La discusión frente a una posible suba de las retenciones y la imposición de cupos de exportación para el sector agroindustrial comienza a escalar. A los dichos de la Casa Rosada ahora se le suman referentes del kirchnerismo que piden celeridad en la toma de decisiones.
Este el caso de la legisladora nacional Fernanda Vallejos, quien aseguró que el tiempo del diálogo llegó a su fin y envió un mensaje al Ejecutivo al señalar que el Estado no se puede dejar “extorsionar” por un sector frente a la posibilidad que el campo vuelva a llevar adelante un lockout productivo.
En una entrevista que brindó a la radio El Destape, la legisladora hizo referencia la controversia entre un sector del campo que desataron las declaraciones de Cecilia Todesca y Alberto Fernández en relación a las retenciones y dijo que “el Estado no puede retacear absolutamente ninguna de las herramientas que tiene disponible. Las retenciones a los derechos de exportación son un instrumento para desacoplar los precios internacionales de los productos que forman parte de la canasta de exportación de la Argentina, especialmente alimentos o insumos de los alimentos que comemos los argentinos y argentinas de los precios domésticos que tienen que estar en armonía con la capacidad de compra del salario e ingresos del pueblo argentino. Los argentinos no podemos definir nuestra posibilidad de comer o dejar de comer en base a condiciones que se fijan en el mercado de Chicago”, sentenció.
Los dichos respecto de una suba de las retenciones generaron una rápida respuesta de las entidades del campo y la amenaza de un nuevo paro de comercialización de parte de este sector volvió a estar latente. Frente a la consulta respecto de este punto, Vallejos dijo que el Estado “no se puede dejar extorsionar por un sector” y que el lockout patronal “es un planteo extorsivo. No es nuevo que lo utilizan con el aval de los grandes medios de comunicación pero hay que entender que conspiran contra el conjunto de los argentinos”.
Respecto a la medida y sus tiempos, Vallejos presionó sobre una posible resolución al asegurar que “todos valoramos el diálogo y los consensos, pero hay momentos de urgencias, esto no puede esperar. está en juego la mesa de los argentinos”.
La discusión está establecida por los precios internacionales y cómo descalzar esos valores de la producción que se comercializa en el mercado interno. “Es lógico que defienda un ciclo en donde sus ganancias crecen precipitadamente, pero el Estado tiene que pensar en el conjunto de los argentinos. No se les está pidiendo que pierdan sino de recortar las ganacias en un momento de boom de los valores internaiconales de los commodities que produce la Argentina”, buscó temporizar la legisladora y economista ligada al ala más dura del oficialismo.
Pero, de todas formas, siguió con un discurso que parecía apuntar más hacia el Palacio de Hacienda y a la Casa Rosada que a las cuatro entidades del campo. “No podemos naturalizarlo -respecto del círculo de precios internacionales en el mercado interno-, tenemos que romper esa dinámica”.
“Creo que es el punto número uno en la agenda no solamente económica sino política. Es el punto uno en la agenda de la familia argentina, basta con ir al supermercado, carnicería o panadería y poner en contraste de los precios con los niveles salariales y de ingresos que tenemos los argentinos después de 4 años de pérdidas acumuladas con el gobierno de Mauricio Macri y un 2020 de pandemia que se sumó a esta pérdida de los ingresos para comprender que esto es absolutamente prioritario”, sentenció la legisladora del Frente de Todos.
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