“Los dólares son para los que producen”, afirmaba el año pasado, en plena corrida cambiaria que presionaba sobre las reservas del Banco Central, el presidente Alberto Fernández. Pues bien, en la reunión de ayer en Casa Rosada con los representantes de las principales empresas del país, en la que el equipo económico reclamó por los aumentos de precios, la cuestión de la falta de dólares, incluso para producir, no tardó en surgir entre los principales temas de discusión.
El planteo más concreto provino del sector textil, representado por Teddy Karagozian, quien advirtió sobre el freno que supone a la reactivación económica no poder acceder a las divisas para importar bienes de capital. “Se está recuperando la demanda, aumenta la actividad, quiero invertir en maquinaria pero no la puedo traer porque no me dan los dólares”, fue la queja del empresario, quien continuó: “Si no la puedo comprar ahora, se la llevan a otro país y tenemos que esperar un año para retomar los planes”. Pero el sector textil, rubro en que los precios registraron una suba de 60% el año pasado, muy por encima del nivel general de 36%, no es el único afectado por la sequía de dólares para ampliar la producción. Las terminales automotrices, fuertes demandantes de divisas tanto para importación de autopartes como vehículos terminados, son tal vez el ejemplo más emblemático, pero también las compañías de consumo masivo y supermercados lidian con la autorización de los cupos mes a mes. Estas restricciones, advirtieron, ponen un freno al crecimiento esperado para este año, tras la fuerte caída de 2020.
Los aplausos recibidos le permitieron al ministro de Economía, Martín Guzmán, reconocer que el cepo impide a la economía “desarrollar todo su potencial”. Pero a diferencia de encuentros anteriores, incluso con el propio Presidente, en los que se les prometió a los empresarios que las severas normas del Banco Central conducido por Miguel Pesce, también presente, se relajarían una vez renegociada la deuda con los acreedores privados y se recuperara la estabilidad financiera, no hubo esta vez ningún compromiso que alentara las expectativas de los empresarios. La deuda se reestructuró pero la estabilidad financiera, a pesar de la tregua cambiaria alimentada por el inusual ingreso de dólares para esta época del año, sigue muy comprometida. De ahí que no hubo, en rigor, una respuesta concreta por parte de los funcionarios al pedido de liberación de dólares. “Preguntas hubo muchas pero respuestas, muchas menos. Casi ninguna”, sintetizó uno de los invitados que prefirió no ser citado. Igual que sus colegas, destacó el clima cordial y distendido de la reunión, que de todos modos no disimuló la firmeza de los funcionarios respecto al control de precios. “Vamos a estar monitoreando mucho, hubo aumentos 100% que no se justifican en ningún caso”, fue la advertencia que recibieron.
Pero la aceleración de los precios y el trabado acceso al mercado del dólar oficial no fueron los únicos reclamos cruzados entre el Gobierno y los directivos de las empresas. También el debate por las retenciones se coló en la discusión, en este caso desde la perspectiva de las economías regionales. Pablo Ruival, CEO de la productora de celulosa Arauco (ex Alto Paraná), afirmó que los derechos de exportación también le ponen un techo a la expansión de sus negocios, incluso para generar los dólares que el mercado necesita. “Pagamos retenciones del 9%, si se redujeran o eliminaran, podría producir más para exportar más”, fue el planteo del ejecutivo.
Ante cada punto señalado por los ejecutivos, el equipo de funcionarios que encabezó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, e integró también el ministro de Producción, Matías Kulfas, tomaba nota con la promesa de tratarlo en la mesa sectorial correspondiente. Con la consigna de contener los precios y los subir salarios por encima de la inflación, el encuentro con los hombres (no asistió ninguna mujer en representación) de negocios terminó igual de lo que empezó: con un algo de escepticismo y mucha preocupación.
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