Los ministros de Finanzas del G7, los países más influyentes dentro del G20 y también los de mayor peso en las decisiones del Fondo Monetario Internacional, están muy cerca de apoyar una nueva emisión de Derechos Especiales de Giro (DEG), la “moneda” del FMI.
La decisión, en respuesta a una propuesta que hace dos semanas había adelantado Italia, que tiene a su cargo la presidencia del G20, buscaría proveer de nuevos recursos a los países de bajos ingresos, en particular países africanos y del rango de menores ingresos del mundo en desarrollo, pero beneficiará también a la Argentina, pues significaría aumentar en algo más de USD 3.300 millones las reservas brutas del Banco Central.
La agencia Reuters aseguró hoy que es probable que la decisión sea respaldada en una reunión virtual de los ministros del G7. La cifra total sería de USD 500.000 millones como había adelantado hace dos semanas Gelsomina Vigliotti, directora general del Tesoro italiano.
La “titularidad” de la emisión de DEG, que son un activo de reserva internacional, se asigna en función de la “cuota” que cada uno de los cerca de 200 países que integran el Fondo tiene en el organismo. En el caso de la Argentina ese porcentaje es 0,67%, por lo que le corresponderían USD 3.350 millones que podría contar como parte de las reservas brutas del BCRA.
Una fuente del ministerio de Finanzas francés le dijo a Reuters que en la reunión esperaban decidir “iniciativas importantes” y que para Francia eso significaba concretamente una nueva emisión de USD 500.000 millones del FMI. La agencia también cita dos fuentes del Tesoro de EEUU que señalaron que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, aún no había expresado claramente su apoyo a la iniciativa.
La secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, todavía no apoyó expresamente la iniciativa. Un temor del gobierno de Biden es que los republicanos en el Congreso se hagan una fiesta criticando una decisión que termine ayudando a países como Irán y Venezuela
Una de las contras políticas que el gobierno de Joseph Biden sopesa es que los legisladores republicanos en el Congreso se harían una fiesta política criticando lo que una medida así significaría en términos de involuntaria ayuda financiera a países como Irán y Venezuela.
Ese problema no sería tal en la medida en que para países que enfrentan sanciones de EEUU acceder a otras divisas a través de esa asignación sería muy complicado, debido a la reticencia que tendrían los bancos a proveer de liquidez a cambio del eventualmente acrecido valor de su “cuota” en el Fondo a países enemigos de Washington.
Termina saliendo
“Creo que esto va a terminar saliendo. La oposición fundamental es que beneficiaría a enemigos de USA como Irán y Venezuela, aunque las sanciones dificultarían el uso”, señaló a Infobae Héctor Torres, ex director por la Argentina en el FMI, quien aclaró sin embargo que en el caso de Irán no sería tan difícil acceder a los fondos en la medida en que estos se negocian entre Bancos Centrales.
Para Venezuela, en cambio, explicó Torres, el acceso a los fondos sería muy difícil pues el FMI no reconoce como gobierno legítimo al régimen de Nicolás Maduro, por lo cual a Caracas le sería prácticamente imposible “disponer del asiento contable que Venezuela va a tener a su favor en el FMI”.
Ese problema no existiría para un país como la Argentina, que de este modo podría beneficiarse de un aumento de reservas de cerca de USD 3.350 millones por un evento ajeno a su política económica.
Se trata de otra buena noticia para el gobierno argentino, que se suma al aumento de los precios internacionales de commodities agropecuarias como la soja, el maíz y el trigo que, según calculó la consultora Analytica, aportarían a la Argentina un extra de USD 5.600 millones en exportaciones y cerca de $300.000 extra de recaudación fiscal por vía de las retenciones a la exportación. Incluso ahora, debido a las últimas lluvias, mejoró las proyecciones de la cosecha del verano.
Con esas “contribuciones” el gobierno tendría así unos USD 9.000 millones extras respecto de lo que calculaba hasta hace poco más de un par de meses. Esa yapa de dólares le daría más aire para buscar un acuerdo laxo con el FMI o, al menos, postergarlo hasta después de las elecciones.
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