El impacto de la pandemia en el mercado laboral se reflejó en un desplome de los puestos de trabajo no registrados y, entre los empleados registrados, una caída menos pronunciada por los límites a los despidos que estableció el Gobierno por decreto. De todas formas, otro indicador terminó el 2020 con niveles históricos: la cantidad de compañías con trabajadores suspendidos finalizó el año en 12% del total, lo que representa el doble del promedio histórico registrado por el Ministerio de Trabajo.
De acuerdo a datos oficiales, en diciembre el índice de suspensiones terminó en su nivel más bajo desde que comenzó la crisis sanitaria. Hacia mayo la cantidad de cesantías temporales llegaron a ser de 8,8 por cada 100 empleados, un récord histórico. En diciembre esa cifra había bajado hasta 2,5 por cada centena. Respecto a la cantidad de firmas que tuvieron que realizar suspensiones, el pico fue de 18% en mayo.
El esquema de suspensiones acordadas con los sindicatos durante la pandemia “ha sido uno de los instrumentos utilizados para sostener el nivel de empleo asalariado registrado, en un contexto de paralización de parte de la estructura productiva”, consideró en un informe la cartera laboral. La cantidad de trabajadores suspendidos pasó de los 773.000 de abril a los 339.000 de noviembre, reflejando una reducción del 56%, según las estadísticas.
La cantidad de compañías con trabajadores suspendidos finalizó el año en 12% del total, lo que representa el doble del promedio histórico.
“En los primeros de meses de implementación de las medidas de aislamiento social, una proporción relevante del empleo en empresas privadas fue suspendido, sin embargo, junto con la reactivación de la actividad económica y a pesar de la contracción observada en diciembre en el nivel de empleo, se verifica una reducción permanente del personal suspendido desde el mes de junio hasta el último mes relevado”, explicó Trabajo.
Según la cartera laboral, noviembre fue el primer mes del último semestre en que se detuvo la recuperación de puestos de trabajo. En ese mes la variación fue de -0,1%, lo que representó 13.800 menos empleos que en octubre. Con respecto al mismo mes del año anterior, se observa una caída del 1,6%, es decir casi 200.000 puestos de trabajo menos.
La explicación a ese cambio de tendencia en el mercado laboral está relacionada al empleo “independiente”, es decir a los que son registrados pero no en relación de dependencia. “El trabajo independiente presentó una caída del 1,4% (-33,6 mil trabajadores) en relación a octubre. Esta contracción se explica por la dinámica del régimen de monotributo, que registró una merma de 2,0% en la cantidad de aportantes (-33,3 mil personas)”, explicó un informe oficial.
Respecto a los sectores que tienen mayor o menor dinamismo, Trabajo identificó que rubros como construcción, pesca, industrias manufactureras, agricultura, ganadería y silvicultura y actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler registraron en los últimos meses una expansión del empleo formal. “En el caso de Industrias manufactureras y actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler se trata del sexto mes de crecimiento y ambas ramas de actividad registran niveles de empleo superiores a los previos a la pandemia”, detalló el Gobierno.
El trabajo independiente presentó una caída del 1,4% (-33,6 mil trabajadores) en relación a octubre. Esta contracción se explica por la dinámica del régimen de monotributo, que registró una merma de 2,0%
Por el contrario, el empleo cayó en uno de los sectores más impactados por la pandemia como hoteles y restaurantes y también en otros como explotación de minas y canteras, servicios comunitarios, sociales y personales, transporte y comunicaciones, y servicios sociales y de salud.
En los últimos días de enero el Gobierno prolongó la prohibición de los despidos por otros 90 días hasta fines de marzo y ordenó que la obligatoriedad de la doble indemnización se mantenga vigente durante todo el 2021, además de ratificar que el coronavirus será considerado como “una enfermedad profesional” siempre que afecte a un trabajador en relación de dependencia que haya cumplido sus tareas fuera de su domicilio particular. De esta manera, las empresas no podrán echar a sus empleados sin justa causa y por las causales de fuerza mayor o disminución de la demanda de trabajo.
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