar al mercado.
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