A partir de las compras que viene llevando adelante en el mercado cambiario y un menor ritmo de aumento del tipo de cambio oficial, el Banco Central está consiguiendo uno de los objetivos centrales que se había propuesto para 2021: disminuir las expectativas de devaluación del mercado. Y así lo refleja el mercado de futuros que se opera en el Rofex ya que el dólar a fin de octubre volvió a caer más de 1% ayer y ya opera por debajo de los $ 120.
En realidad, todos los contratos de dólar para fin de cada mes volvieron a caer ayer, reflejando justamente la menor expectativa de un salto brusco del tipo de cambio en los próximos meses. Al contrario, el titular del BCRA, Miguel Pesce, tomó la decisión de desacelerar el aumento diario del dólar oficial. Se trata de una medida que busca utilizar el dólar como un ancla antiinflacionaria, es decir que el ajuste del tipo de cambio no retroalimente la suba de precios.
Por lo tanto, de un ritmo de ajuste del dólar oficial cercano a 3,8% al menos en los últimos dos meses, lo más probable es que se pase a un nivel más parecido al 3% mensual y aflojando incluso más posteriormente. Así se busca que tanto el aumento del dólar oficial como la inflación confluyan a un ritmo de aumento del 30% para 2021, en línea con la suba que se busca pautar para los salarios y los precios.
Lo que marcan los mercados futuros es que incluso el dólar a fin de octubre, el mes de las elecciones, no sufrirá una disparada. Al contrario, en los últimos días viene retrocediendo en forma significativa. Los importadores y aquellos que tengan intención de especular ya se pueden asegurar el acceso a divisas a un tipo de cambio de $ 119,25.
Dos señales del Central ayudaron para reducir las expectativas devaluatorias: volver a ganar reservas de libre disponibilidad, aunque sea por montos pequeños, y una reducción en el ritmo de deslizamiento del tipo de cambio oficial en las últimas jornadas. Los contratos de dólar futuro reflejaron claramente esta situación
Se trata, claro, de la cotización del dólar oficial que está completamente controlado por el Banco Central a fuerza de restricciones que impiden que casi nadie pueda demandar divisas a ese tipo de cambio. Con la gradual acumulación de reservas que se viene llevando adelante desde diciembre y la mayor liquidación de divisas que se espera desde abril por los altos precios de la soja, los temores de un posible salto cambiario prácticamente se esfumaron.
Lo que no está tan claro es qué puede pasar con los otros tipos de cambio, tanto el dólar financiero (como el “contado con liquidación”) y el dólar libre, donde ya hay menos injerencia del propio Central. El objetivo del Gobierno no sólo es evitar saltos bruscos del dólar oficial, sino que además no aumente la brecha cambiaria, lo que provocaría movimientos especulativos como sucedió en el segundo semestre del año pasado.
Por lo pronto, todos los tipos de cambio se vienen comportando con tranquilidad y confluyeron en la zona de $ 150. El escenario ideal para el oficialismo es que los incrementos de ahora en más se den en forma suave, aunque eso dependerá de recuperar paulatinamente la confianza. Ya sea por una reducción del déficit fiscal como también por un acercamiento para llegar a un acuerdo con el FMI.
Seguí leyendo: